Cuando quieres escapar de los problemas, los pensamientos se vuelven el peor enemigo; las palabras racionales parecen extinguirse y dejar ubicado el vocabulario subrepticio en la punta de la lengua.
— Te he dicho que no hacía nada.
— Y yo te he dicho que no te creo nada, Park — refutó Jeon por décima tercera vez.
Habían regresado a la preparatoria, y la verdad, Jimin tardó más en poner un pie dentro de las instalaciones, que Jeon en empezar a interrogarle.
— Es tú problema si no me crees — sentenció.
El pelinegro suspiró. Tenían más de dos horas en el salón abandonado, y desde que rodeó a Park para sacarle el por qué fue hacia esa preparatoria, la respuesta que obtenía era la misma.
— ¡Maldita sea! — masculló — ¿Por qué tratas de que te crea cuando sabes que estás mintiendo? — cuestionó audaz.
El castaño dio la espalda al más alto, pasó las manos por las hebras que recaían sobre su rostro y volvió a fijar la vista en esos orbes negros que le escudriñaban sin cesar.
— En primera, no debiste seguirme — dijo — En segunda, tengo derecho a tener privacidad — recordó — así que, no me pidas justificación en esto, porq...
— Esta bien — le interrumpió el pelinegro — ¡Haz lo que se te dé la gana! — soltó neutral.
Y se disponía a salir del lugar, cuando una pequeña mano, tomó repentinamente una de las suyas.
— Jeon — llamó Park — Hay cosas que aún no puedo decirte — confesó — pero, eso no significa que no confíe en ti — dejó en claro — porque tú eres más...
— Jimin — interrumpió el contrario — Solo quiero que tengas presente algo — se giró hacia el pequeño — sabes que puedes contar conm...
— Lo sé, Kook — acortó el menor — Pero... por ahora, no puedo decirte lo que ocurre — expuso.
Jeon, exhaló y tomando la otra mano del chico, entrelazó sus dedos.
— Eres terco — dijo repentinamente.
Sin embargo, una sonrisa ladeada fue expuesta en aquellos belfos de ensueño.
— Tú no te quedas atrás — le rebatió Park bajo un tono de voz juguetón.
Las manos de JungKook, fueron sueltas por éste mismo, y yacieron en las mejillas del castaño, quien no evitó sonreír con ternura cuando los pulgares del pelinegro se deslizaban sobre estas, limpiando los rastros de lágrimas que se le escaparon tras el encuentro que sufrió con su hermano.
— No quiero verte llorando, a menos que no sea de placer — le susurró éste.
Sonrojado, Jimin le dio leves manotazos, no obstante, sus manos fueron capturadas en el acto, dejándole inmóvil ante las perlas negras que le veían con fijación.
La distancia entre los finos labios, era diminuta, así que, colocándose levemente de puntillas, besó estos tras cerrar los ojos. En cambio, cegado por la avidez, JungKook correspondía a tal calibre de ósculo, puesto que no estaba en sus planes, negarse a la hermosura de persona que era Park.
La adrenalina del momento se expandió a gran escala dentro del lugar, siendo la abruma de calor, la que hizo volver en sí a Jimin, quien se separó de los labios que eran más que expertos, y se quedó viendo, sin detenimiento, los orbes negros del dueño.
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𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSA
FanfictionNo siempre miramos bien lo que nos rodea durante el día, sin embargo, tratamos de mantenernos al compás de lo que nos pasa durante este. Dos hermanos idénticos, como dos gotas de agua, se verán envueltos en ciertos "accidentes" con dos personas que...