Tras la ajetreada noche, amanecimos en el hospital. Akaji quien había cargado bajo la luz de la posterior luna a ambas muchachas hasta el centro sanitario de la academia norte de Souldiers de Isomaria. No dudó de jactarse de su proeza ante nosotros.
Susurrándome al oído con una picara sonrisa el melenudo me comentó: -Lo que no sabe Bird, es que estuve sobándola todo el trayecto.-
Brid, quien notó las palabras de Akaji y aún estando inmóvil pues proseguía vendada y con graves heridas graves en su cuerpo. Con una falsa y fría sonrisa miro a nuestro ardiente soldadito y comentó: -Cuando salga de este hospital juro por el honor de mi familia que lo primero que haré es emascularte como el cerdo que eres.-
Akaji tras recibir dicha amenaza apoyó la mano en la cabeza de la rubia muchacha y le empezó a revolotear el pelo. –Que mala leche tienes chica, aun que tu poder es la elasticidad siempre estás muy tensa mujer.- Exclamó sonriente.
Un alboroto retumbó por el pasillo y como si de una manada de bueis salvajes se tratara, la teniente Herling atravesó la puerta reventándola en mil astillas sin ni siquiera intentar abrirla con normalidad. La señorita al ver a su hermana en tal estado se abalanzó sobre ella propinándole un abrazo que pareciese ser más peligroso que cualquiera de los golpes que recibió la noche anterior.
-¡Me alegro que estés bien hermanita!- Gritó la oficial.
-No por mucho tiempo si no me sueltas hermana....- respondió la menor de las Stal agonizando y casi rogando por su vida.
Gal interrumpió este simulacro de escena emotiva, con unas palabras bastante contundentes: -Teniente, creo que esta señorita que derrotó Akaji. Es una de las ocho chicas desaparecidas.-
Las miradas fueron a posarse a la otra jovencita que reposaba en la misma habitación.
-Sargento, Capitán. Creo que tenemos trabajo.- Reaccionó la rubia teniente con un tono firme y contundente.
-Lo siento chavales pero de los interrogatorios mejor nos ocupamos los profes, que pa' eso nos pagan.- Prosiguió Kuroshi con su típico rostro alegre y despreocupado.
-Los niñatos incordiáis.- Tajó en seco el profesor Kanjiro levantando un muro de hielo entre nosotros y el grupo de oficiales mediante su Blue Christmas. Separando así la habitación en dos partes.
-No soporto a ese energúmeno.- Refunfuñé.
-No creo que sea una mala persona, mi hermana le tiene bastante aprecio y ella tiene un gran sentido de la justicia. No confiaría en alguien de mal agüero.- Respondió Brid, con una tierna sonrisa.
Pasamos unos minutos intentando animar a la joven hospitalizada e incluso Sayama insistió en que no se debe tener vergüenza en ser herido en combate. Lo cual era sorprendente viniendo de alguien con una inteligencia emocional comparable a un ladrillo.
Nuestra agradable charla, fue interrumpida por un fuerte crujido. La teniente había derrumbado el Blue Christmas de Kanjiro de un solo puñetazo.
No podía dar crédito a lo que veían mis ojos. ¿Cómo podía tener tanto poder como para derruir una pared de hielo macizo sin el más mínimo esfuerzo?
Tras el espectáculo, el capitán salió de la sala e intento solicitar que algunos Souldiers protegieran la sala donde reposaban las dos jovencitas rubias.
Por nuestra parte nos quedamos a escuchar la explicación de la teniente sobre la información obtenida por parte de la muchacha interrogada.
Resultó que ella era consciente en todo momento, sin embargo sus actos no procedían de su voluntad. El artefacto metálico que la joven portaba en el ojo, no solo le daba poderes y habilidades comparables a un Souldier. Si no que permitía a un tercero manipular todas sus acciones.
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TAMA NO HO
FantasyEn un mundo de fantasía, algunos reinos humanos han empezado a poder aprender invocar armas las cuales son una representación de su alma, a su vez, ciertos humanos también empiezan a nacer con habilidades mágicas o físicas las cuales deben aprender...