Al percatarme del llanto de Tsuki, intenté levantarme e ir hablar con ella, sin embargo, el asfixiante ataque que la diosa, ahora ya abatida, me había dejado completamente sin energías. Intenté ponerme de pie, cosa que fue un gran esfuerzo hasta que el profesor Kuroshi me tendió amablemente su mano derecha para que la usara como apoyo. Me recostó en su hombro y con su tono juguetón el capitán me comentó:
-Está vez me has librado de un buen lio chavalín, pero intenta reprimir tus instintos Kamikaze.-
-No te hagas el tonto... si tu pistola izquierda podía disparar energía oscura ¿Por qué no lo habías hecho antes?- Respondí en un tono seco ocasionado por mi evidente agotamiento físico.
El profesor me ayudó a caminar unos pasos más en los cuales no salía palabra alguna por su boca, finalmente llegamos a uno de los muros que envolvían esa entrada natural en la roca y me dejó recostado allí. Me dio la espalda y avanzó unos cuantos pasos más antes de darme su respuesta.
-¿Recuerdas lo que te dije el día que despertaste a Nichibotsu? Hay personas cuya arma del alma está dividida, en tu caso tienes tus botas que te permiten flotar y ganar velocidad y esa pulsera misteriosa que se metamorfosea. Mi alma, Keikoku está formada por dos pistolas que usan como bala la energía que genero mediante mi cristal de nacimiento o poder. La derecha se alimenta de mi energía positiva, por ende la izquierda... solo la uso cuando estoy dispuesto a asesinar a mi enemigo.-
Esa fue la primera vez que vi hablar en serio al capitán Kuroshi D'Argau. Su actitud infantil, egocéntrica y despreocupada me nublaban la realidad, a su temprana edad había conseguido ser nombrado capitán del ejército de Isomaria y su cristal era de los pocos que se conocían de rango S. En el fondo, pero que muy en el fondo, mi tutor no era moco de pavo.
En ese instante me pregunté si tanto Kanjiro como Herling serían tan impresionantes como él, por desgracia la respuesta me llegó de la forma más rápida y negativa posible. La cómica escena de el sargento tirando del trasero de Akaji para que su cabeza se desincrustara de la roca y la incómoda visión de cómo Herling, quién ya no era presa del poder de Ran, ahogaba con sus enormes urbes al pobre Sayama quien luchaba ferozmente por respirar me confirmaron mi sospechas.
Esbocé una sonrisa y susurré: -Son penosos.-
Me empezaba a sentir aliviado, como despertar tras una horrible pesadilla y descubrir que todo lo vivido no era más que una oscura fantasía, estaba tan relajado y cansado que se me empezaban a caer los parpados. Fue entonces cuando un feroz grito que rompió el cielo me los hizo abrir de par en par.
-¡Mjölnir!-
Tras oír retumbar esa voz varonil retumbar por todo el firmamento una potente centella azul impactó contra la orilla del lago.
Cuando nuestros ojos se pudieron recuperar de ese destello, nuestros oídos fueron avasalladlos por el arrollador sonido del trueno, desde luego me era imposible pegar ojo tras tal estruendo.
De entre la roca polvorienta y molida por el relámpago se levantó un joven de larga melena cobriza y una pequeña barba del mismo color, este portaba una armadura reluciente de color plateada adornada por una capa azul, en sus manos tenía una maza de acero decorada con escrituras que no comprendía y símbolos que representaban el rayo.
Nuestros profesores rápidamente se pusieron en guardia ¿Había aparecido otro enemigo ante nosotros? En caso de que así fuese... yo no sería más que un lastre...
-Tranquilos Souldiers de Isomaria, dejad que me presente soy Thorpren, príncipe de Dragar hijo del emperador Logdin. Vengo en son de paz, a ocuparme de...-
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TAMA NO HO
FantasyEn un mundo de fantasía, algunos reinos humanos han empezado a poder aprender invocar armas las cuales son una representación de su alma, a su vez, ciertos humanos también empiezan a nacer con habilidades mágicas o físicas las cuales deben aprender...