Capitulo 40: Fin (Parte 2)

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Los dos hombres miembros de la familia real de Solaria, habían llegado a una linda y acogedora oficina que desde el punto de vista del castaño, era nada más y nada menos que la oficina de su tía Bloom o, eso parecía ser.

Dentro de ella ya habían dos personas, que para su suerte eran su suegro y su tío Sky. Ambos sonrieron radiantemente hacia él, ¿Sabría su suegro sobre el embarazo de su hija? Probablemente no y, por el momento no se arriesgaría a decírselo.

Estaba bastante emocionado por el hecho de ser padre pero, al mismo tiempo se encontraba algo consternado pues, ¿Qué tal si no era uno bueno? Su padre era un padre y esposo excelente, algo bueno debería haber heredado al menos.

Helio se acercó a el y le dio un pequeño abrazo que no tardó en corresponder. Si Juliette le había dicho a sus padres, lo más probable era que el hombre que lo abrazaba hubiese compartido la información con las dos presencias restantes en la habitación.

Cuando el abrazo terminó su padre le dio un pequeño empujón en el hombro, dedicándole una hermosa sonrisa.

—Te lo tenías bien guardado, ¿No es así?

Luken sonrió de vuelta cómo si su mente no estuviese hecha un lío.

—No queríamos quitar nada de atención a Vee y a Sol, así que sí.

Sky sonrió, algo enternecido por las palabras de su sobrino.

—Es muy dulce de su parte que lo hayan ocultado por eso. Seguro cuando las chicas se enteren se volverán locas. —aseguró soltando una pequeña risa.

Y sí que lo harán. Pensó el castaño dándole un pequeño asentimiento a su tío.

—Flora, los chicos y yo estamos muy orgullosos. —aseguró el peli gris.

La charla entre los chicos se mantuvo por un rato más pero, fueron temas tan triviales que el castaño apenas y ponía atención.

Por otro lado, en la habitación de Vee, las cuatro chicas, Romeo y Lorcan, estaban terminando de ayudar a la princesa con su vestido.

Al tiempo que intentaban tranquilizar sus rebeldes nervios, que no permitan que disfrutase del momento de alistarse en paz. Romeo realmente la había alterado.

—Todo saldrá bien Vee. —aseguraba una y otra vez Juliette con una sonrisa algo forzada.

Tenía el estomago algo revuelto y estaba segura de que si alguien le preguntaba cómo estaba en ese momento sería capaz de devolver todo el desayuno. ¿En serio le había dicho de esa manera que serían padres? ¿Sin darle oportunidad alguna a reaccionar? ¿En que demonios estaba pensando?

Sabía que sería un momento agridulce contándoselo a los mayores pues, a pesar de ser legalmente adultos, eran relativamente jóvenes y al ser príncipe podría generar muchísimo escandalo el hecho de que estuviese embarazada pero, ¿Qué podía hacer ya?

Y probablemente su rostro denotaba bastante preocupación pues, su madre se fijó en ella y le hizo la pregunta a la que tanto le temía.

—Liette, cariño, ¿Estás bien?

Su boca se abrió en un intento de formular una oración afirmativa hacia su madre pero, terminó negando con la cabeza, mientras pequeñas lagrimas empezaban a hacer aparición en sus ojos.

—Juls, ¿Qué ocurre? —Vee fue la que habló, su semblante había cambiado a uno bastante preocupado y sus brazos se extendieron en su dirección.

Se encontraba sentada así que lo único que se le ocurrió a la joven fue sentarse en el regazo de su prima, tal cuál lo hacía cuando era más pequeña y algo doloroso le ocurría.

My Lost Little  Daughter  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora