veintiseis

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jaeden sintió algo frío tocar su mejilla. levantó su cabeza viendo que era una lata de refresco y que finn tenía otra en su mano. sonrió amable y la cogió abriéndole y dándole un sorbo mientras finn se sentaba a su lado.

había puesto la denuncia hace unas horas. Wyatt se había tenido que ir a su casa debido a que sus padres estaban tremendamente preocupados porque ni siquiera había ido a verlos tras saber que no tenía cargos, y Jack se tuvo que ir a trabajar.
finn se iba a ir a su casa una vez testificó, pero al ver a jaeden sentado en un banco con la mirada perdida, decidió acompañarlo comprando unas bebidas.

–¿no te fuiste a casa?– dijo mirándolo.

–¿me ves en ella?– rio un poco y Finn rio con él.

–¿cómo te sientes?– le dio otro sorbo a la bebida.

jaeden bebió sin responder. finn se le quedó fijamente mirando. estaba más pálido y más delgado que de costumbre.

–cuando era pequeño me emborracha a base de fantas de naranja– miró la lata y jaeden se giró a verlo –iba al súper con mi madre solo a coaccionarla para que comprase un paquete gigante de latas de fanta y beber todas en una hora– jaeden sonrió –era la única forma de que me hiciese efecto

–hablas como los típicos borrachos que lo hacen para olvidar algo– bebió un sorbo largo e cogiendo sus piernas sobre el banco.

–era por lo que lo hacía– lo miro

–¿querías olvidar cosas de pequeño?– jugó con la lata entre sus dientes.

–realmente no... solo que miraba a escondidas como mi madre bebía algo parecido y se olvidaba de todo lo malo– sorbió un poco más –de vez en cuando maldecía de forma repetitiva un nombre que yo no reconocía, y lo culpaba por mi– se giró a ver a jaeden, el cual estaba mirando sus rodillas –empecé a hacerlo porque mamá estaba contenta después de eso.

–¿te sentías mayor haciéndolo?– seguía con la mirada en sus rodillas y jugando con la lata.

–sentía que entendía lo que sentía mi madre– se apoyo en el banco –más tarde deje de hacerlo porque mi madre dejó de hacerlo... y aún más tarde volví a hacerlo porque jack desapareció... y de cierta forma quería olvidar aquel recuerdo– jaeden lo miro y Finn jugó con sus manos, dejando la lata a un lado –no te ayuda a olvidarlo, pero durante un pequeño periodo sientes que tienes apoyo de una puta lata de fanta de naranja– jaeden rio junto a finn –te hace sentir bien durante cinco minutos.

jaeden se quedó mirándolo un rato, y finn lo miró de vuelta. no era como si se abriese completamente ante ellos, ninguno de los dos nunca pensó en percibir al otro como un punto de apoyo al que contarle las cosas, pero las heridas independientes de cada uno a veces se juntan entre sí en un mismo punto y en un mismo banco.

–lo siento– dijo jaeden mirándolo con los ojos agudos. finn frunzo el ceño con duda.

–¿por qué lo sientes? no hay nada que sentir– sonrió un poco

–siento haber pensado...– suspiró –que tu te podías parecer a el– finn apretó la lata y lo miro preocupado –por un momento pensé que verte sería la cosa más difícil de hacer después de todo esto... y lo siento por haberlo pensado.

–¿solo lo pensaste?– jaeden miró hacia un lado para luego coger la lata y beberse la entera de un trago.

–no– una lagrima caía de su ojo –lo visualice una y otra vez, hasta quitarme la apariencia de ese hombre de la cabeza. intenté por las buenas y por las malas que tu y el tuvieseis algún tipo de relación para así poder encontrar algo bueno en toda esta mierda– Finn intento tocarlo pero este se apartó limpiandose las lágrimas –y lo que más duele... es que no puedo llegar a mirarte como el... no puedo evitar el tema– se abrazo a si mismo y respiro hondo mirando a Finn –quería que me dieses miedo para así poder encontrar a otro culpable en todo esto, transformar el recuerdo...– su vista se nublaba por las lágrimas –pero es imposible.

child love ; fackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora