꧁✿15✿꧂

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Huir de lo que más te somete a la incertidumbre, es meramente difícil, mas no imposible.

JiHyun, claramente se visualizaba cayendo desde un barranco, trataba de sostenerse de lo primero que encontrara mediante su caída, pero no había nada. Solamente, la fragilidad le rodeaba, haciéndole más costoso querer sobrevivir ante la "muerte segura".

— ¿JiHyun? —

Apenas logró escuchar a JungHyun.

— ¿Bebé, estás bien? —

La cuestión del mayor, le hería, ya que, con la mención de "Aslan McCartney", nada dentro de sí podía estar bien.

Con dificultad alzó la vista hacia Raizel. Éste le veía victorioso, estaba claro que disfrutaba su crisis, su aislamiento, y, sobre todo, vanagloriaba el caos que se le venía encima ante las dudas de JungHyun.

— ¿No le responderás a tu novio? — lanzó mordaz el susodicho.

Prácticamente, le estaba orillando a colapsar frente al pelinegro, quien le veía entre la viva cuestión, tratando de entender lo que claramente nunca se atrevería a revelar.

— Y-Yo... —

— ¡Oh, por Dios! —

De nuevo, la voz chillona de Raizel, le hizo sucumbirse en el mar de culpas.

— JiHyun —

No se encontraba preparado para estar, en medio de la espada y pared. No... él aun no estaba listo para abrir aquella herida, martirio que no solo le abrigaba a sí mismo, si no, a otro semejante, y con el cual, había acordado no hablar de lo que les marcó.

— Y-Yo... — repitió.

Esos orbes negros, mostraban el ansia por entender lo que Raizel plantó, y los nervios le carcomían en vida.

Dio tres pasos lejos de Jeon, y claro estaba que quería gritarle la verdad, pero no podía, aun no.

Las manos le temblaban, y a cómo fue posible, alejó las de su chico.

— JiHyun — le llamó su novio.

A lo cual, negó varias veces a la incertidumbre que le mostraba, y salió corriendo sin más, escuchando a lo lejos, el grito de "Espera" de JungHyun, pero...

Ahora no era momento de arreglar todo, o bueno, tratar de enmendar, ese agujero de duda.

Aslan McCartneyle repitió su mente bajo crueldad.

Pasó por los pasillos a toda prisa, las lágrimas fluían como agua en busca de un caudal sobre sus mejillas, sin embargo, el temor, era lo que más le dolía.

Herimos en ataques de rabia, o inclusive con la intención de bromas, sin realmente imaginar, el suplicio que induciremos a nuestro remitente.

Por eso, hay que pensar con la mente fría, no precipitarse en hablar con la intención de no quedar bajo el papel de "cobarde", porque a veces, resulta mejor, silenciar, que provocar una catástrofe con la cual no puedas lidiar ni al cerrar los ojos por un instante.

Raizel, sin darse cuenta, había dado hincapié al peor de sus suplicios, puesto que, de alguna u otra manera, la vida tarde o temprano nos enseña las lecciones que queremos evitar, ante las que plantamos a nuestro semejante.

Park JiHyun, entró al salón de clases a prisas, tomó sus pertenencias...

— ¡Hey, Park! — exclamó el peli-azul, viendo al chico salir del aula sin detenerse un momento a respirar.

𝐘𝐨𝐮'𝐥𝐥 𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐁𝐞 𝐘𝐨𝐮!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 ||EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora