Capitulo 1: La invitación

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Yo estaba segura de que actualizaría hace siglos, pero entre una y otra cosa siempre lo dejaba pendiente, así que mil disculpas. Mi vida siempre ha sido un poco complicada y me cuesta trabajo llevar mi vida de fiker con mi vida laboral y personal. Pero las compensaré, lo prometo. un beso y leer

Capítulo 1: La invitación

Los sonidos de un carruaje deteniéndose en la entrada, alertaron a Serena. No era común que a esa hora del día recibieran visitas, ya que la única que los visitaba era Rei Hino y sólo una vez por semana; y como ya había asistido, no era probable que fuera ella. La rubia decidió acercarse a la entrada para averiguar quién era, y grande fue su sorpresa al ver bajar del carruaje a su prima. Hacía más de cinco años que no la veía ni hablaba con ella ¿Qué era lo que la traía por su casa si se había negado a admitir que existía? Serena la miró recelosa y Mina le regresó la mirada desafiante. Serena suspiró. Mina no cambiaría nunca. Era ella la que debería bajar la cabeza y aun así, se sentía con el derecho de tratarla como si fuera la peste.

—¿Qué quieres Mina?

Mina se enfureció. No estaba acostumbrada a que la confrontaran y menos Serena, quien siempre había sido complaciente con ella.

—No hablaré aquí afuera —sentenció y sin ninguna invitación, se metió en la casa. Serena no podía creer que Mina fuera tan descarada, sacudió la cabeza y fue tras ella. Al entrar vio, como Mina observaba atentamente el cuadro de la sala de estar y a Serena se le estrujó el corazón.

—Me vas a decir qué quieres, Mina ¿sí o no?

Mina desvió la mirada del cuadro y la dirigió hacía su prima, mirándola con rencor.

—¿Ni siquiera me invitas a sentarme? Has perdido la educación por completo.

La aludida ni se inmutó. Mina no era bienvenida en esa casa; ella y su familia les habían dado la espalda injustamente y ¿ahora se atrevía a reclamar?. De verdad que no tenía vergüenza.

—No voy a fingir cortesías. El tiempo en el que solías controlarme, se acabó Mina —declaró la rubia, haciendo que los ojos de Mina brillaran de odio —. Dime de una vez a qué has venido —insistió. Mina no hizo caso, se quitó los guantes y se sentó, empezando a hablar.

— Tal vez deba empezar por recordarte que hace cinco años, tú y yo hicimos una promesa.

Los ojos de Serena la miraron desconcertados. Recordaba perfectamente la promesa y la había cumplido hasta el momento ¿Por qué Mina necesitaría recordársela ahora?

—En ella pactamos que jamás dejarías sola a la niña —continuó Mina, decidida —, y que serías su madre para todos los efectos...

—Recuerdo bien esa promesa Mina —interrumpió Serena, indignada —¿Quieres ir al punto, ya? —exigió.

—Sí tú quieres —contestó Mina molesta —. Ha llegado a mis oídos, que Rei Hino está buscándote un protector.

Eso fue una verdadera sorpresa para Serena. Rei Hino era muy amiga de ella y nunca le había molestado que fuera madre soltera ¿Sería cierto que ahora le buscaba un protector? No estaba segura, pero no le iba a dar el gusto a Mina de saberlo, así que contestó altivamente.

— Eso no es asunto tuyo.

Mina se llenó de rabia y respondió.

—Claro que es asunto mío. Tu compromiso es para con la niña y no puedes descuidarla por trivialidades. Además, si él se da cuenta que tú... que tú... bueno, que tú no eres madre de la niña, exigirá saber de quién es.

Mujer InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora