19. Herrero

250 41 12
                                    

Mis ojos poco a poco se abrieron tras el brillo del sol invadir mi rostro, me encontraba sobre la manta que Luzu y Lana me habían dado, confundido me levanté y note como me encontraba vestido por completo, no veía a Samuel por ningún lado y la fogata se encontraba apagada, por un segundo pensé en qué tal vez todo lo que había pasado anoche solo era un sueño, pero al querer moverme pude sentir un fuerte dolor en mi espalda inferior y entre mis glúteos una extraña incomodidad, varios recuerdos obscenos invadieron mi cabeza y sin poder creerlo aún, levanté las mangas de mi camiseta y pude ver unas marcas rodeando por completo mis muñecas, eran de un color violeta casi negras, entonces llegué a la conclusión de que todo lo que sucedió anoche no había sido ningún sueño, Samuel de verdad había hecho todo aquello en contra de mi voluntad, mi cuerpo había sido profanado de una forma tan desagradable.

Pensar en ello me hizo sentir un extraño sentimiento causando que algunas lágrimas resbalaran por mi rostro, él me había lastimado, pero para empeorar todo, aquel acto asqueroso me había gustado, toda la noche mis ruidos invadieron el bosque, pero ¿Por qué aquello que tanto me asqueada y me lastimaba se había sentido tan bien al mismo tiempo? En ningún momento de mi vida había deseado hacer algo similar, entonces ¿Por qué?

- Guillermo — escuché que me llamaban, sacándome de mis pensamientos y rápidamente limpie mis lágrimas al notar a la gran quimera que se acercaba a mi — tenemos que irnos

- Si, deja guardo la manta — dije mientras ocultaba mi rostro de aquella bestia de pelaje negro, guarde la manta en el saco y con la mirada buscaba la ropa que había roto la noche anterior, pero está no se encontraba por ninguna parte

- ¿Que buscas? — escuché que me decía Samuel mientras subía el saco a su lomo mientras yo me ponía aquella capa con un gorro color marrón, para cubrirme del frío que sentía en el ambiente

- Nada — susurré tímido y vi como bajaba un poco su cuerpo para dejarme subir, quería negarme a ello, no quería estar cerca de él y me dolía moverme, pero de no hacerlo no podría seguirle el paso, con dolor me senté sobre su lomo sujetando el saco y entonces el empezó a correr, apreté las manos sobre su pelaje mientras cerraba los ojos al sentir como sus movimientos bruscos no ayudaban a qué la incomodidad disminuyera

- Llegaremos para el atardecer — dijo sin más y yo solo asenti contra su pelaje, me sentía cansado y quería dormir, pero el dolor y los movimientos de la quimera lo evitaba, así que solo decidí escuchar el sonido de todo lo que nos rodeaba, los árboles, los animales huyendo tras la presencia de Samuel, el ruido del agua de los charcos que pisabamos en nuestro camino

Pasaron varias horas, de nuevo Samuel no se había detenido para nada mientras corría por el bosque sin perder el camino que nos llevaría a Roma, aunque hizo una desviación que me mantuvo confundido hasta que vi aquella pequeña cabaña escondida entre los arbustos y los árboles, la quimera se detuvo un poco alejado de está y me hizo bajar

- Es aquí — dijo Samuel mientras observaba el lugar — iré a ver qué todo sea seguro al rededor, busca al herrero — dijo mientras tomaba la pequeña bolsa donde había todo tipo de joyas que habíamos encontrado durante nuestro viaje, decidí solo asentir y Samuel se alejo entre los árboles, yo tomé aire intentando relajarme pues aún podía sentir la magia atravesar mi cuerpo, sin olvidar mi cuerpo cansado y adolorido.

Baje por el fango con cuidado para poder llegar a la cabaña, no veía a nadie ni escuchaba algo que me dijera donde estaba el herrero, pero podía sentir magia dentro de la casa, había un ser con dones dentro de está y por más extraño que pareciera podía percibir el olor de una persona, era extraño que pudiera oler algo así.

