Capitulo 12: Fuentes vitales.

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—Solaria allá vamos —fueron las palabras del castaño antes del arranque de velocidad de la nave, dirigiéndose con rumbo fijo al planeta del Sol.

—Menos de un día fuera y ya extrañaba el castillo —sonrió Stella viendo a Bloom— ¿No extrañas Domino?

Bloom rio ante la mirada atenta de Sky que recaía sobre ella y asintió con nostalgia mientras agregaba una sonrisa a su expresión.

—Domino es mi planeta Natal —suspiró Bloom mientras sonreía— la energía de mi poder allí es increíble, los prados, bosques y lagos, todo Dominó es increíble, y claro que lo echo de menos —asintió Bloom mientras sonreía— pero, Eraklyon tiene sus encantos —rio la pelirroja mientras veía Stella— Domino es mi hogar, pero, Eraklyon me recibió con gusto cuando me convertí en su reina, estoy muy agradecida con ellos.

—Lo mismo me pasó con Solaria —habló Brandon llegando al lado de su esposa de nuevo —Al principio no estaban muy gustosos en que no fuese un príncipe, pero, no tardaron mucho en aceptarme —asintió Brandon mientras sonreía.

—Y eres mucho más de lo que Solaria algún día pudo pedir —sonrió Stella mientras dejaba un beso en su mejilla, provocando una sonrisa algo boba en la mejilla del castaño.

—Hablando de Solaria —el rubio que habitaba la nave se levantó mirando por la ventana de esta— Admito que extrañaba este paisaje —admitió mientras veía los prados iluminados perfectamente por la luz del sol.

Las tres personas restantes en la nave sonrieron mientras se acercaban un poco a la piedra una vez la nave había aterrizado. Normalmente los reyes de Eraklyon sólo visitaban juntos el reino cuando se trataba de asuntos diplomáticos, no podían abandonar el reino por placer los dos al mismo tiempo, podían ocurrir muchas cosas en su ausencia y debían ser responsables.

—Y yo —asintió Bloom bajando de la nave con cuidado de no ser vista, esperaba pasar desapercibida en el planeta del Sol, quería que la menor cantidad de gente posible se formulara la pregunta sobre la ubicación de las princesas o sí quiera notasen la ausencia de estas.

Stella por otro lado tomo la mano de su esposo con fuerza, inhalando profundamente para no ponerse a llorar, en los dos años que llevaba teniendo a Sol a su lado nunca había faltado en el castillo, no le permitía alejarse por mucho tiempo de el sin ella presente y, ahora volver al su hogar con la realidad de la ausencia de su hija se le hacía tremendamente difícil, la presión en su pecho aumentaba y estaba segura de que sí no la encontraba pronto se derrumbaría, sin oportunidad a levantarse de nuevo.

—La recuperaremos pronto, ya lo verás —murmuro Brandon mientras dejaba un beso en la cabellera de Stella. El castaño también estaba devastado, pero, no quería demostrárselo a Stella, amaba a su hija y a su esposa más que a nada y daría su vida por ellas, y le preocupaba que el demostrarle a Stella lo débil que se encontraba hiciese que los dos terminaran cayendo en algo de lo que no podrían salir.

Una vez las dos parejas dentro del castillo, la reina del palacio ordenó a la servidumbre que se mantuviesen alejados del ala oeste del castillo, prometiendo que, estaría custodiada por ellos y que necesitaban concentrarse sin interrupción alguna, no sabían lo que volver a transformarse en hadas Believix podía causar, pero, necesitaban ese hechizo de ubicación no podían permitirse el tener a sus hijas lejos por más tiempo.

Cuando recién obtenían su Believix se sentían las hadas más poderosas de la dimensión mágica, habían devuelto la agua a la tierra y habían logrado reunir a una madre con su hija, el Believix había abierto muchos caminos en la vida de las jóvenes hadas en el profesorado de alfea, y era algo que siempre llevarían dentro de sus mejores recuerdos, además de tener un espacio asegurado muy profundo en su corazón.

My Lost Little  Daughter  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora