Capítulo 010

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Viernes 26 de diciembre, 2008

Un torbellino de emociones se desata en mi interior. Furia, decepción, tristeza, abandono, humillación, traición, soledad, desilución, dolor, pero sobre todo siento un vacío enorme en mi pecho, un vacío que no sé cómo llenar y mucho menos después de haber llorado desde que Trent me encontró hasta que me dormí. Y no es una sorpresa que me haya despertado de la misma forma.

Ayer cuando me llevó a mi casa, hizo el intento de que dejara de llorar pero fue en vano, no pude, necesitaba —y necesito— sacar todas esas emociones que cada vez se hacen más pesadas en mi interior. Emociones que no soy capaz de controlar, emociones que me desmoronan a cada segundo, que me recuerdan que para William fui indeseada. O mejor dicho, lo soy.

Ni siquiera sé como fui capaz de dormir más de doce horas seguidas.

Dos golpes en la puerta de mi habitación me hacen salir de mis feos pensamientos y, enseguida, logro escuchar la voz de mi madre del otro lado.

—¿Lexie? ¿Estás despierta? ¿Puedo pasar.

—Sí —intento decir lo más alto que puedo. Por suerte es suficiente y ella aparece.

—¿Quieres hablar? —pregunta notoriamente preocupada, con delicadeza.

Asiento con mi cabeza y las lágrimas saladas comienzan a deslizarse por mis mejillas. Mi mamá no pierde tiempo para sentarse a mi lado y abrazarme por los hombros.

—Mamá —murmuro entrecortadamente y comienzo a soltar leves jadeos.

—Tómate tu tiempo —susurra sobre mi oído dejandocun beso en mi cabeza. Asiento nuevamente y aferro mis manos a su brazo mientras las lágrimas brotan de mis ojos con liberta—. Sea lo que sea que haya pasado estamos juntas y juntas vamos a salir.

—Vi a papá —le confieso sin poder mirarla. Siento su agarre tensarse pero aún así acaricia mi cabello.

—¿En dónde lo viste?

Por el tono que usa mi mamá, sé que está entre enojada, triste y desesperada. ¿Y cómo no estarlo? Años queriendo que él aparezca y jamás lo hizo.

—En el parque que está a unas cuadras.

Nos quedamos en silencio durante largos segundos, quizás pasaron hasta minutos, pero no salgo de mi posición hasta sentirme con la fuerza necesaria para enfrentar a mi madre y con ella toda la verdad sobre William. Algo en mi interior me dice que ella sabe desde hace mucho tiempo de la familia de William y eso me molesta un poco ya que me hizo crear falsas ilusiones en torno a él.

Un tiempo después, me alejo lentamente de ella y nuestros ojos se cruzan.

—No sé cómo comenzar —confiesa.

—Cuéntame la verdad —pido con dolor. Toma mis manos dándoles un suave apretón y asiente.

—Nada es justo en esta vida —comienza— pero hay que aprender a lidiar con lo que nos hace mal.

—Me cuesta —admito haciendo una mueca—, siempre creí que me abandonó por trabajo, ¿te das una idea de lo que siento al saber que fue por otra familia?

—Danielle siempre fue el amor de su vida y yo no iba a obligarlo a quedarse conmigo —la miro manteniendo mi boca cerrada y esperando a que cuente algo más—. Lexie, tu papá y yo éramos mejores amigos, todos envidiaban nuestra relación porque éramos como uña y mugre, no había nada que no hiciéramos juntos. Sus padres me querían, los míos lo querían a él, todo era perfecto —me cuenta con una enorme sonrisa en su rostro, demostrando su alegría de aquel momento.

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