𝓹𝓻𝓸𝓵𝓸𝓰𝓾𝓮

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"Me gusta ser definida
por lo mucho que amo."

Cualquiera que se topara con una imagen de Scarlett Fox habría sabido inmediatamente que había nacido para brillar. Su largo y brillante cabello rubio cenizo, sus observadores ojos marrones y su característico labial rojo hablaban por sí mismos.

Varias veces la habían tachado de calculadora y altanera, como si un sinfín de éxitos en su currículum no fuera lo suficientemente interesante para un titular. El dominio de su corazón por sobre su mente hacía difícil ignorar lo que todos los medios de comunicación estaban comentando, pero la inocente chica sabía levantarse después de cada caída.

Un historial de escándalos de los que no fue culpable y de relaciones que rompieron en pedazos su corazón la persiguen. ¿Qué no daría la pequeña Scarlett por escapar?

Poco a poco, con el paso de los años, los Estados Unidos enteros comenzaron a estar bajo su dominio. Sus letras ingeniosas y sus melodías pegadizas la habían transformado en la cantante pop que estaba destinada a ser. Dejó de ser el zorro para ser la cazadora con la pistola.

Excepto que ella nunca la utilizaría hasta encontrar una forma de cargarla con semillas y hacer crecer una flor con cada disparo.

Descripta por sus amigos más cercanos como la luz del Sol después de cualquier tormenta, su vida entera la había pasado en el ojo de un huracán. Más de una vez había dado un paso en falso, confiando en chicos que con sonrisas arrogantes y bronceados envidiables tomaban su mano y la llevaban hacia la tempestad.

Y sin embargo, seguía confiando en el amor y su inexplicable fuerza para unir seres humanos, ignorando la enorme cantidad de veces que su amor intenso y excesivo la había separado de personas. No pasaba un solo día en que no pensara que había conocido a alguien realmente especial, o que estaba con el chico indicado, o que no tardaría en hallar a su alma gemela si tan solo seguía intentando.

Sus expertos labios rojos habían besado con cariño y devoción a muchos otros. Labios menos brillantes y portadores de más mentiras que los suyos, pero ella nunca dejaba de impregnar de todo su amor cualquier beso compartido. Mantenía la esperanza de que algún día, todas las reaplicaciones de labial la guiaran hacia alguien con quien el tono rojizo de sus labios ya no importara.

Había gastado una porción más grande de lo que le gustaría admitir de su fortuna en máscara de ojos. Se le corría con facilidad cada vez que a alguien se le cruzaba por la cabeza que a una chica con un corazón roto tantas veces no le dolería una herida más. ¿No sabían, acaso, que cada cicatriz dificultaba el puzle que debía armar al buscar reparar su corazón?

Desde pequeña soñaba con hallar al amor de su vida, asegurando que estaba unida a él por un hilo invisible. ¿Cómo sabía la niña que dicho hilo no se rompería con todos los cristales que habían lanzado en su dirección?

invisible string [di angelo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora