Capítulo X

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"Salio de la habitación, directo a la cueva donde se encontraba el murciélago, al llegar lo vio ahí, frente al enorme computador, se le acerco, Bruce ni siquiera volteo a mirarla, pero eso a ella poco le importaba, solo quería desahogarse, y así lo haría."

-¿Sabe la forma en la que se siente Damián?- Comenzó la amatista, en su tono de voz exigía una respuesta, una que sabia no llegaría.

Bruce seguía en lo suyo, parecía no escuchar a la joven, pero ella siguió.

-Yo lo sé... esta perdido en su soledad de nuevo, lleno de tristeza... se siente decepcionado... él cambio la liga de asesinos por usted, para que usted estuviera orgulloso de él... ¡¡SOLO QUIERE ESO!!... Solo quiere ser aceptado por las cosas buenas que siempre ha hecho... y usted lo hace sentir insuficiente, él siempre trata de ser el mejor en todo lo que se propone, sin importar si su estado de salud está en riesgo... ¿acaso piensa que él decidió feliz irse a Nanda Parbat?, él lo hizo para salvarnos, para cuidar del equipo sin importar que en ese lugar lo iban a torturar como parte de su entrenamiento. -

Rachel se detuvo, pero no hubo respuesta de Bruce, así que con su magia detuvo las manos de Batman, solo de esa forma le daría atención a sus palabras.

-Usted solo se preocupa de que él no sea alguien con un mal camino, y sé que piensa que Damián está en ese camino... pero se equivoca, Damián es alguien bueno, él que esta mal es usted, porque Damián necesita sentir que usted lo apoya... pero no lo hace, solo ve los errores de su hijo... y no mira con que voluntad lucha contra su destino... no mira que él acepto formar parte de los Titanes para alejarse de la liga, no mira que él aprendió a ser mejor y tratar a los demás como sus compañeros, no mira que vio a su equipo en problemas y decidió sacrificarse... sabe lo mal que se siente dar todo y no recibir ni una sola gota de afecto de alguien del que siempre esperas que este feliz por ti...-

Rachel desapareció su magia de las manos del murciélago.

-Usted vio morir a sus padres... sabe la forma que se siente el no tenerlos, y fue un golpe muy duro... pero se siente peor tenerlos y saber que no les importas ni en lo mas mínimo, saber que no cuentas con ellos para nada...-

Bajo ese traje oscuro, una voluntad caía al suelo hecha añicos, era verdad, Damián necesitaba su apoyo y él jamas se lo daba, no veía con que ganas Damián siempre había querido estar junto a él, en el trabajo, en la liga, en Gotham. Que acepto irse a los Titanes para no volver con su madre, que había aprendido mucho de sus compañeros, que había madurado y dejado a un lado su enseñanzas de la liga de asesinos.

Un poco mas tranquila, Rachel se dirigió a la salida, dejando a un murciélago completamente petrificado.

-La pajarita tiene razón, Bruce. El pequeño demonio ha madurado. - Jason salió de una esquina de la Baticueva.

-¿Jason?, ¿Que haces aquí?. -

-Lo mismo que la chica bruja, pero sin educación.-

Al llegar a la habitación, Damián aún se encontraba dormido, parecía descansar después de un largo tiempo de tanto trabajo. Al verlo así, no pudo evitar el preguntarse "¿Que habrá vivido en esos 4 años en su estadía en Nanda Parbat?", debieron ser duros, pues en su cuerpo había mas cicatrices de las que ya tenia. Sin pensarlo, puso sus manos sobre la cabeza del joven, y se adentro en sus recuerdos... pudo sentir cada filo de las dagas que se incrustaban en su piel, cada golpe recibido en los combates, las miles de discusiones con su madre acerca del rumbo de la liga, y esa sensación de soledad, tristeza, un vacio inexplicable llenaban su interior... no soporto más, y salió.
Al mirar a Damián y verlo tan tranquilo, sintió una culpa muy grande, al tratarlo con indiferencia cuando este regreso.

- Lo siento, por tratarte así, ya no lo haré jamás... - acaricio la mejilla del joven, y junto al se recostó para terminar en un sueño tan profundo.

-"Hija, vendré por ti, y me llevare al chico..."-

Durmieron hasta la mañana siguiente, Rachel necesitaba descansar más dias así, más dias junto a Damián, pero sintió que este no estaba a su lado, así que se dispuso a ir a la sala, antes de que saliera de la habitación, golpearon la puerta, era él, ella abrió y lo vió con una bandeja y sobre esta un desayuno.

-Traje el desayuno, te vi descansando y no te quise despertar...- El joven entró, en sus ojos se veía pena.

-Gracias...- Dijo Rachel dedicándole una sonrisa.

Damián le indico que se sentara en la cama, así que ella lo hizo, ambos comenzaron a degustar el desayuno.

-Que bien cocina Alfred, todo sabe delicioso.-

-No fue Pennyworth, yo lo prepare...- Damián se mostraba un poco incomodo. - Gracias por traerme hasta aquí Rachel...- Él bajo su mirada, rápido Raven tomo su mano.

-No es nada... yo... igual lo siento... no debí tratarte de esa manera... - Ambos se miraron a los ojos por unos segundos... - ¿Porque bebiste?... nunca te había vistó... - Rachel desvío la mirada apenada.

- Al salir de la cueva quise distraerme, así que me dirige a la biblioteca, no sabia si tomar un libro o tocar el piano, quería contenerme, y llego Todd, trajo con él una botella y dos copas, no quería su presencia, pero tampoco fue una molestia, me sirvió una copa y la tome, y entre la platica bebí de más, no sé a que hora se fue Todd, creo que tenemos mucho en común..., al final terminé tocando el piano. -

-¿De que hablaste con él?-

- Comenzamos de como madre también lo quería reclutar a él, los efectos de la fosa de Lázaro, hasta ahí logro recordar... - Damián frunció el ceño.

- No vuelvas a beber, sabes que siento tus emociones, me puedes decir las cosas... -

Damián solo asintió, y la palabra era tomada de nuevo por ella.

-¿Como es que sabes tocar el piano?- Ella lo miró y él sonrió.

- Pennyworth me enseñó que el arte, es una expresión de las emociones, que somos humanos y no máquinas, si acumulamos las emociones debe de haber un momento en el que estas exploten, así que me enseñó a tocar el piano y a pintar, pasé mucho tiempo con él en esos momentos, que aprecio mucho el que se tomará la molestia de estar conmigo. -

-¿Entonces no hubo pelea?- Rachel miraba con duda.

-¿Que?, No, yo no podría golpear a Pennyworth. -

Rachel por fin entendió que Alfred no se refería a una pelea, sino a que el respeto se gana escuchando a alguien, siendo amable, demostrando siempre estar ahí. Algo difícil, ya que Damián siempre quería estar solo.





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