Un sonido dulce y cálido....
el suave canto de los pájaros junto a los rayos del sol, hicieron que terminara por recobrar el sentido por completo. Abrí mis ojos con lentitud, dejando que mis ojos se adaptasen a la claridad del lugar donde me encontraba.-...tengo sed...
-¡Lucy!
-¡Despertaste!
Moví un poco mi cuerpo para poder sentarme, de inmediato sentí las manos de Erza y Levy ayudándome a reposar la espalda en una suave almohada. Podía verlas, movían sus labios, hablándome llenas de emoción y alegría por verme bien pero yo...no las escuchaba en lo absoluto. Mis sentidos estaban enfrascados, recordando cada lágrima que derrame, cada sangre que fue derramada...
-¿Qué fue...lo que me paso?
-B...bueno Lucy, este...
-lo que paso es que...
-yo te lo explicare todo, hija.
Luego de media hora escuchando en total silencio lo que el maestro había contado, lo único que pude hacer fue asentir y levantarme de la cama.
-¡no Lucy! Aún está débil, debes...
Me gire mirando a Erza, esboce una sonrisa pequeña ante su mirada de preocupación.
-descuida Erza. Solo iré a descansar a mi casa. Mañana estaré mejor. Adiós chicos.
No espere a que me respondieran, simplemente continúe mi camino sin mirar a nadie hasta cerrar la puerta del gremio. Una vez del otro lado pude soltar el aire comprimido en mis pulmones durante tanto tiempo.
-no puede ser...
Lucy...te amo...
El solo recordar aquellas palabras saliendo de los labios de Natsu hacia que mi corazón comenzara a agitarse con violencia dentro de mi pecho. Recuerdo perfectamente todo lo que hice, los besos, los abrazos....recuerdo cada letra de cada palabra que Natsu me profirió. Recuerdo los duros entrenamientos a los que fui sometida...
-me pregunto si...
Mientras caminaba, examinaba mis manos con detalle. ¿Acaso podría hacer eso en la vida real? ¿Puede que sea una sacerdotisa?
Inexplicablemente el cielo que estaba totalmente despejado y brillante fue oscurecido por un montón de nubes negras, opacando el día. Convirtiéndolo en un completo paisaje crudo y de soledad. Sonreí tristemente al recordar lo triste que me sentí mientras estuve en ese otro mundo. De cierta forma todos mis miedos tomaron fuerza en él. No quería que nadie supiera del miedo a que Lisanna y Natsu estén juntos, tampoco de que alguien pudiera hacerle daño a Natsu ya sea con su familia o con alguien querido...no quería que supieran que aún tengo miedo de que Minerva sea mala y me haga daño...
-soy una completa cobarde...y una hipócrita...
La lluvia comenzó a caer mojándome por completo; de alguna forma sentía como si el agua que me caía encima estuviera tratando de consolarme por todo lo que ocurre en mi cabeza. Estoy tan...tan confundida.
-¿él lo dije de verdad? ¿Natsu realmente decía esos "te amo" de verdad?
Mi piernas no pudieron soportar más mi peso y caí de rodillas al camino empedrado que daba hacia mi casa. Miraba como las gotas resonaban contra el rio, ninguna canoa pasaba por el lugar. Estaba ahí, desahogándome, llorando, totalmente confundida sin poder entender que es lo que me pasaba. Sabía que no era un sueño, sabía que esos besos eran reales...pero...pero...
de pronto deje de sentir las gotas de lluvia y comencé a sentir un calor dulce sobre mis hombros y cabeza. Toque sobre mi hombro izquierdo y vi una tela roja con cristales incrustados.

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Mi querida caperucita
Hayran KurguPor qué siempre lo contamos desde el punto de vista de los demás? Por qué no dejamos que los propios protagonistas nos cuenten como pasaron realmente las cosas...asi no hubiera acabado como siempre acaba, el muerto y yo viva pero muerta en vida. ...