El despertarme cuando el sol no salía era algo ya completamente rutinario en mí. Por lo general las mañanas siempre eran frías y aquello me hacía abrir mis ojos de inmediato; sin embargo, esta vez no fue así. Mi cama se sentía tan cómoda y caliente que no quería levantarme de ella, la almohada olía tan fresca y dulce que podría quedarme abrazándola toda mi vida, aunque aquellos cabellos estaban algo punti...un momento... ¿cabellos?
-¿Qué ray...?
Abrí mis ojos lentamente encontrando una mata de pelo color rosa , pero eso no fue lo que me escandalizo, lo que si lo hizo fue ver a Natsu sin su chaqueta, sin su bufanda, durmiendo plácidamente en mi cama, abrazándome de la cintura con total posesividad...como si fuéramos una pareja de casados.
-oh no, no no no.
De inmediato sentí el agarre un poco más fuerte mientras Natsu soltaba un gruñido cerca de mi cuello ya que el muy bandido estaba posando su aliento en él.
-duérmete.
-N...Natsu. ¿Qué haces aquí?
-dormir. Haz lo mismo.
-debo purificarme.
-no me importa.
-si no te apartes te purificare.
La risa ronca que salió de sus labios me puso a temblar, seguido deseo sentí sus labios en mi cuello en pequeños besos que iban subiendo hasta que nuestras caras estuvieron a la misma altura. Entonces esbozo esa sonrisa llena de picardía que lo caracterizaba tanto.
-¿y por qué no lo hiciste en el momento que viste mi cabello?
-porque...
No me permitió ni dar mi explicación, simplemente tomo mis labios con esa posesividad tan e el. Me acostó por completo en la cama y coloco mis manos sobre mi cabeza, quería moverme, mi cerebro me decía que me moviera pero mi cuerpo no hacía caso. En vez de alejarse solo se apegaba más queriendo sentir más de la piel de Natsu...pero mi maldita yukata.
Afortunadamente las manos de Natsu se movieron agiles para arreglar ese asunto, las dirigió directo al lazo que las mantenía pero fue en ese mismo lapso de segundos que todo en mi cerebro despertó. Recordé que estaba enfada con él, el motivo y aquello me sirvió para enfriarme de golpe.-suéltame.
Natsu me miro con una ceja alzada pero mis ojos no admitieron discusión alguna por lo que se apartó confundido.
-¿Qué ocurre?
Me levante asegurando el lazo y tome mis ropas de la pequeña silla donde las había colocado, así mismo tome mi arco y las flechas sin decirle una sola palabra y me dirigí hacia la puerta que conectaba al pasillo.
-¡Lucy espera!
Ignore su llamado, descendí por las escaleras, cruce la puerta principal siendo recibida por el aire de la mañana. El sol aun no salía por lo que tenía el tiempo suficiente para ir al Lago, meditar un poco y purificarme.
-¿A dónde vamos?
-¿tanto tiempo has pasado con Lisanna que ya te olvidaste que es lo que debía hacer todas las mañanas?
Aquella pregunta irónica lo dejo de piedra pero no me importo mucho; sé que no es su culpa. Su forma de ser es lo que más me encanta, podía jurar que tenía sus orejitas agachadas y su cola baja. Debíamos hablar pero sería luego de mi purificación. Caminamos en total silencio por el bosque, algunos animales al vernos salían corriendo espantados pero no detectamos alguna presencia grave. Al llegar al lago deje todo a sus orillas, Natsu se sentó en una roca sin decir una sola palabra, solo viéndome fijamente. Desate el moño que mantenía sujeto mi cabello en la parte trasera y este se movió con brío en el viento.

ESTÁS LEYENDO
Mi querida caperucita
FanfictionPor qué siempre lo contamos desde el punto de vista de los demás? Por qué no dejamos que los propios protagonistas nos cuenten como pasaron realmente las cosas...asi no hubiera acabado como siempre acaba, el muerto y yo viva pero muerta en vida. ...