• Te sigo a la oscura perdición, cariño (Parte I) ~ [KOOKMIN] •

8. Clase de matemáticas y sexo

Jimin POV

Se fue de los vestidores sin decir nada más. Bueno, tampoco me importaba que dijera algo más, prefería que mantuviera su boca cerrada antes que siguiera humillándome.

Según él yo sólo era un agujero con el que podía divertirse, y claro que era así porque no me trataba como si fuera una persona sintiente. Al principio me parecía divertido, era como un juego el provocarlo y que terminara sucumbiendo, pero me estaba cansando su actitud agresiva. Yo no le había hecho nada y aun así me trataba como una escoria.

Una vez también me había dicho que no podía esperar otra cosa, no podía esperar respeto si yo me comportaba como una puta. Antes no pensaba así pero me había hecho dudar, quizás tenía razón. Tal vez simplemente no tenía el derecho de pedir respeto si me comportaba así, es decir, quizás mis acciones y el hecho de ser "fácil" le habían incitado a tratarme como lo hacía. Quizás si yo no hubiera sido de esa manera, él me hubiera visto de forma diferente y no me hubiera odiado.

"Quizás hasta podría llegar a gustarle o hacer que sintiera interés en mí", pensé.

También me había dicho que no era la gran cosa, que no era tan interesante follar conmigo o que le hiciera mamadas. Probablemente tenía un montón de chicas mejores que yo, que le daban placer mejor que yo, además más lindas, más sensuales. En cambio yo era un chico, él jamás me vería como alguien atractivo.

Cuando fue a buscarme a los vestidores no planeaba dejar que hiciera lo que quisiera, pero Jungkook era el tipo de chico malo que me daba tanta intriga que me llamaba a meterme donde no debía. Mis ojos brillaban cada vez que le veía y quería acercarme a él, quería saber por qué a veces me miraba con odio, mientras que otras veces parecía perderse en su mente mientras me observaba. Quería saber en qué pensaba, pero al final solo escupía todos sus pensamientos tóxicos sobre mí, así que probablemente no había nada positivo sobre mí dentro de su mente.

Quizás si hubiera tenido más curvas le hubiera gustado, quizás si hubiera tenido cabello largo y senos le hubiera gustado. Quizás si no tuviera polla hubiera estado algo más seguro de mí mismo para ir y encararle, porque la realidad era que yo quería follar con él en serio pero jamás le buscaría para ello, no quería ser rechazado porque ya dejaba mi autoestima lo suficiente por el piso como para someterme a más humillaciones.

Cuando me folló me dolió como los mil demonios, me había hasta cortado el aire por un momento, pero el dolor fue desapareciendo un poco, pero aunque llegué a poder sentir placer luego de eso, él no dejó que me viniera. Él me excitaba, me gustaba su cuerpo, que fuera algo más alto que yo, que tuviera hombros anchos y un pecho bien definido, sus pectorales destacaban debajo de su ropa y me daban tantas ganas de tocarlo pero él jamás me dejaría. Sus piernas eran largas y musculosas, y a pesar de ser tan masculino tenía una cintura delgada que me quitaba el sueño. Era un jodido buen partido, todo él me ponía cachondo desde que él había comenzado a madurar, ya que le conocía desde que éramos pequeños.

Sin embargo, todos sus encantos se iban cuando mostraba su personalidad, pero aun así yo no tenía la voluntad suficiente como para rechazarlo. Él era la fantasía de cualquier chico gay, y yo había podido traspasar aquello, aquella fantasía y volverla realidad.

Era una buena distracción para olvidarme de lo mucho que me había humillado a mí mismo frente a Taemin, por perseguirle en fiestas o hacer el ridículo para llamar su atención. Realmente no sabía por qué seguía amándole si él me había decepcionado tanto, pero no podía evitarlo, era el amor de mi vida y parecía mentira lo mucho que me había lastimado a pesar de que antes era bueno conmigo, pero comenzó a juntarse con gente que lo cambió completamente. Bueno, yo también había cambiado. De pertenecer sólo a un chico, terminé convirtiéndome en un prostituto, solo que gratis, básicamente una puta, como me decía Jeon.