Nuestra Promesa [WangXian] -Mo Dao Zu Shi

Capítulo XXXVI

Con el fuerte sonido de un gong se dio inicio a la competencia. Las gradas, que ya se encontraban llenas por los espectadores, tenían en frente la tarima de los Líderes y Representantes de Sectas, aparte de dos enormes pantallas. Esto dejaba un largo y amplio pasillo en medio por donde, como si de un desfile se tratase, los participantes de cada secta hicieron su aparición, divididos en tres filas, según en qué categoría participarían, con un líder al frente que portaba las túnicas de la antigüedad.

Primero entraron los participantes de Yunmeng Jiang, ya que eran los anfitriones, por supuesto fueron recibidos bajo aplausos y vítores más entusiastas que cualquier otro, después de todo la mayoría de espectadores eran de Yunmeng. Jiang Cheng lideraba el desfile, con sus túnicas en tonos morados y púrpura, mientras el resto de participantes usaban el uniforme moderno de pantalón color mora azul, cinturón grueso, del cual colgaba la campanilla de plata con motivo de loto de nueve pétalos, la camisa de cuello alto de un tono morado azulado mientras la chaqueta tenia tonos lilas y violeta más suaves. Wei Ying solo tuvo que colocarse su chaqueta al reverso, mostrando los tonos lilas y violetas idénticos al uniforme de Yunmeng.

Los siguientes fueron los discípulos de LangLin Jin, liderados por Jin ZiXuan ataviado en túnicas doradas con el símbolo de la peonia que chispea en la nieve, orgullosa en su pecho.

Jiang YanLi, que se encontraba entre el público, tuvo que contener a su pequeño Jin Ling de ojos brillantes y demasiado emocionado por ver a su papá participar. Además era la primera vez que el niño asistía a esta competición y todo aquello que sus ojos veían era nuevo y emocionante.

-Mamá ¡Mira, mira, es papá!

-Sí, lo veo. Esta muy apuesto ¿No?

-¡Claro que sí!

-Tus tíos también están muy guapos.

Jin Ling lanzó una mirada hacia los discípulos de Yunmeng donde estaban su Tío A-Cheng, que aún mantenía la mirada al frente de forma seria, justo detras Wei Ying parecía estar hablando casualmente hacia los discípulos Jin. Cualquiera que pusiera atención podría notar que, cualquiera que fueran las palabras de Wei Ying, estaban enfureciendo a Jin ZiXuan, que claramente se esforzaba por ignorarlo.

-Bueno, sí, mis tíos también se ven bien.

  A pocos metros en las gradas, el venezolano Víctor alzo una ceja interrogativa mientras veía pasar a los discípulos Jin con un uniforme refinado y elegante. Pantalón blanco de una tela con apariencia muy fina, camisa de manga larga beige con múltiples e intrincados detalles dorados, atado al cuello una capa de un tono dorado muy claro; incluso los zapatos parecían demasiado elegantes, con un pequeño tacón. Víctor pensó ¿Esto no parecen ropas para una cena elegante? Más bien ¿Demasiado elegante?

-¿No son esas ropas demasiado llamativas para una competencia? Quiero decir, se ven tan brillantes y elegantes que temo se desgarren apenas entren a la competición.

-La Secta LangLin Jin siempre ha sido característica por usar estos uniformes tan elegantes –Wen Qing, a su lado, le respondió sin apartar la mirada del desfile

-Pero mira, incluso sus zapatos tienen tacón. Sin duda alguno terminara con las ropas desgarradas o algún tobillo torcido.

–Te aseguro que son muy hábiles, supongo que se habrán acostumbrado a tener cacerías y enfrentamientos con ese tipo de vestimentas. Además no debes subestimar sus ropas, no son nada débiles, sus telas están embutidas con un hechizo que las vuelve muy resistentes.

-¡Ah! Ustedes realmente hacen cosas interesantes ¿Crees que me costaría mucho conseguir una tela de esas?

Wen Qing al fin le dedico una mirada –Aunque los Jin son los mayores comerciantes de telas, no diría que sus precios son muy económicos, sobre todo cuando se trata de prendas con hechizos y poder espiritual.