Capitulo 5

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-Feliz cumpleaños Charles!

-Gracias Riley.
-¿Quién falta por llamarte?
-Eres la primera.
-¿No te ha llamado Tamara?
-Nop.
-Le voy a pegar.
-Te lo agradecería.
-Tampoco tu nuevo novio?
-Siquiera sabe que es mi cumpleaños?
-Buen punto.
-Gracias por llamar, te quiero.
-Yo a ti, feliz Sábado.

*Fin de la llamada*

Si, cumplí 17 dulces años, eran las 6 de la mañana, a Riley le gusta madrugar. Mi mamá llegó con un cupcake Rosa que tenia una pequeña vela, le sonreí y le di un abrazo, me entregó el pastelito y se fue cerrando la puerta detrás de ella. Cerré los ojos, después de la conversación se me plantó un deseo en la cabeza: que Jaques cruzara la puerta y me abrazara, que Jaques estuviera ahí. Apagué la vela con un suspiro y le di una mordida al pastel. Cameron entró y me desordenó el pelo. Luego entró Nate y me dio un beso en la mejilla. Aunque suene raro, porque Nate es familia, siempre nos tuvimos mucho cariño el uno al otro.

Me arreglé porque papá me quería llevar a mi restaurante favorito a desayunar. Cuando regresamos subí a mi cuarto, Papá, mamá, Cameron y Nate estaban viendo una película. Alguien tocó el timbre, mamá fue a abrir.
Estaba acostada en mi cama cuando alguien abrió la puerta. Volteé tallándome los ojos, que se abrieron como platos al ver a Jaques parado en la puerta con un oso de peluche casi más grande que uno real y un ramo de girasoles de papel con algo escrito en cada pétalo.
No podía estar más feliz. Me paré de la cama y lo abracé muy fuerte. Me separó de él, puso su mano detrás de mí cuello me acercó y me dio un beso, paró por un segundo y me susurró "feliz cumpleaños princesa"
En ese momento me quedó claro que los deseos sí se cumplen. Aunque estaba muy feliz era muy temprano para que Jaques estuviera aquí, mi mamá subió y le dijo a Jaques que bajara un momento,y a mí me dijo que me pusiera algo cómodo.

Bajé ya no había nadie, la puerta principal estaba abierta, cuando salí estaban Jaques, Nate, Cameron, mis papás, Riley, Beth, Tamara y mi abuela afuera de una camioneta muy grande.

-¿van a conducir tan temprano?

Jaques se me acercó, se puso detrás de mi y con una benda me tapó los ojos, dos personas me cargaron dentro de la camioneta, no puedo decir quienes porque no vi nada. Hicimos un viaje bastante largo como de una hora y media. Llegamos y las dos personas me cargaron fuera. Podía oir como si estuvieran usando una secadora de cabello. Olía a quemado, y se sentía como si estuviéramos al aire libre.

Tamara me quitó la benda pero me dijo que aún no abriera los ojos.

-YA!- gritaron todos al mismo tiempo

Abrí los ojos y vi un hermoso paisaje, con pasto y un lago, montañas y árboles. No pude contener mi felicidad al ver enfrente de mi un globo de aire caliente. ¡Un globo aerostático!

-Gracias a todos.

-Jaques lo planeó.- dijeron Riley y Tara.

Jaques lo había planeado todo, hizo que riley me llamara temprano para que estuviera depsierta, por eso Jaques llegó tan temprano y mi mamá lo llamó abajo para que yo pudiera arreglarme. Rentaron una camioneta para que cupiéramos todos.

Abracé a Jaques, pero la mejor parte aún no llegaba...Mis papás, Cameron y la abuela se subieron en un globo. Yo estaría en otro con Mis amigas y Jaques.

Desde las alturas todo se veía hermoso, el lago parecía un espejo, los árboles parecían manchas verdes esparcidas por todo el pasto. Estaba tan feliz. Jaques estaba del otro lado de la canasta del globo. Me acerqué y lo tomé del cuello, él me tomó de la cintura y me dio un beso.

Nos reímos tanto que las risas casi se podían oir hasta el suelo, Ri, Tam y Beth sacaron de una caja un pastel. Cuando lo iba a tomar me embarraron la cara de crema y me obligaron a besar a Jaques, fue divertido como ambos terminamos cubiertos de crema.

Empezamos a descender, el lago cada vez se hacía más grande, cuando tocamos el piso nos bajamos de la canastilla. Le di mil abrazos a Jaques y a mis padres, nos íbamos a subir a la camioneta cuando Riley y Tamara entre risas se empezaron a subir los jeans a la rodilla, se alejaron y se metieron al lago, Jaques, Beth, Nate y yo hicimos lo mismo. Jugamos con el agua. Y nos reímos hasta que nos dolió el estómago, todos nos agarramos de las manos y nos quedamos viendo al horizonte, un hermoso y rojo atardecer.

Cuando nos subimos a la camioneta Nate se apolló en mi hombro y se quedó dormido. Llegamos a la casa de Jaques, mi papá se bajó con él, tocaron el timbre y salió su mamá. Se quedaron hablando un rato y después mi papá volvió a la camioneta. Nos fuimos a casa, llegamos como a las 7 de la noche, hacía frío, me puse mi ropa para dormir y unas zapatillas, iba bajando a la cocina pero Nate me paró a media escalera.

Sacó una bolsa de atrás de el me la entregó. Cuando saqué su contenido encontré un libro grande, era un álbum de fotos, fotos mías, con mucha gente, personas diferentes, seguramente de todas las fotos que había encontrado de mí. Me reí al recordar tantas cosas, pero de repente vi una foto, era yo como a los 9 años con un chico de pelo color miel casi rubio y ojos avellana-manzanilla. También había un chico atrás, en una bicicleta, de perfil. Ambos se me hicieron tremendamente familiares.

Esa noche no pude dormir, pensaba en los dos chicos, ¿dónde los había visto? pensaba e intentaba recordar. Pensaba y pensaba y seguía pensando. Eran como las dos de la mañana y yo seguía despierta, Cameron se despertó preocupado, pero le dije que estaba bien. Toda la noche pensando en esos chicos, pero especialmente el del pelo color miel. Toda la noche dando vueltas en la almohada. 

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