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Irme de la fiesta no fue la mejor decisión que pude haber tomado, pero en ese momento la veía como la única opción que tenía, al igual que aceptar que Parker me llevará a mi casa ya que no quería molestar y/o preocupar a mis amigos. Además, ellos estaban pasándola bien y yo no iba a arruinarles aquella noche. La que la estaba pasando mal era yo y no tenía por qué arrastrarlos en mi tristeza.
No obstante, antes de dejarme en casa, Parker me llevó a un edificio alegando que pertenecía a su familia. En aquel lugar podía verse toda la ciudad desde el último piso y, de haber llevado conmigo mis papeles y mis lápices, hubiera dibujado esa vista con mucho gusto.
Sin embargo, aquel cuento de hadas terminó en cuando abrí mis ojos. Hoy es veinticinco de diciembre, es decir que iremos a almorzar a la casa de los Sherwood y luego iremos las cinco a la pista de hielo, como todos los años. Así como también irán los demás del grupo y aún no sé qué voy a decirle a Trent cuando lo vea.
Esta vez me visto con algo cómodo y adaptado al día: unas calzas negras, una remera musculosa del mismo color con un estampado en la parte delantera, mis zapatillas blancas y una campera gris súper abrigada. Peino mi pelo hasta que queda completamente lacio y el flequillo lo manejo dejándolo a un costado. Conforme con mi atuendo, bajo las escaleras y junto a mi mamá cruzamos la calle hasta la residencia Sherwood.
Noah es la que abre la puerta y, a penas me ve, tira de mi mano dejando a mi mamá en la puerta. Me sube a rastas hasta su habitación y cierra su puerta nada más entramos, para después apoyar su espalda sobre la misma dándome a entender que no saldremos de allí hasta que ella quiera.
—Vas a contarme qué sucedió anoche.
La miro determinante por unos segundos hasta que suspiro rendida. Es en vano esconderle algo a ella.
—Vi a Trent hablando con Kristen y no parecía que la pasaba mal así que simplemente me fui.
—Con Parker Richwell —se cruza de brazos ahora subiendo uno de sus pies y apoyándolo sobre la puerta.
—Se ofreció a llevarme y acepté, nada más. No quería molestarlos a ustedes.
—Jamás podrías molestarnos, Lexie, ¡somos tus amigos! Trent estaba como loco al no encontrarte. Fue a tu casa, Lexie —suspira alejándose de la puerta y sentándose en la cama, junto a mi—, y Jenna le dijo que no estabas. Dime la verdad.
—¿Estás insinuando que engañé a Trent? —cuestiono ofendida.
—¡No! Es sólo que hay algo que me estás ocultando.
—Parker me llevó a un edificio donde vi toda la ciudad y nos quedamos hablando un rato —explico molesta—. Vi a Trent cuando apareció en mi casa pero ya era tarde. Me fui sobre las dos y el apareció casi a las cuatro, ¿qué estuvo haciendo durante esas dos horas?
—Buscándote. Todos pensamos que habías bebido y...
—Pensaron lo peor —la interrumpo— sabiendo que no bebo, sabiendo que fui una alcohólica y ya no soporto ni una gota de alcohol.
—Si esperas una disculpa eso no sucederá.
—No esperaría eso de ti, Noah —espeto poniéndome de pie—. Pero tampoco me esperaba que pensaras que había bebido, ¿no que eres mi mejor amiga?
—Una cosa no tiene que ver con la otra —exclama furiosa imitando mi accionar—. Sólo estábamos preocupados porque te fuiste ¡y sin avisarnos!
—¡Lo lamento! ¡No sabía que había salido con mis padres!
—No uses la ironía conmigo. Y no somos tus padres, somos tus amigos y como tales te queremos y nos preocupamos.
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Lexie
Novela JuvenilLexie no está preparada, ni siquiera se imagina, para el giro que va a dar su vida en tan pocos meses. La presencia de una sola persona hace que todo se ponga patas para arriba.