Capítulo 10

353 30 4
                                    

Lo último que vimos antes de que la directora llegara, fue el brazo de Jaques, y enseguida, Karim tirado en el suelo, se levantó y le lanzó un golpe a Jaques, y éste lo volvió a tumbar en el suelo. La boca le sangraba a Karim, al igual que los nudillos de Jaques, la directora llegó y los separó, antes de que la situación empeorara. 

Acompañé a Jaques a la enfermería, le pusieron hielo, alcohol, y una benda. En lo que curaban a Karim, tuve que dejar a Jaques solo, cuando le pidieron que esperara en una silla afuera de la oficina principal. Cuando ya me iba, Karim, apareció, con una herida en la boca, rodeada por un moretón violáceo y verde. Me fui y Karim se sentó en el suelo. La directora abrió la puerta y los dejó pasar. 

-Muy bien jóvenes, ¿quién me quiere explicar qué pasó allá afuera? Alguien, va a hablar, y me va a decir lo que ocurrió, quieran o no, y no se van a ir hasta que yo lo escuche.

-Fue un malentendido.

-¿De veras señor Merge?

-Sí, Antes de que nos abriera la puerta lo aclaramos, ¿No es así Jaques?

-¿Señor Carther?

-Sí, tiene razón, no hay por qué alarmarse.

La directora se llevó un índice a la sien, mientras que Jaques miraba confundido a Karim.

-No hay de que alarmarse ¿eh? Un alumno con ambas manos vendadas, y otro con un labio roto. ¿Saben lo que dirán sus padres cuando los vean?

-En realidad...

-Sabemos de su pasado turbulento, señor Merge, pero el señor Carther, nunca había hecho nada así, era de nuestros mejores estudiantes, y no sé que le ha pasado éste día...

-Como le dijimos Señorita, fue tan solo un malentendido, y no volverá a pasar.

-Pero no lo pueden asegurar ¿o sí?

-Pues no, pero...

-¡Exacto! Los debo de mantener vigilados, así que ambos harán trabajo comunitario una semana. Y tranquilos, para evitar "malentendidos" Señor Carher, será tutor de Inglés, y Señor Merge, trabajará en la cafetería.

-Pero Señorita yo...

-Suficiente señor merge, tomé mi decisión. Oh! Lo olvidaba, ambos deben ir con la consejera escolar de inmediato. 

Ambos suspiraron con decepción y salieron para dirigirse con la consejera escolar; ir con Cecil no era más que una pérdida de tiempo, la típica plática psicológica proveniente de una persona que cree que puede ver a través de ti, y que leyéndote la mente, puede decirte "no lo vuelvas a hacer" o "háblalo con tus padres" y todo se resuelve, al final la cosa terminaba exactamente igual o peor. Pero bueno, si la directora te dice "ve con la consejera" tienes dos opciones: ver a la consejera, o esperar que la consejera vaya por ti, y solo alguien verdaderamente tonto, elegiría la segunda. La consejera está un poco desubicada, pero no es culpa de la pobre, ella siempre a querido trabajar con niños pequeños, pero ella no lo sabe, afirma y reafirma, que su vocación son las fuertes mentes de los adolescentes, pues no lo creemos así.

-Karim Merge y Jaques...-dejó de escribir sobre su cuaderno y volteó a ver a Jaques con los ojos entrecerrados haciendo un esfuerzo por recordar.

-Carther.

-Carther -repitió y escribió.

Jaques cruzó las piernas y Karim se dejó resbalar en su silla, ambos rodaban los ojos y suspiraban. La oficina de la consejera estaba a reventar de las cosas que había allí dentro, cosas de todo tipo, gorras, hojas de papel, libros de un siglo o más de edad, postales, cartas, peluches, muñecos, fotos, pisapapeles, basura, revistas, trampas para ratones, cualquiera que entrara sin dudarlo se atrevería a decir que estaba loca, no mentirían. La psicología no le ha servido de absolutamente nada en su vida. Por lo que sé, su esposo la dejó porque creía que era de alguna forma peligrosamente delicada, era una coleccionista, acumuladora compulsiva. El que él la dejara no la ayudó a mejorar, la empeoró, todo recuerdo de su marido quedó atascado entre montañas inmensas de papeles, todas las postales, regalos, revistas, cartas y hasta libros que le recordaran esa época las guardaba entre papeles, hasta que no quedó nada y su acumulación cubrió toda huella de su pasado. Pobre loca.

Un día hace unos cinco años, un ratón se metió a la escuela, y encontró un lindo y atiborrado hogar en la oficina de la mujer, siguiendo sus instintos, la consejera puso trampas para acabar con la peluda amenaza, pero al darse cuenta de que de no ser por ese ratón estaba completamente sola, consiguió una pecera y cuidó al ratón, hasta que la obligaron a deshacerse de él, y al igual que con su esposo, los recuerdos del pequeño ratón quedaron enterrados entre montañas enormes de papeles. En conclusión, no es una persona especialmente buena para las relaciones, de ningún tipo.

La consejera clavó sus inquietantes ojos azules en los chicos a través del grueso armazón de sus lentes y los miró con seriedad.

-Chicos, la violencia no es la solución ¡jamás!

Zafarse, eso era lo que querían, su objetivo en común, hacer lo que fuera para zafarse.

-No lo volveremos a hacer Cecil. Lo sentimos mucho.

De Karim afloró el sentido inteligente de supervivencia.

-Actuamos impulsivamente, aprenderemos a controlarnos.

Jaques no se podía quedar atrás y sacó su lado listo y diplomático.

-Usaremos nuestra voluntad para abstenernos a actuar de esa forma otra vez.

La arrugada señora con piel de pasa y ojos azules detrás de los lentes, sonrió satisfecha.

-Bien chicos -chilló- confío en ustedes. Pueden irse.

Jaques miró a Karim con admiración e impresión mientras caminaban a la puerta.

-¿Qué fue eso?

-Se llama decir lo que les gusta oír, un viejo truco, siempre funciona.

-Perdón por golpearte.

-No te pongas de sentimental, es parte del plan.

-Karim, sobre eso.

-No te vas a echar para atrás ahora. ¡Ahora cállate, ahí está!

Karim me esquivó y Jaques se acercó a mí.

-¿Qué tal estuvo?

-Te sorprendería.

Me abrazó y caminamos hasta su coche, se subió y se despidió de mí, hice lo mismo y me dirigí al mío. Subí y me fui a mi casa, ¿Jaques y Karim hablando juntos? Algo muy impresionante debió pasar ahí dentro.







ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora