♯ 𝚜𝚎𝚙𝚝𝚎𝚖

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─ ESTA BIEN, PERO SOLO UN VISTAZO y ya, ¿Okay? ─ Contestó Leah dejando caer sus brazos al costado de su cuerpo

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ESTA BIEN, PERO SOLO UN VISTAZO y ya, ¿Okay? ─ Contestó Leah dejando caer sus brazos al costado de su cuerpo. Fred sonrió y se dió la vuelta para ir hacia la especie de puerta en forma de roca.
Leah lo siguió lentamente, tenía un mal presentimiento sobre aquella puerta.

Fred aún sonriendo, corto algunas plantas de pared y despejó el lugar, la piedra era plana y si, parecía una puerta gigante. Por el agujero corría una brisa suave y fría, Leah echó un vistazo hacia adentro pero vió solamente oscuridad. ─ Ayúdame a moverlo. ─ Pidió Fred. Los dos juntos se pusieron al costado de la puerta de roca y la movieron a un costado.

Una brisa fresca los golpeó, Leah tembló un poco y miró a Fred. ─ ¿Quieres ir tú primero? ─ El chico negó.

─ Los dos juntos.

Leah asintió y agarró de la mano de Fred y lo tironeo dentro del oscuro y frío lugar. ─ ¿Ves algo? ─ Preguntó la chica.

─ Eh, no. ─ Negó el chico. Comenzaron a tantear a su alrededor, aún sujetados de las manos para no perderse. El espacio parecía ser amplio y vacío lo cual pareció raro. Si no había nada allí dentro, ¿Por qué estaba tapado y bien oculto?

─ Creo que debemos volver, Cedric nos estará esperando. ─ Habló temblorosa la chica.

─ Espera, ¿Que es eso? ─ Fred tironeo de la chica cuando está intentó irse.

Leah miró hacia todas partes, no lograba ver nada, veía todo negro y no lograba distinguir las cosas, solo la entrada del lugar en donde un poco de luz entraba.

─ ¿Que es, que cosa? No veo nada. ─ Preguntó confundida la chica mientras forzaba aún más su vista para lograr ver.

─ Allí. ─ Fred tironeo nuevamente a la chica arrastrándola hacía la profunda oscuridad.

─ Fred Weasley, no logro ver nada, vámonos ya. ─ Ordenó mientras se detenía.

─ Pero mirá eso. ─ Leah rodó los ojos y tuvo que forzar su vista nuevamente.
Se asustó cuando vio una neblina, parecía una cortina. ─ ¿Que es eso?

─ No lo sé, pero vámonos. ─ Pidió.

Fred la ignoró y caminó hacía la cortina de humo, está brillaba ligeramente y podía sentirse un viento leve y un ruido que no podían identificar. Leah quiso soltarse de Fred pero este no lo permitió.
El pelirrojo parecía embobado por la cortina de humo, le causaba muchísima curiosidad y le atraía de alguna forma.

─ ¿Fred que haces? ─ Preguntó confundida la chica al sentir como el pelirrojo estiraba la mano, queriendo tocar la neblina. ─ No, no, no, Fred detente en este maldito mom... ─ Pero no llegó a terminar la oración, ya que Fred tomó impulsó y atravesó la cortina, llevándosela a ella con él.

Leah pudo sentir cosquillas en su cuerpo, podía oír su sangre correr y su corazón palpitar, cosa que no pasaba hace aproximadamente veinticuatro horas. Sintió que caía, ya no sostenía la mano de Fred, un viento fuerte la golpeaba violentamente y ella por alguna razón podía sentirlo.

De repente sintió como su cuerpo impactaba contra el duro suelo y gimió por el dolor del impacto. ─ Carajo. ─ Murmuró mientras cerraba los ojos con fuerza y se hacía bola en el suelo.

Cuando el dolor pareció desaparecer, abrió los ojos lentamente y miró a su alrededor, cayendo en cuenta en dónde estaba. Se podía escuchar claramente el sonido de las olas romper contra la orilla de la costa, el olor a mar que tanto amaba la chica, las gaviotas y viento.

Se levantó lentamente, pero sin perder el miedo. ¿Dónde estaba? Y, ¿Por qué Fred Weasley no estaba con ella?

─ ¡Leah! ─ Escuchó la voz del pelirrojo llamarla, se paró y corrió hacia donde pertenecía la voz. ─ ¡¿Dónde estás?!

─ ¡Aquí! ─ Gritó Leah mirando la espalda de Fred, el chico se dió vuelta rápidamente y corrió hacia ella, abrazándola cosa que sorprendió a la chica.

─ Mierda, me asusté, pensé que algo te había pasado. ─ El chico se separó de la chica y colocó sus grandes manos en los brazos de la chica, mirándola para ver si tenía alguna herida o algo grave.

La chica estaba llena de arena, en el cabello y en su mejilla izquierda, la ropa descomodada al igual que su peinado. ─ ¿Dónde estamos, Fred? ─ Preguntó temerosa la chica.

─ No lo sé, lo siento. ─ Se disculpó, miró hacia el mar y frunció el ceño. ─ Esto no se siente como estar...

─ Muerto. ─ Contestó Leah por él. ─ Se siente como estar vivo. ─ Miró a Fred y rápidamente llevo sus dos dedos al cuello del chico, intentado tomarle el pulso.

Podía sentir los latidos del chico, claramente su corazón funcionaba. ─ ¿Estamos en vida?

─ Mierda, no, esto no tiene que estar pasando. ─ Leah se alejó rápidamente del chico exaltada mientras negaba con su cabeza. ─ E-es imposible, no podemos, debes estar bromeando. No es gracioso Weasley, no lo es.

Fred frunció el ceño y la miró confundida. ─ ¿Crees que estoy bromeando? ¡No! ¿Cómo podría? ─ Negó el chico, algo ofendido. ─ Estoy igual de confundido qué tú.

─ ¡Esta es tu culpa! ─ Gritó en medio del shock. Fred no la culpaba, él la había arrastrado y era normal que los dos no entendieran nada de lo que estaba sucediendo. ─ ¡Te dije, maldita sea, te lo dije! ─ Se acercó y al chico y golpeó firmemente el pecho del chico. ─ ¡¿Que te costaba hacerme caso?!

─ Hey Leah, cálmate, por favor. ─ Fred detuvo los brazos de la chica y la miró fijamente al rostro. ─ ¿Lo siento, si? No sabía que esto iba a suceder.

─ ¡Claro que no! ─ Leah seguía gritando de forma histérica. Estaba asustada y confundida como la mierda.

─ Basta, Leah. ─ Fred, ya cansado, apretó su agarre de los brazos de la chica y la obligó a mirarlo a los ojos. ─ Cálmate, hablemos bien e intentemos buscar respuestas.

Leah lo miró enojada, suspiró fuertemente y se alejó de un tirón del chico.
Se dió la vuelta y comenzó a caminar lejos del chico, si quería pensar bien y buscar alguna respuesta, debía estar sola y lejos del culpable de la situación.

─ ¿Dónde vas? ─ Preguntó Fred pero la chica lo ignoró. ─ ¡Mierda, Leah, vuelve aquí! ─ Ordenó pero fue ignorado nuevamente. Caminó rápidamente al lado de la chica y la hizo detenerse. ─ Ya dije que lo sentía, no me hagas sentir más culpable ¿Si?

Leah lo miró y aflojó su ceño fruncido. ─ Necesito saber dónde estamos y para eso es mejor que este sola, volveré en unos momentos. ─ Habló y siguió caminando hasta llegar a una pequeña colina, se sentó allí y miró al horizonte dónde el sol estaba ocultándose.

Fred dejo de mirar a la chica para mirar las olas pequeñas romperse en la orilla, suspiró y dejó caerse en la arena fría. Estaban tan asustados y confundidos, no lograban comprender la situación en la que se encontraban.

Habían vuelto a la vida sin saber que era posible.

⩩ 𝐓𝐖𝐎 𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓𝐒, fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora