Capítulo 9: Secreto Revelado

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Ajá está demás decir que los derechos de Sailor moon pertenecen a Naoko Takeuchi, y yo solo los  tomo prestado para entretenimiento.


Capítulo 9.- Secreto revelado

Seis meses pasaron muy rápido y a pesar de ello, Haruka aún no asimilaba las acciones de Serena. Ella había aceptado muy rápido la amistad del duque y éste solía frecuentarla mucho, situación con la que él estaba en total desacuerdo. Toda la sociedad londinense comentaba esas visitas frecuentes que se realizaban, nada más y nada menos que, en casa de la rubia, por lo que los cotilleos eran demasiado negativos, criticándola no solo a ella sino también a sus padres. Haruka no podía creer que la rubia no tuviera un poco de consideración hacia ellos, incluso había hablado con ella al respecto, pero el resultado había sido totalmente negativo.

Haruka llevaba semanas sin visitar a la rubia porque no quería que los cotilleos se hicieran más grandes, pero ya no podía con las ansias de verla, lo que lo llevó a dejar de lado sus preocupaciones. Se encontraba justo en la entrada de la casa, sin saber si tocar o no, aunque su lucha interna duró solo unos minutos porque las ansias de su corazón fueron más fuertes y tocó. Molly abrió la puerta, como era de esperarse, y Haruka no entendió por qué lo quedó viendo como abatida.

—Hola— saludó el joven, con una sonrisa, esperando que Molly le correspondiera.

—Milord — dijo ella y su mirada se puso totalmente triste —, la señorita Serena tiene visitas ahora, pero creo que no le molestará atenderlo.

La formalidad con la que Molly le habló lo dejó perplejo, pues nunca antes le había hablado de usted, no porque fuera mal educada sino porque su amistad era de antaño. Haruka aún recordaba cuando Molly solía perseguirlo por la cocina de su casa, mientras las madres de ambos los miraban.

— ¿Milord? Nunca antes me hablaste así.

— Y ese ha sido mi error. Nunca debí olvidar que yo sólo era la hija de la cocinera de su familia milord.

Los ojos de Haruka se abrieron incrédulos. Él nunca la había visto como la hija de la cocinera sino como una hermana pequeña, por lo que intentó replicar, pero la doncella no lo dejó, diciendo que enseguida lo anunciaría.

Como era de esperarse, la visita que Serena atendía en esos momentos era el duque. Haruka no pudo evitar poner mala cara por ello, pero la ilusión y emoción con la que Elena lo recibió y que al duque pareciera incomodarle tal hecho, hizo que se pusiera de buen humor, sonriendo ampliamente.

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Samy esperaba pacientemente que entrara la amiga de su hermana. Le había costado mucho decidirse a hablar con ella pero lo consideraba necesario y, aunque iba a romper su promesa, estaba seguro de que era lo correcto. Sólo ella podía detener a Serena para que no cometiera una locura más grande de la que ya había hecho al aceptar la amistad de su excelencia. El duque no era tonto y se había ganado fácilmente la confianza de su hermana y, aunque Serena lo negara, estaba seguro que ya había caído en su trampa, por lo que debía tomar medidas extremas.

El ruido de la puerta abriéndose lo distrajo de sus cavilaciones. Sonriente, vio como Rei entraba dudosa, así que sonrió más ampliamente para transmitirle confianza, invitándola amablemente a sentarse.

— Supongo que ha quedado sorprendida, milady. Yo jamás cruzo palabra con usted y si he de ser sincero, en los últimos meses no he estado conforme con sus visitas recurrentes a mi hermana —Rei abrió los ojos, sorprendida por la sinceridad —. No me malinterprete, agradezco el cariño hacía mi hermana y que le brinde su amistad, aún a costa de su propia reputación, pero lo que no agradezco es esa invitación al baile de hace unos meses y que sus últimas visitas sean en compañía de su primo.

Mujer InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora