Capítulo 16: No soy inocente

494 40 32
                                    

Lo prometido es deuda, alguien atinó la cantidad exacta de capítulos, no diré el nombre, y otra se acercó demasiado. Así que acá está. Espero lo disfruten y tengan un excelente fin de semana.

Advertencia: Este capítulo tiene escenas +18 leer bajo tu propia rewsponsabilidad, un beso y abrazo a todas.

Capítulo 16: No soy inocente

Darién asomó la cabeza una vez más, cerciorándose de que no había nadie en el pasillo, el cual, no tenía más habitaciones ni ninguna otra salida donde esconderse, sin embargo, su esposa insistía que había oído ruidos.

— No hay nadie ¿No será esta una treta para distraerme?

— ¡Yo nunca uso ese tipo de tretas! Eso es solo de gente baja como ustedes

A Darien le dolió que lo hubiera incluido en ese tipo de gente, pero no podía culparla por hacerlo

— Lo siento— se disculpó, apenado, dirigiéndose a ella y tomándole la mano. Volvió a enfadarse al notar como se empezaba a formar un hematoma en su muñeca—. Te ha lastimado— señaló besando su muñeca.

— No tanto como tú—reclamó la rubia, arrebatando bruscamente su mano y lanzándole una mirada que pretendió que fuera de rencor pero lo que reflejaba, era dolor.

Darien bajó la cabeza, avergonzado, al recordar sus palabras

—Lo siento — volvió a decir —. Solo puedo justificar que mi conducta se debe a que estaba enfadado. No soporto como la gente te mira y te trata, por una niña que no es tuya.

— ¡Elena es mía! — gritó la rubia con fervor y Darien asintió.

— Tú la criaste y educaste. Es lógico que la quieras como tuya, pero...

— ¡Te estoy diciendo que Elena es mía!

Darien se quedó viendo a Serena con severidad ante su insistencia. Al parecer, debía confesar lo obvio.

— Sere, tengo demasiada experiencia para no darme cuenta de las cosas — la rubia lo quedó viendo, interrogante. Darien suspiró, resignado —. Llegaste virgen a mi cama, nadie más que yo, te ha tocado así que la niña no puede ser tuya. Y después de ver a tú prima, no tengo ni que preguntar quién es la madre.

Serena comenzó a llorar en ese momento, refugiándose en los brazos de Darien y sollozando con insistencia.

— Elena es mía.

Lo repitió tantas veces que Darien entendió que era más que cariño de crianza, lo que la unía a la pequeña.

— Cuéntame—pidió y la rubia asintió. Ambos se sentaron en un viejo sillón que se encontraba allí abandonado.

La rubia inspiró profundo antes de hablar y luego comenzó.

—Cuando Mina quedó embarazada, se sintió acorralada y no encontró más solución que hacer pasar a la criatura como mía. Fue un acto egoísta de su parte, pero no se le hubiera ocurrido de no haber sido yo tan tonta y consecuente con ella. Siempre le cubría todas sus faltas y la justificaba así que Mina creyó que ésta no sería la excepción. Al principio me resistí, pero no fue por mucho tiempo porque en cuanto Mina me dijo que, si no accedía se desharía del niño, no podía permitirlo — confesó la rubia, con fervor —, así que accedí y ambas nos exiliamos en Erusion.

Darien escuchó sin comentar nada, aunque le hubiera gustado agregar que su linda prima la había chantajeado —. Continúa —pidió, después de la breve pausa de la rubia.

— ¿Sabes qué es curioso? — preguntó la rubia, mirándolo con profundidad.

—No —respondió él.

Mujer InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora