Capítulo XX

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El Líder de Secta Lan XiChen y su novio, Jiang Cheng se encontraban en la habitación Hanshi sentado uno junto al otro, con una pila de hojas en frente donde los jóvenes discípulos habían escrito su informe de las cacerías nocturnas. XiChen le pidió quedarse esa noche en su habitación y corregir los informes juntos, luego planeaba meter a Jiang Cheng a su cama y dormir abrazados.
De vez en cuando la mirada de XiChen se desviaba hacia un lado para empaparse de la imagen de su novio vestido con las tucicas blancas de su Secta para dormir, el cabello suelto que había crecido un poco más abajo del mentón. Se sintió el hombre más afortunado por tener a su lado al que veía como él más apuesto.

-El líder de secta debería aprender a regularse a sí mismo –Jiang Cheng comentó sin apartar la vista de su pila de informes -¿No es acaso esta una de sus reglas de clan?

-Tiene razón Joven Jiang, pero las reglas también dice que podemos perder nuestra regulación ante la persona amada. No puede pedirme que me contenga cuando tengo a un novio tan lindo sentado junto a mí.

Las mejillas de Jiang Cheng de inmediato se tiñeron de rosa mientras le brindaba una mala mirada a XiChen que simplemente comenzó a reír.

-No digas cosas vergonzosas XiChen.

-Pero A-Cheng no he dicho nada vergonzoso, solo es parte de nuestras reglas y costumbres –Lan XiChen soltó la pluma en el escritorio para posar la mano sobre la de Jiang Cheng –Además, tu rostro avergonzado es aun  más lindo de lo usual, me encanta la ver que te sonrojas.

La mano de XiChen subió lentamente por el brazo del menor en una suave caricia. Jiang Cheng desvió su mirada avergonzada pero no se alejó, disfrutando el ser mimado por su novio.

-A-Cheng… – susurro –Dame un beso.

Jiang Cheng mordió su labio inferior antes de sentir como era tomado del mentón con suavidad, se dejo llevar y lentamente acercó sus labios al contrario, sentía el aliento caliente de su novio y su nariz se inundó del delicioso y masculino aroma, no lo admitiría pero realmente se moría de ganas de recibir uno de esos calientes y apasionados besos de XiChen.

Apenas rozaron sus labios en una ligera caricia cuando el silenció nocturno fue perturbado por un fuerte grito que los hizo saltar en su sitio y ponerse en alerta de inmediato.

Ambos tomaron sus armas y de inmediato salieron; Lan XiChen sabía perfectamente que el grito provenía del jingshi  y se preocupó por su hermano menor, por supuesto que confiaba en la fuerza de su hermano pero el grito fue tan desgarrador y lleno de terror que no pudo evitar llenar su mente en decenas de posibilidades mientras llegaban al Jingshi seguido de Jiang Cheng.

Entraron a la habitación rápidamente y la imagen que los recibió los dejo paralizados por un momento. Wei Ying se encontraba de rodillas en el suelo con ambas manos en su cabeza, la boca aun abierta por el grito, las cejas fruncidas en una mueca de dolor y los ojos bañados en lagrimas; Lan Zhan estaba frente a él, su expresión casi imperturbable a exención del tormento reflejado en sus dorados ojos, sus manos tocaban las de Wei Ying en un intento desesperado de calmarlo.

Al ver esto, Jiang Cheng perdió los papeles y acarició su anillo sin esperar explicación alguna, el látigo Zidian se mostro en todo su esplendor bañado en rayos purpuras y lo agitó con fuerza.

-¿¡Que le has hecho a Wei Ying!?

-¡Jiang Cheng! ¡Alto!

Lan XiChen se interpuso y sostuvo con fuerza el brazo que agitaba a Zidian para detenerlo; Jiang Cheng hizo una mueca, no sabía si era de dolor por la abrumadora fuerza que los Lan poseían en sus brazos, o rabia por ser interrumpido ante lo que consideraba un merecido castigo al Segundo Maestro Lan por hacer llorar a su mejor amigo.

Nuestra Promesa [WangXian] -Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora