Capítulo 22

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-¿¡Cameron!?

-¡Sí!

-¡Creí que la odiaba!

-¡Yo yambién!

-¿Cómo le vamos a decir?

Fulminé a mi amiga rubia con la mirada, la tomé del hombro y me puse un dedo en la boca.

-¡No! Nosotras no le podemos decir nada ¡tiene que ser una sorpresa!

-Por supuesto que no ¡tiene que saberlo! Quiero ver su cara cuando lo oiga ¡sólo imagínatelo!

-¡No Tamara! Sólo Cameron le puede decir

-¿Que es lo peor que podría pasar si se entera? No es como si se fuera a acabar el mundo

-Es fácil para tí decirlo, tú no vives con él. Si se entera que le arruiné la sorpresa me matará

-Shhh ¡cállate ahí viene!

Riley se acercó a nosotras como lo hacía todos los días y nos saludó. Tamara tiene una pésima fama para guardar secretos, pero era algo que no pude evitar decirle, en ese momento sólo había que cruzar los dedos y esperar por que no se le saliera nada.

-Tam, ¿Qué te pasa?

Volteé a ver a mi amiga, estaba sonriendo y estaba ¡sudando! Oh mi Dios, era hora de usar mis dones de improvisación para salvarnos de ésta, oh pero espera... ¡yo no tengo dones de improvisación! Tomé a mi amiga del brazo y me reí nerviosamente.

-Oh ¿ella? Ella no tiene nada, es sólo que me he enterado de que le gusta un chico

Tam volteó a verme con la misma expresión sonriente y sudorosa, pero perforándome con una mirada que decía "¡¿Qué demonios estás haciendo?!" -Tú sólo, sígueme la corriente- le murmuré al oído. Riley se emocionó y nos miraba con impaciencia.

-Y...¿Quién és?

Tam se derrumbó, abrió la boca para decir "nadie" pero la detuve en el acto.

-N...-le tapé la boca con la mano

-¿N?

Me reí con los nervios a punto de desbordarse, Riley nos conocía muy bien, así que si no actúabamos pronto, nuestro mayor problema no sería que sospechara de nosotras, sino que sabría qué le ocultábamos.

-N...¡Nate! -Tara gruñó ante mi comentario

-¿Nate tu primo?

-¡Sí, el mismo! No tiene tan malos gustos ¿verdad?

-Pues...no, digo a mi me gusta Cameron pero si ella le gusta ¡que gusto!

Me mordí el interior de mi mejilla, esto estaba siendo imposible y a mí no me cuesta guardar secretos tanto como a Tam, moríamos por decirle. Sin exagerar ¡moríamos por decirle!

-Sí, claro Cameron es un buen chico, pero bueno...

Le di un codazo a Tam, al ver la cara de confusión de Riley, le sonreí y tomé a Tamara para llevarla a un lugar lejos de ahí.

-Riley, ¿nos disculpas un momento?

Cruzamos el pasillo y planté a Tamara contra la pared.

-¡¿Qué crees que estás haciendo?!

-¡No lo sé! Tan sólo -puso los ojos en blanco y se deslizó hasta el suelo- tengo que decirle

-¡No! No tienes qué, no lo necesitas, le arruinarás la sorpresa y Cameron nos matará a las dos

-¿A las dos? -dijo tragando de preocupación

-¡A las dos! A mí por decirte, a tí por decirle a Riley

Tam, se puso una mano en la barbilla pensando y luego me apuntó con el dedo como si estuviera a punto de decir algo muy importante.

-Pero piénsalo, si Riley se entera de que nosotras sabíamos y no le dijimos nada, se va a enfurecer -Dejé salir un suspiro, esperaba algo más preocupante

-Va a estar muy ocupada pensando en los ojos verdes de mi hermano y de como la miraban cuando le haya dicho, además, prefiero escucharla a ella sermoneándome, que a Cameron aplicándome la ley del hielo hasta que me gradúe

-Por cierto, hablando de la graduación, ¿con quién irás?

-No lo sé -me encogí de hombros- ¿con quién irás tú?

Cruzó sus brazos -Por lo que veo, tendré que ir con Nate

-¿Te digo la verdad? El está enamorado de tí

-¡¿Es en serio?! -se aclaró la garganta- Digo, ¿en serio?

-Sí, siempre está hablando de tí ¡todo el tiempo te piensa!

-¿Todo el tiempo?

-Bueno, no todo el tiempo, pero unas cuantas veces pregunta por ti

Tam se paró y se acercó a mí.

-Cuando dices que pregunta por mí, te refieres a que pregunta como si estuviera emocionado, decepcionado o más bien preocupado

Podía ver lo que estaba ocurriendo, a Tam le gustaba Nate, y con justa razón, era un chico bastante apuesto, rubio con ojos color avellana. Era un año mayor que todas nosotras.
Tengo ese poder, saber cuando a una persona le gusta otra, y a esos dos alguien los tenía que ayudar.

-Bueno... ¿Qué se yo?

-¿Cómo que qué sabes tú? ¡Es tu primo!

Estaba disfrutando mucho ver a Tara sufrir así, por eso puse las manos detrás de mi espalda y caminé con aire misterioso en frente de mi amiga.

-Es que no lo sé ¿sabes? A veces pregunta como...

Vi su cara de expectación desesperada y casi no pude contener la risa.

-¡¿Cómo?!

-Como... no así no, pero...

¡Su cara! No podía aguantarme más, pero era lo más divertido que había visto y no dejaría que se acabara tan rápido.

-¡Chelsea!

-¿Sabes qué? No creo que te interese saberlo

Se derrumbó como un vaso lleno en la lluvia, su cara se puso pálida de la ira y me tomó de los hombros.

-Chelsea, me interesa ¡dímelo por favor!

-No, insisto, hice mal en decirle a Riley que te gusta Nate, no tienes que ir con él

Tamara estaba que se moría, me suplicaba con sus ojos que captara las señales, lo que ella no sabía era que lo hacía para molestarla. ¡Claro que le iba a decir a Nate! Cuando le diera la noticia iba a saltar de alegría por toda la casa.

-¡No! Pobre se va a sentir mal, de veras, iré con él

-Pero si ni le he dicho

-Chelsea ¡por favor!

-Nope

Me di media vuelta y la dejé sin nada que decir ahí colgada en el pasillo. Tomé mis cosas y me fui con Riley al salón de historia.
Cuando llegué sobre mi lugar había un ramo de tulipanes azules ¡mis flores favoritas! Decía "¿Baile?" Baile de graduación, no sabía quién lo había mandado, pero antes de decir que sí, debía ayudar a dos parejas felices a ir al baile juntas.

ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora