Mujer Inocente

Capitulo 12: Consumación

Contenido con clasificación M +18, y al que no lo entienda quiere decir que tiene escenas de sexo (tranquilícense, no es tan grave). Pero si no te gusta puedes abandonar la historia ahora. 

 A leer

Capítulo 12. Consumación

Mina no paraba de decir que Samy era un entrometido y que las cosas no se iban a quedar así, ya que ella bien podía ir a Elusión por su cuenta y él no se lo iba a impedir. Yaten la observaba detenidamente, sin decir palabra y si ella hubiese estado más atenta a su marido, no la hubiera tomado por sorpresa lo que él le dijo.

— Sí ¿Y cómo lo harás?

Mina quedó viendo a Yaten con sorpresa. Él había sonado tan serio y hasta podría decirse que un poco enfadado.

— Obviamente, me iré en uno de los carruajes — contestó, simplemente

— No pondré ninguno a tu disposición.

Mina quedó viendo a Yaten como si le hubiera salido una segunda cabeza. Nunca antes le había negado nada y que lo hiciera ahora, la descolocó

— ¿Qué estás diciendo?

— Actúas muy raro, Mina. Hoy me he dado cuenta de que me ocultas algo y espero que no sea lo que estoy pensando.

Mina se quedó pasmada y lo quedó viendo con los ojos muy abiertos y un temor claramente reflejado en ellos. Se había confiado demasiado en el amor desmedido que Yaten le tenía, así que nunca se imaginó que su actitud podría parecerle sospechosa.

— Samy ha dicho que ya era hora de que conociéramos a la verdadera Mina y tú le dijiste que lo odiabas. Eso me hace pensar que Samy sabe algo que yo no, y sospecho qué puede ser.

—Y... ¿Qué es lo que sospechas? — preguntó Mina, con temor

—No te lo diré. Esperaré a que seas sincera conmigo y tú misma me lo digas

Sin más, Yaten salió de la casa dejando a una Mina temblorosa.

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Darien daba vueltas por todo el salón de la casa de su tío. Su prima era la única respuesta que había encontrado ante su desesperación, así que cuando la vio entrar, enseguida comenzó a dispararle preguntas.

— ¿Serena ha venido aquí? ¿Sabes a dónde ha ido? ¿Puedes decírmelo? Sabes que si no lo haces, de todos modos lo sabré.

Rei lo miró severamente por su falta de educación.

— Hola, también me da gusto verte.

— No juegues conmigo Rei. No estoy para eso ahora.

— Pues deberías estarlo— respondió Rei, enfadada —. Te he dicho que te alejaras de Serena y me has ignorado completamente, pero no más. Debes dejarla en paz, ella no merece que la trates como una cualquiera.

—¡Tú sabes algo! — gritó Darien, con vigor

Rei lo miró con interés.

—¿Y qué se supone que debo saber? Porque, al parecer, tú también sabes algo que yo no

—Ni yo mismo lo sé, sólo que hay algo raro en todo esto y si lo supiera, tal vez podría buscar algo más serio con Serena.

Rei suspiró con pesadez

—Siéntate, Darien

El susodicho la obedeció

— ¿Estás enamorado de Serena?