𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSA

꧁✿ ６✿ ꧂

El tiempo es algo que queremos pausar ante el sentimiento de felicidad.

Jimin no podía dejar de sonreír, si bien es cierto, tenía mayores preocupaciones de las cuales ocuparse, pero cuando JungKook se portaba tan cariñoso le hacía sacar ese lado cursi, lado que hace meses pensó mantener enterrado.

Terminó de entrar a la casa, y se topó a su padre bajando las escaleras.

— No quiero ir a la misma preparatoria que mi hermano — dijo al mayor con simpleza — quizás lo veas como un capricho, pero en serio, padre, no me obligues a dejar mi preparatoria — pidió.

Park Doyun, se caracterizaba por mantener un carácter tajante, pero sus hijos siempre eran su debilidad.

Y ver al mayor con ese puchero y el rostro decaído le hacía doblegar sus pensamientos.

— Tomaré en cuenta tus palabras para una nueva decisión — miró al castaño sonreír — no cantes victoria, es un hecho que, no cederé del todo a cambiarla — le aclaró.

— ¡Papá! — refutó el menor.

— Ve a cambiarte, te esperamos en el comedor — acarició la cabellera de su hijo antes de ir hacia donde estaba Minying viendo la escena.

Jimin, bajo una leve sonrisa y un poco más relajado con esa situación, subió las escaleras para ir a su habitación.

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El tiempo transcurrió y la familia Park, cenaba junta después de las anteriores contiendas, sin embargo, la atención de Jimin recayó hacia a su hermano, el cual se encontraba demasiado silencioso para la ocasión.

Terminaron la cena, y JiHyun fue el primero en retirarse. El castaño mayor, cansino de la actitud repelente de su hermanito, después de despedirse de sus padres, le siguió.

Entró a la habitación, y se extrañó de no ver a JiHyun en la cama o en el balcón, pero ese sentimiento de extrañez no duro cuando un enjambre de furia le llegó al escuchar unos sollozos en el cuarto del baño.

No lo pensó más de una vez, y se encaminó hacia ahí.

— JiHyun-ah — llamó mientras golpeteaba a la puerta.

Mas no había respuesta.

— Park JiHyun — repitió con algo de autoridad.

Desesperado de que, su hermano no le contestara, y que el llanto continuara, golpeó más fuerte la puerta. Al quinto golpe, JiHyun le abrió y Jimin se contuvo de no soltar la ira, al verle los ojos rojos y los rastros de lágrimas sobre sus mejillas.

— ¿Por qué llor... —

— No quiero hablar — le dijo el menor tras interrumpirle.

Claramente, él entendía eso, pero su lengua suelta no.

— ¿Quién te hizo llorar? — interrogó tenaz.

Y seguía sin respuesta, JiHyun pasó a su lado y se tumbó a la cama mientras llevaba una almohada a cubrirse el rostro.

— JiHyun —

Jimin no desistiría de obtener el nombre del causante para que su hermanito llorara de esa manera.

Se acercó a la cama, y se sentó a un lado.

— En serio, JiHyunnie, dime qué pasó — su voz llegó a oírse tenue.

— N-No quiero hablar — le recalcó el contrario tras retirarse levemente la almohada del rostro.