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Las mentiras son algo que nunca permanecen ocultas por mucho tiempo. Tarde o temprano se llega a saber la verdad, la cual servirá para reconstruir los lazos rotos o afirmar decisiones de conveniencia por causa de esas palabras subrepticias, mas lo malo radica en que, aunque la verdad este expuesta, nada vuelve hacer lo mismo.

JungHyun con la adrenalina recorriéndole por todo el cuerpo, agarró de la mano a JiHyun, quien al verle en un estado shockeante se giraba a ver lo que le había dejado casi sin habla.

— ¿Qué pasa? — preguntó el castaño, mientras era arrastrado por el más alto hacia la parte trasera del edificio.

Ambos en dilemas muy grandes, sin embargo, la mente de Jeon divagaba en aquellos recuerdos de guerra con su hermano. Segundos más tarde, soltó la mano de JiHyun, y empezó a caminar de un lado a otro.

Realmente, se sentía enjaulado, como león hambriento mientras le rodeaban de jugosas gacelas sin poder darle oportunidad de cazar, y fue hasta que su novio se plantó en su camino, que pudo reaccionar.

— ¡Hey! ¿Qué pasa? — le cuestionó JiHyun, mirándole confuso.

No quería ser egoísta con su chico, él realmente no quería, pero tal parece que sus deseos solo serían eso, simples añoranzas.

Agarrando las pequeñas y suaves manos que de alguna u otra manera le calmaban...

— Perdón por arrastrarte hasta acá — fue lo primero que dijo.

— No te preo... —

— JiHyun, hay cosas que, aunque quisiera decírtelas, no puedo hacerlo —

Podría sonar egoísta, pero dichas palabras cavaron demasiado en el contrario.

— Entiendo — soltó el menor, a la vez que alejaba sus manos. — Te veo a la salida — informó tras terminar de acomodarse el bolso en el hombro derecho, e iba a girarse cuando unos abrazos le atrajeron y le abrazaron como si su vida dependiera de ello.

《Preferiría desaparecer en lugar de enfrentar este dolor.

Fue el pensamiento oculto, ante ese sentimiento de abrigo momentáneo, no obstante, la falla ya estaba asentada, pues las cosas pueden cambiar de perspectiva en tan solo unos momentos.

El pequeño se separó, y...

— Te veo a la salida — repitió.

Siendo esas, las últimas palabras que JungHyun escuchara, puesto que, seguidamente solo miró al menor alejarse.

— JiHyun — llamó en su intento de seguimiento, pero el contrario no se dignó a voltear, más bien, empezó a correr para entrar al edificio.

Consciente de la gran medida de pata, el pelinegro gruñó pasándose desesperadamente las manos sobre el cabello.

— ¡Maldición! — exclamó bajo enojo.

Esa persona había regresado y sabía que solo serviría para que JungKook le odiara aún más, y posiblemente para arruinar su estabilidad con Park JiHyun.

— ¿¡Por qué ahora!? — voceó.

Resignado a que pasaría unos días sin poder estar en paz, recogió su bolso y caminó hacia la entrada del edificio. Luego, pasó por su locker, y sacó sus libros, sin embargo, al ingresar al salón, miró hacia donde estaba su novio, y sus miradas conectaron, pero el pequeño JiHyun desvió la vista casi al instante, provocándole una sensación horripilante en la boca del estómago.

𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora