𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSA

꧁✿ ８✿ ꧂

Las clases seguían, y Jimin no había dejado que Jeon se le acercara. ¡Dios! Estaba demasiado molesto, tanto por lo que había sucedido hace cuatro horas en la sección abandonada y por lo del encuentro con ese chico.

Mientras miraba fijamente las láminas que la docente de física explicaba en el proyector, recordaba la manera en la cual ese "niño" trató a Jeon. La confianza en el son de esas palabras, y el cómo le veía, claramente, le esclarecía el deseo que tenía por su novio.

《¡DIOS, Jimin! ¡¡Recapacita!!》Se riñó mentalmente.

Apretó el bolígrafo en manos tratando de controlar la frustración que había hecho campaña dentro de su cabeza.

《¡Jeon, eres un idiota! 》Insultaba en silencio.

Los sentidos le estaban acribillando, en sí, los celos se encontraban en acecho.

Las horas transcurrieron, y el golpeteo del bolígrafo contra la superficie de la mesa repercutía a la vez que la docente cambiaba de lámina.

Mas fuera de todo ese enjambre de ansiedad que proyectaba Park, había un chico cabellera negra que se mantenía en absoluta neutralidad, según daba a reflejar la expresión serena de su rostro.

Sus orbes negros estaban fijos en aquellas diapositivas pocas llamativas de la profesora, pero su mente, en sí, yacía bajo el vivo lago de furia.

Maldecía, una y otra vez, el día que conoció a Relish Raizel, definitivamente, sus desgracias se originaron desde aquel fortuito encuentro.

Es que, ¿quién diablos se creía para buscarlo y venir a hostigarle la existencia a estas alturas?

Lo detestaba, y demasiado. Suspirando, se levantó de golpe de la silla, llamando en el proceso, la atención del castaño que le veía en disimulo.

Absolutamente todos, se quedaron anonadados al ver a Jeon salir sin pedir disculpa a la docente. Jimin, en su lugar, dudo en sí, seguir al más alto o no. Quería hacerlo, pero recordaba el ultimátum brindado por su padre.

《Eres un idiota, Park Jimin》 se dijo a sí mismo.

Cerró los ojos y volvió al juego del golpeteo del lapicero con la superficie de la mesa.

Los minutos transcurrieron, y una sonrisa de alivio se plantó en los labios de Park, cuando se dio el timbre de cambio de clase.

A prisas salió del salón, ganándose la vista espontánea de Taemin, quien cabizbajo suspiró ante la acción.

Corrió lo más rápido que pudo por el pasillo hacia el aula abandonada, y consciente de que se trataba de un loco impulso, tomó la manija de la puerta tras haber llegado, suspiró y entró.

Sin embargo...

Unos brazos le rodearon con fuerza. Por el grosor de la musculatura, y esa dulce fragancia varonil que su mente tenía como muy conocida, correspondió al abrazo aun cuando no fuera tan amante a estos.

— Sé que no te agradan, pero no me apartes —

El susurro de Jeon, hizo que sus manos se aferraran a su amplia espalda.

— Eres un bruto — riñó en su suave balbuceo.

— Lo soy —

Jeon, se alejó y subió con delicadeza sus manos hacia las mejillas de Park.

— Debes de regresar a clases — le pidió.

— No — Jimin suspiró — No lo haré, vamos juntos o simplemente, no entraré — sentenció.