Capitulo 33: Antídoto.

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Después de la charla con su padre, la princesa se dispuso a vagar por los rincones del castillo, lo más probable era que no recordase absolutamente nada de lo que había pasado en su edad actual, así que optó por preservarlo en su subconsciente de alguna manera. Había sido un tiempo muy divertido y sabía de sobra que su corazón lo atesoraría aunque su mente lo borrase de sus recuerdos por completo.

Los pasillos le resultaban nostálgicos a medida que avanzaba, se sentía emocionada por volver a la edad que le correspondía pero, la sensación de estar abandonando algo de suma importancia no parecía querer irse.

Se preguntaba con fuerza si sus padres le llegarían a contar todo lo que había pasado en un futuro, cuando fuese lo suficientemente consciente como para entenderlo, o si sus abuelos lograrían su cometido y le arrebatarían sin piedad su derecho al trono.

Había pasado por muchísimas cosas en muy poco tiempo, así que solo esperaba que toda la situación terminase lo antes posible para que su madre volviese a ser reina y ella pudiese dejar cualquier tipo de preocupación del mundo adulto atrás.

La pelea con Erendor y Samara había hecho que sus sentimientos aflorasen en maneras que no esperaba para ese día, un pincho de preocupación la invadía, además de toda la nostalgia que ya tenía encima y eso la hacia sentir algo pérdida en su mente.

Debía apurarse, pronto su tía y su madre comenzarían a terminar su antídoto y lo mejor sería que ella estuviese cerca para tomarla en ese entonces.

Sin embargo, para su disgusto la figura de la persona que se hacia llamar su abuela apareció por la esquina del pasillo que ella cursaba. Le dirigió una mirada en un intento de desprecio que, salió más bien como una llena de amor arrepentido, cosa que en evidencia despertó una confusión bastante grande en la princesa, que no tenía ni la menor idea de como interpretarla.

–Samara –la saludó con una leve inclinación de cabeza, ella seguía sin ser la reina oficial y, debía mostrarle el debido respeto a su abuela, que estuvo más cerca del trono que ella.

La mujer sorprendida por la acción de su nieta, se la devolvió, entrecerrando sus ojos con confusión.

–Venus.

La pelea que habían tenido mas temprano, en el almuerzo, había marcado en definitiva un antes y un después en la vida de todos ellos.

El almuerzo estaba transcurriendo con tranquilidad y silencio, la mañana, al igual que el había sido bastante tranquila para los reyes de Eraklyon y su princesa, tenían un día especial por delante, y los tres estaban emocionados por intentar hacer que la edad de Venus volviese a la normalidad.

Sin embargo, Samara, que seguí resentida con su hijo por la ultima pelea que habían llevado acabo, empezó a lanzar miradas de rencor, y desprecio a su nuera y a su nieta que su esposo, no tardó en notar y justo después a realizar también.

El rubio, que no soportaba lo mucho que sus padres insistían en menospreciar a su familia, carraspeó un poco, dándoles a entender que sabía lo que estaba pasando y que era mejor que se detuviesen, cosa que para espera de todos en la sala, no pasó.

Las miradas se intensificaron aun más luego de la queja del joven. Este al ver que sus padres continuarían con sus molestas acciones dio un pequeño golpe lleno de molestia en la mesa para llamar su atención.

–Erendor, Samara, estaría muy agradecido si parasen de una vez por todas.

Erendor que estaba acostumbrado al trato de nombre por parte de su hijo, no se inmutó por ello, fijando su manera en el de manera inmediata, cómo si así pudiese intimidarlo o lograr algo.

My Lost Little  Daughter  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora