La nave arribó en el patio trasero del castillo de Solaria. El viento movía un poco el cabello de los tres miembros de la familia real, con una sonrisa dibujada en el rostro de los tres.
La felicidad que sentían era totalmente plena, el día que por tanto tiempo habían planeado se estaba haciendo realidad y, su mejor opción era disfrutarlo al máximo, antes de tener que volver a la dura realidad que todos afrontaban.
Una vez el motor de la nave estuvo apagado, las puertas plateadas se abrieron dejando paso libre de salida a los jóvenes que se encontraban dentro de ella. Una a una, las exóticas cabelleras del extenso grupo de amigos se fueron dejando ver, produciendo una paz inmensa en el pecho de la rubia. En serio los extrañaba.
En cuanto las pelirrojas provenientes de Eraklyon lograron ser visibles para la princesa de Solaria, esta no dudo en correr hacia ellas, segura de que alguna de las dos iba a cargarla sin objeciones, o que Vee iba a cargarla sin objeciones dicho de mejor manera.
–Oh, ¡Hola Sol! –saludó la princesa recibiéndola entre sus brazos con algo de torpeza, abrazándola suavemente para proceder a dedicarle una sonrisa.
El rubio sonrío tomando la mano de su esposa, avanzando hacia la entrada del castillo junto a todos los demás. Aún no habían llegado a las praderas y podía jurar que se sentía completamente desentendido de lo que significaba cargar con un trono.
–¡Me alegra que hayan logrado llegar a tiempo, chicos! –mencionó la rubia con emoción mientras se acercaba un poco a ellos, ondeando su mano en forma de saludo.
–A mi me alegra haber logrado venir –contestó Aisha dedicándole una sonrisa con algo de gracia escondida tras su comentario.
Musa río ante el comentario de la morena negando levemente con la cabeza, todos necesitaban ese respiro.
–Bien, partiremos a las praderas dentro de poco, solo tenemos que empacar las canastas y esperar a quienes faltan –informó la rubia abrazando a su mejor amiga con algo de fuerza, para molestarla un poco.
La castaña inclinó la cabeza con curiosidad ante las palabras de Stella, ¿A quienes faltan? ¿Quién más tendría ese dia libre junto a ellos?
–¿Quiénes faltan? –la peli rosada se adelantó al hada de las flores con curiosidad, mientras de cruzaba de brazos.
–Nosotros pero, ya estamos aquí.
Una nueva y familiar voz se hizo presente en el jardín en el que se encontraban, captando la atención inmediata de todo el grupo de amigos, quienes sonrieron al ver a los invitados especiales que la reina del planeta había mencionado.
De la mano, a unos metros de ellos se encontraban los reyes de Domino, Daphne y Thoren. Una sonrisa bastante grande se dibujó en el rostro de Bloom y sin dudarlo por un momento se lanzó a los brazos de su hermana, quien la recibió con gusto y algo de sorpresa entre ellos.
–¡Daphne! –habló el hada del fuego de la llama del dragón, envuelta entre la calidez de los brazos de su hermana.
–Hola hermanita –saludó la rubia soltando una pequeña risa acariciando el cabello de su hermana con cuidado.
Las demás personas que se encontraban presentes rieron enternecidos al ver la escena de hermanas que se había formado. Ninguno de ellos a parte de Stella sabía que la rubia iba a estar presente en su día de campo, le encantaba la idea de poder estar todos fuera por un tiempo sin que nadie pudiese molestarlos y le parecía que la rubia merecía un día libre también.
–Bien, será mejor que nos pongamos en marcha antes de que la gente note que estamos aquí –aconsejó Flora, meciéndose un poco para lograr dormir a la bebé entre sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
My Lost Little Daughter [EDITANDO]
FanfictionLas jóvenes hadas del winx club siempre fueron reconocidas por superar los retos que eran puestos en su camino para mantener a salvo a la dimensión mágica, desde el hada mas joven hasta la mas pequeña criatura de todos los villanos imaginables que p...