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Han pasado ya dos días desde que "llegué" aquí, yo y las chicas no hemos tenido tiempo de pensar en una solución al problema del cierre, aunque este es un instituto poco poblado los deberes no cesan, estuvieron ocupadas con tareas.

Entre tanto puedo tomarme el tiempo de contar lo que pasó en mi primer día de trabajo.

Mi nombre es Yūrei, sólo Yūrei, me pusieron ese nombre provisional, luego de que Honoka, Umi y Kotori vinieran a darme los buenos días, me ordenaron que esperara a la directora.

Al poco rato después de que se fueron la directora llegó, me sentía seguro con su presencia, su sonrisa y su figura, no era que me estuviera fijando sólo en su cuerpo, no es por presumir pero yo hacia lo que pocos hacen.

"Mirar más allá del físico"

"Valorar a alguien por lo que es"

Es cliché barato, lo sé, pero realmente me sentía muy a gusto con ella desde la primera vez que la vi.

Es toda una ángel como dijo Kotori.

Yendo al punto, nos dimos los buenos días y ella me había traído el desayuno en una cajita de almuerzo, que según ella es muy típico de Japón, aunque no recuerdo algunas cosas, se muy bien que era un desayuno.

Al menos yo desayunaba una taza de café y tostadas.

La directora me invitó a sentarme junto con ella en una banca cerca de ahí.

-esto parece un almuerzo, nunca había comido algo así.

-comemos cosas así todas las mañanas - dijo ella refiriéndose al arroz, pescado y algo de ensalada que tenia en frente.

-dije nunca había comido algo así no por que necesariamente tengo que recordar algo, hay algunas cosas que aún tengo presentes.

-mi hija me ayudó a hacerlo.

-bueno - dije probando un bocado - ambas tienen una habilidad sorprendente, esta realmente delicioso.

-me alegra que te guste, pasando a un tema más serio, tu trabajo de hoy será, sacar el polvo de las aulas vacías y asear parte del ala norte del instituto, trata de no ser tan sospechoso.

-no creo que sea la primera vez que las chicas vean a un contrario.

-la primera vez no, pero la primera vez en un instituto exclusivo de chicas.

-ya veo - acababa de meter el último bocado a mi boca - intentaré ser...lo más normal posible.

-te estaré deseando buena suerte en este día - su sonrisa era realmente especial.

-sabe directora - dije cerrando la cajita de almuerzo - lo único malo de ésta mañana es haberme terminado un desayuno tan delicioso, estaba tan rico que no quería acabar.

-te traeré más para la próxima.

(7-7)

Aproveché el poco tráfico de estudiantes para ir al pabellón de las aulas vacías, la directora me dio un mapa ya que la primera vez llegué a ese lugar sin querer.

Llegando ahí me puse a pensar, me imaginé que alguna vez estas aulas estaban llenas de estudiantes, los pasillos de parejas de amigas charlando. Todo lo que alguna vez fue este instituto.

-pronto esto volverá a la normalidad, lo prometo, salvaremos el instituto.

Haciendo uso de un plumero  me disponía a quitar el polvo del mobiliario y artículos varios.

"NUEVE MOTIVOS PARA VIVIR"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora