𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSA

꧁✿ ３✿ ꧂

Jimin, quería entrar y a la vez no, a su casa, pues desde afuera escuchaba los gritos de su madre hacia su hermano.

Hace diez minutos que se encontraba en dilema. ¡Dios! Es que, ni siquiera fue consciente de cuándo el tiempo se le pasó por alto, puesto a que, estar entre los brazos de ese chico que le hacía actuar con locura, realmente era su talón de Aquiles.

— Park JiHyun, te pregunto por décima tercera vez, ¿sabes dónde está Park Jimin? —

Ese tono de voz hizo saltar a su corazón fuera de su pecho, era fijo que esa noche no viviría, sin embargo, dejando a un lado su miedo, sabía que su hermano no debía de seguir pagando por sus errores. Así que, caminó hacia la puerta, suspiró tres veces antes de meter las llaves y quitar el seguro.

Entró, siendo en cuestión de segundos, cuando una mano le jaló hacia la sala.

— ¡TÚ! —

Minying, estaba colapsando del miedo y enojo.

— ¡¡Cuando vuelvas a llegar a estas horas quién te meterá en un hospicio, seré yo, Park Jimin!! —

El castaño mayor, asintió ante la fiereza de su progenitora.

— Ahora dime, ¿¡Dónde Diablos estabas!? —

Volteó a ver hacia el menor de los Park, quien mantenía la mirada perdida y las manos aferradas a su bolso.

— M-Mamá — empezó a decir, tras volver a ver a la mayor y aclaró la garganta — estaba haciendo un trabajo —

La mujer rió con ironía al oírle.

— ¿Un trabajo? — le inquirió.

— S-Sí — afirmó y fue muy tarde cuando miró a JiHyun deslizar su pulgar sobre su cuello en clara señal de aniquilación.

— Enséñame el trabajo — le pidió la fémina.

— Hmm... ¿el t-trabajo? — cuestionó rezando internamente.

Minying, asintió.

— Sí el trabajo, Park — sintetizó con una ceja alzada.

— hmm... Se lo quedó mi compañero —

JiHyun se dio un facepalm al escuchar la respuesta de su semejante.

— Park Jimin... —

《¡Ay, San Pedro, ya te veo! 》Pensó el nombrado.

— Vienes a casa a las veintiún horas, y tienes el descaro de mentirme, al decirme que, has llegado tarde por hacer un trabajo de tus clases, cuando ni siquiera pisaste la preparatoria —

Listo, no podría librarse.

— Mamá... hay cosas que... —

— Qué cosa ni qué "pero", Park Jimin —

Listo, era una batalla perdida.

《Adiós fin de semana, adiós celular, adiós TV, adiós mundo moderno》 se despidió en mente.

— estarás castigado por lo que te resta de vida — dictó firme la fémina — y pobre de ti si me llegó a enterar, que me has desobedecido — sentenció.

Suspirando — Acepto mi castigo, madre — dijo bajo un puchero antes de dejarse caer con dramatismo al sofá.

Mientras tanto, JiHyun, quien sigilosamente subía las escaleras, se quedó en pausa cuando...