- ¿Hola? Busco al herrero llamado Fargan — dije con un tono alto para que me pudiera escuchar la persona que se encontraba dentro — necesito su ayuda — dije mientras me acercaba a la casa y entonces mis ojos captaron un extraño filo acercarse con gran velocidad a mi, esto me dejó paralizado y entonces me queje al sentir un doloroso ardor invadir una de mis mejillas, rápidamente observé mi mano tras sentirla húmeda al tocar el lugar que dolía, la sangre me hizo entender que me habían cortado parte de mi rostro y entonces pude ver a un chico en el recibidor de la cabaña

- No te muevas o la siguiente irá justo a tu frente — dijo amenazante mientras me apuntaba con una ballesta ya con una flecha cargada, yo asustado decidí hacerle caso — ¿como me encontraste? — podía ver la seriedad en su rostro mientras no dejaba de apuntarme, parecía tener la misma edad que Samuel, su cabello era largo y negro, parecía estar amarrado hacia atrás como una mujer y la mitad de su rostro estaba cubierto por una corta barba

- Lamento invadir su territorio, busco al herrero Fargan, encontramos este lugar con—

- ¿Encontramos? ¿Quién te acompaña? — me interrumpió mientras buscaba por todos lados y yo también busque a Samuel con la mirada, pero no aparecía — sal o salgan ahora mismo o mato al mocoso — amenazo provocando que el miedo me invadiera y al no ver al castaño, llegué a pensar que tal vez Samuel me había abandonado aquí y era el día de mi muerte — ¡uno!...— grito mientras yo bajaba la cabeza aterrado de lo que sucedería — ¡Dos!...— mis manos empezaron a temblar, Samuel no aparecía y al escuchar como volvía a disparar cerré los ojos con fuerza solo esperando aquella flecha que atravesaría mi cabeza...

Pero está nunca me tocó, abrí los ojos lentamente, confundido y levante la mirada, al ver cómo la flecha se encontraba a centímetros de mi cara me di cuenta de que estaba aguantando la respiración pues tomé aire al ver cómo una mano sostenía aquella que terminaría con mi vida, seguí el brazo de aquella mano y sorprendido vi como un Samuel en forma humana con un semblante serio e inexpresivo veía la flecha.

- Guillermo, creo que a veces deberías valorar tu vida un poco y luchar por está — dijo en un tono que me hacía pensar que estaba decepcionado de mi, sinceramente pude sentir como mi corazón dolió tras sus palabras, se sentía como si una aguja lo hubiera atravesado

- Lo lamento — susurré con tristeza y entonces el castaño se dio la vuelta para ver al chico que me había disparado

- Siendo sincero no creí que fueras a disparar, todo tu cuerpo huele a miedo, ¿de verdad ibas a matarlo? — el castaño hablo con un tono frío mientras el otro joven parecía estarse tranquilizando al ver qué no me había pasado nada

- Ustedes no podrán entender lo que es tener miedo toda su vida y que quieras proteger tu felicidad sin importar los medios — dijo algo nervioso el joven y entonces pude ver qué dentro de la casa había otro ser con dones

- No queremos lastimarte, ni a ti ni a la criatura — dije mientras veía como el castaño me veía levemente sorprendido y el joven frentr a nosotros aterrado me observo

- ¿Cómo sabes q- —

- Soy un elemental, puedo sentir la magia dentro de la casa y solo hemos venido por un collar como el que le vendieron a Borja Luzuriaga — explique mientras me ponía delante de Samuel para hablar con aquel chico, este pensativo me miró y después observo por detrás de él

- Lo siento, no puedo hacer ese trabajo — dijo con una leve lástima

- Tenemos muchas joyas, te pagaremos bien, por favor — le pedí y este desvió la mirada

- No necesito dinero, ni joyas —

- Conseguiré lo que desees, por favor, necesito ese collar — suplique y entonces escuché una fuerte tos desde dentro de la cabaña, pude ver la preocupación en el rostro de aquel chico mientras observaba la casa y un fuerte olor a sangre invadió mis fosas nasales

- Lo lamento, pero lo que deseo no puedes darmelo — dijo mientras se daba la vuelta — por favor váyanse — nos dio la espalda y antes de que entrara a la casa mi boca hablo gracias al pánico

- ¿Ella está enferma verdad? — dije de golpe y entonces Fargan se detuvo de golpe al borde de entrar a la cabaña, me veía sorprendido por lo que decía — yo...ta-tambien soy curandero, la puedo ayudar —

- ¡Guillermo! — me regaño Samuel, pero no me importo, muchas emociones invadían mi cuerpo al entender la situación que enfrentaba aquel chico con mirada triste y lo que mis ojos percibía dentro de la cabaña

- Si la ayudo, ¿harías el collar para mí? — dije mientras veía directamente a los ojos del pelinegro

- Lo que acabas de decir es una completa tontería, ¿en serio piensas que voy a creer que eres un elemental y un curandero al mismo tiempo? — tenía razón, eso sonaba muy loco, también estaba el hecho de que mi don curativo no aparecía desde hace tiempo

- Digo la verdad, solo déjame verla y te demostraré que puedo curarla — dije mientras sentía como mi corazón latía rápidamente y empecé a rogar porque mi don volviera mientras el joven parecía pensárselo

- Está bien — respondió Fargan

The Monster (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora