Mujer Inocente

Capítulo7: Encuentros

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi la historia es completamente de mi propiedad

Capítulo 7: Encuentros

No estaba seguro si lo que estaba haciendo era lo correcto. Después de todo, él había decidido que lo mejor era no ir a la fiesta, sin embargo, veía el regalo con demasiada insistencia y su decisión de mandarlo con un sirviente estaba flaqueando.

La pequeña Momo no merecía que le hiciera aquel desplante, después de todo, la invitación había salido de lo más espontánea y a él le había causado gracia y placer a la vez.

— Excelencia, he venido por el paquete

La voz del sirviente del otro lado de la puerta lo sacó de su debate y fue a abrir.

— Ya no es necesario que lo lleves— anunció con voz segura.

— Disculpe excelencia, ¿ha decidido no enviarlo?

El mozo palideció al terminar de hablar pues creyó que Darien se molestaría por la pregunta. Él era un duque y los duques no les debían explicaciones a sus sirvientes; sin embargo, el color le volvió al rostro cuándo Darien, tranquilamente le contestó:

— No es eso, es sólo que he decidido llevarlo yo mismo

El mozo asintió y se retiró pensando que seguramente el duque no se había dado cuenta de que lo había cuestionado.

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El viaje a la casa de Momo fue de lo más placentero. Serena había estado escuchando las ocurrencias de su hija y había reído mucho con ellas y si a eso le sumaba que Haruka había hecho aportaciones a esas ocurrencias, le hacía pensar que sin duda era una buena idea haber hecho el viaje con él.

Cuando el carruaje se detuvo, a Serena le dio un vuelco el corazón ya que era la primera fiesta de su hija y el temor de que pudiera salir mal, la ponía nerviosa. A veces, los niños solían ser demasiado crueles y no estaba segura de que la pequeña Elena resistiera tanta antipatía.

Haruka descendió del carruaje de lo más despreocupado y le extendió la mano, lo que le dio un poco de tranquilidad y la animó a bajar. Elena descendió después de ella.

Justo cuando iban a entrar, un nuevo carruaje paró frente a la casa. Serena iba a entrar sin prestar atención, pero sintió una mirada profunda a su espalda que la hizo voltear y al hacerlo, sus ojos celestes se toparon con los zafiros del duque Shields. La profundidad de su mirada la hizo temblar un poco y no pudo explicar por qué.

— Serena ¿Te encuentras bien?

La voz de Haruka la hizo reaccionar y dejar de prestar atención al duque, sin embargo, sus pensamientos aún seguían con él.

— Estoy bien— contestó distraídamente y avanzó hacía el interior de la casa.

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Rei bajó apresuradamente las escaleras de su casa cuando le anunciaron que Jedite había ido a verla. Habían pasado semanas desde que él anunciara que iba a cancelar su compromiso y ella le había suplicado que no lo hiciera. Era cierto que no quería a Jedite y que había sido muy grosera con él una vez que formalizaron pero, sin duda, Jedite era la mejor opción para contraer matrimonio. Era un hombre decente y además la amaba, y se lo había confirmado cuando intentó cancelar el compromiso. Sin embargo, después de que le contara su historia, Jedite no había vuelto a verla, aunque tampoco había hablado con su padre para cancelar la boda.