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"No quiero que esto llegue a su fin"

Recordé esas palabras cuando me mojaba la cara en el sanitario ¡¿Qué demonios fue eso!?

Voy y quiero pensar que solo fue una pesadilla.

Durante el día no pude hablar con las chicas, limpiar me mantuvo ocupado, creo que las chicas también estaban en lo suyo.

Solo en la mañana Kotori me trajo mi cajita de almuerzo y otra de desayuno.

A parte de darnos los buenos días no tuvimos otra conversación, aunque quise preguntarle sobre la decisión de formar el grupo. No tengo que apurar decisiones tan importantes.

Me decidí por ir a comer a la azotea durante mi descanso.

No se armó tanto revuelo por mi presencia, al menos no como pensaba, creo que lo único que llamó la atención fue que yo era de su misma edad, menos problemas con los que lidiar.

Los pájaros volaban, se escuchaba muy a lo lejos el ruido de los autos y el sol ya estaba a mitad del cielo indicando medio día.

Estar así, solo, de alguna forma se me hacia familiar, ésta sensación, creo que ya la viví antes. No creo que sea algo de importancia.

Puse en mi boca un poco de arroz con un trozo de filete, el sabor me puso feliz.

-está tan rico como el primer plato que probé de tu cocina, eres muy buena cocinando Kotori.

Realmente quiero formar el grupo de Idols con las chicas, pero ahora solo puedo aguardar a que ellas tomen la mejor decisión por y para ellas.

¿Y si fueran a aceptar?

Es mejor arreglar unas cuantas cosas a nuestro favor antes.

Con algo de emoción, me encontraba dirigiéndome a la oficina de la directora.

Llamé a la puerta y me indicaron que podía pasar.

-buenos días directora, si tiene algo de tiempo me gustaría hablar de un asunto con usted...oh...disculpe.

Había entrado tan rápido que no me di cuenta de las dos personas que se encontraban ahí.

La primera, una chica rubia con el pelo recogido en una cola de caballo, presencia imponente para algunos, sus ojos de un celeste suave estaban llenos de determinación, frunció el ceño al verme, no creo que le moleste mi presencia, más bien fue el modo en el que entré.

La otra tenía el cabello de un tono morado, peinado en dos coletas bastantes largas, sus ojos verdes se posaron en mí, ella parecía algo más pasiva y tranquila que la otra, al verme ella sonrió en forma de saludo.

Oh no, va a suceder de nuevo.

-Ayase Eli, Nozomi Tojo - tal y como sucedió en las anteriores veces pronuncié esos nombres como si las conociera de toda la vida.

-oye tú...¿Cómo es que...?

-no te alarmes Eli, una vez le pedí que ordenara unos documentos y tal vez se le quedaron algunos rostros y nombres.

-no creo que sea una mala persona - dijo la pelo pelimorada.

Acto seguido de uno de los bolsillos que tenía ella, sacó una mano de cartas, con rapidez tomó una carta al azar y la volteó, eran cartas de tarot, de esas que se usan para la adivinación y artes de ese estilo.

Recordaba las cartas pero no que significan.

-lo ven - Nozomi formó una sonrisa traviesa en su rostro - las cartas me dicen que él no es peligro, de hecho, quizás sea de buena suerte.

"NUEVE MOTIVOS PARA VIVIR"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora