♯ 𝚚𝚞𝚒𝚗𝚚𝚞𝚎

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LA CHICA ABRIÓ SUS OJOS GRACIAS A LA LUZ QUE ENTRABA POR LA VENTANA, LEAH era una chica de despertarse fácilmente, tenía el sueño muy ligero

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LA CHICA ABRIÓ SUS OJOS GRACIAS A LA LUZ QUE ENTRABA POR LA VENTANA, LEAH era una chica de despertarse fácilmente, tenía el sueño muy ligero.

Se estiró aún estando acostada y bostezó.

─ Aún está durmiendo, pero estoy muy segura de que le alegrará verte. ─ Escuchó la lejana voz de su abuela.

Confundida e interesada en saber con quién hablaba, quitó las mantas de su cuerpo y se levantó, refrego su cara con las palmas de sus manos tratando de despertarse.

Intentó recordar las palabras de su abuela para cambiarse de ropa. ─ Multicorfors. ─ Sintió una leve brisa y cosquillas en su cuerpo para luego sentir como estaba un poco más abrigada.

Se miro al espejo de la habitación, este era grande y largo de cuerpo completo. Miró su apariencia, se veía igual al último día. ¿Crecerá alguna vez? ¿O se quedará con aquella apariencia para siempre?

Vestía unos pantalones sueltos y un suéter azul, no hacía tanto frío pero sinceramente, no podía sentirse el clima.

Volvió a escuchar unas risas y miró hacia la puerta, caminó hacia esta y suspiró antes de abrirla.

Bajó las escaleras despacio tratando de espiar para ver de quién se trataba. Cuando estuvo a unos cuantos escalones y tocar el piso y poder saber quién estaba, su abuela exclamó. ─ ¡Buenos días, bella durmiente!

Leah se sonrojó al ser descubierta, bajó lo que quedaba de escaleras y miró a la persona que estaba sentado en el sillón.

─ Hola, pequeña. ─ El chico se levantó con una sonrisa. ─ Te extrañe demasiado.

─ ¡Cedric! ─ Gritó feliz la chica y corrió a abrazar al muchacho, quien la recibió gustosamente mientras reía. ─ Demonios, te extrañe demasiado.

─ Yo igual, Leah, no sabes cuánto. ─ Suspiró. ─ ¿Cuando llegaste?

─ Ayer, luego de la guerra. ¡Voldemort está muerto! ─ Contestó la chica sin dejar de abrazar a su amigo. ─ Aún no recuerdo como morí, pero supongo que un mortífago me mató.

Cedric hizo una mueca. Margot miró la escena con una sonrisa. ─ Voy a la cocina, el desayuno está listo, cariño.

Leah se separó de Cedric y asintió. Por alguna razón tenía hambre, no sabía que podía sentir el hambre.

─ En un moment voy. ─ Le avisó a su abuela, quien asintió y de fué.

─ Tenemos mucho de que hablar Leah. ─ Suspiró el chico. ─ Y más sobre tu enamoramiento hacía mí, ¿Por qué nunca me lo dijiste?

Leah se sonrojó fuertemente y desvío la mirada. ─ ¿C-como lo sabes?

─ Soy fantasma, no tonto. ─ Bromeó el chico. ─ Un día fui a visitarte y escuché como le contabas a Luna cuan enamorada estabas de mi mientras llorabas. ─ Contó.

⩩ 𝐓𝐖𝐎 𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓𝐒, fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora