♯ 𝚍𝚞𝚘𝚍𝚎𝚌𝚒𝚖

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CAPÍTULO SIN EDITAR

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CAPÍTULO SIN EDITAR




El sonido del cerrojo despertó a Fred, quien se levantó rápidamente del sofá dónde se había quedado dormido esperando la llegada de Leah, y fue hacia la ventana más cercana para ver quién era el que intentaba abrir la puerta.

Pudo ver la cabellera de Leah así que rápidamente corrió a la puerta, la destrabó y la abrió, la chica no tuvo tiempo de hablar ya que los brazos de Fred la rodearon apretándola fuertemente contra su pecho.

─ ¡Mujer, por Merlín! ¿Dónde estabas? ─ se separó de ella para revisarla.

─ Fred. ─ llamó la chica. ─ Lo siento. ─ se disculpó. ─ Es una larga historia.

Fred desvío la vista de la chica y miró a la persona de atrás. ─ ¿Quien eres tu? ─ preguntó agarrando a Leah por los hombros y poniéndola detrás suya.

─ Mi nombre es Lorenzo. ─ respondió el pelinegro. ─ yo...

─ Como dije es una larga historia. ─ interrumpió la chica saliendo de detrás del pelirrojo. ─ él nos ayudará con algo.

─ ¿Con que? ─ preguntó Fred cruzándose de brazos, estaba confundido, primero Leah desaparece por horas y cuando regresa viene con un chico desconocido que dice ayudarlos.

─ Con comida, traje algunas cosas para ustedes. ─ extendió una bandeja. ─ Leah me comentó que se casaron recientemente y mi madre ha querido darle un regalo de bodas pero como Leah se negó, me pidió que le regalé un poco de comida. Mi madre es muy exagera respecto a eso y bueno... ─ extendió una gran bandeja con un trapo cubriendo la comida. ─ Disculpa por haberme robado a tu esposa por unas horas, la encontré algo perdida y con mi madre quisimos ayudarla.

Fred alzó su ceja y sonrió, su estómago rugia. ─ Bien. ─ asintió. ─ Muchas gracias. ─ agarró la pesada bandeja que el pelinegro le ofrecía.

─ Muchas gracias, de verdad Lorenzo. ─ agradeció la chica mientras lo miraba. ─ No hacía falta que me ayudarás, pero lo hiciste de igual forma, te debo una disculpa por intentar golpearte antes.

─ Oh, no. ─ negó el chico mientras se arreglaba las mangas de su sucia camisa con nervios. ─ No te disculpes por eso, lo entiendo, yo hubiera reaccionado de la misma forma. ─ Le sonrió.

Fred sintió una molestia en su interior, no entendía nada de todo lo que estaba sucediendo, pero no le gustaba como ese tal chico Lorenzo le sonreía a su esposa. ─ Te invitaría a almorzar con nosotros pero lastimosamente tenemos cosas que hacer. ─ se metió el más alto a la conversación. ─ Tal vez la próxima.

⩩ 𝐓𝐖𝐎 𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓𝐒, fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora