Capítulo 12

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Al otro día no me acerqué a Jaques, no por que yo no quisiera, sino por que él me evitaba a toda costa y decidí dejar de seguirlo. Era muy desgarrante que ese día no nos sentamos juntos ni por error, al contrario, yo me sentaba en un lugar y el se iba al lugar lo más alejado posible de mí, y me dolía, me dolía que yo había ocasionado eso y que yo pude haberlo evitado en primer lugar. Ahora puedo decirle la verdad, el reto es lograr que me escuche.

Ya no lo soportaba, no solo me entristecía, me molestaba, me frustraba que me evitara, de esa forma tan infantil, no lo culpaba por estar enojado, pero tampoco es para tanto, o Jaques es extremadamente sentimental, o de plano, Karim le dijo una mentira exageradamente grande, lo que haría de Jaques una persona muy ingenua. Mi secreto no es tan malo, yo lo recuerdo bien, ya lo recuerdo perfectamente bien, al recordarlo tengo escalofríos, pero no porque yo hubiera hecho algún mal, todo lo contrario. Estuve a punto de morir.

Me armé de valor y le toqué el hombro.

-Jaques.

Se volteó con violencia y caminó alejándose de mi, yo le seguí el paso y me le adelanté.

-¡Jaques!

-¡¿Qué quieres Chelsea?!

-Sólo quiero hablar contigo.

-Si es lo de los besos, no te preocupes, Karim se te adelantó.

-¿Lo de los besos?

Sonreí de alivio, tenía razón, Karim no había dejado de exagerar, significaba que aún podía decirle la verdad y acabar con su frialdad, y no iba a ser tan difícil, en su mirada se veía la desconfianza hacia Karim, la duda ante lo que le había dicho, y la esperanza de que fuera sólo una mentira, y para su suerte, lo era.

-¿En serio te creíste su historia?

-Bueno al menos él me dice las cosas completas.

-Mira, qué tal si nos vemos saliendo de la escuela, en el café, y te cuento lo que de verdad pasó.

Me miró con un poco de desconfianza, y tenía el derecho, no era justo que Karim le tuviera que haber dicho.

-Bien, sé lo que piensas de mí en éste momento, pero te prometo que ésta vez te lo diré todo, del principio al fin, la verdad, y nada más que la verdad, ¿te parece?

Le entregué una sonrisa y le extendí la mano.

-De acuerdo. -Me dijo estrechándola.

Aunque hubiera logrado entablar algo débil a lo que se le podría decir "conversación" con él, su evasión continuaba, no lograba que me mirara con calidez, es más, difícilmente lograba que me volteara a ver, me volví a sentir como antes de que fuéramos novios, invisible.

La campana sonó marcando el fin de otro día, al escuchar el monótono y repititivo sonido un vacío abrió paso en mi vientre. ¿Por qué? No sé. Tal vez estaba nerviosa por lo que ese secreto, esa menntira le hizo a Jaques, Karim tiene una extraña y poderosa influencia en las personas. 

-¿Te llevo?

¿Qué estás haciendo Chelsea? Entablo una conversación ¿no es obvio? Sólo míralo, él no quiere entablar una conversación, sólo quiere que le digas la verdad para irse a su casa. Odio escucharte, siempre arruinas todo, así que ya no lo haré.

-No, gracias, nos vemos allá.

Bueno, ha sido de las respuestas más largas que me ha dado.

Saqué las llaves de mi auto y me dirigí al café, cuando llegué, Jaques ya estaba ahí. Vaya, de veras tiene prisa por saber. Te dije que te callaras. No, me dijiste que no me ibas a escuchar. Bueno, ahora te lo digo, CÁLLATE.

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