TAMA NO HO

Capítulo15: Génesis

Desesperada, Leryac entró a toda prisa por las puertas del estadio, solo para ver que Niku y yo ya nos encontrábamos en el campo de batalla, jadeando por su esprín, la muchacha de cabello rojizo se secó la frente y posó su mirada en las gradas donde estaban expectantes mis amigos.

Mientras el profesor Kuroshi daba las presentaciones ella se fue a reunir con los demás.

-¡Eh muñeca! ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el torneo de tu clase?- Preguntó Akaji confundido pero aparentando ser seductor.

-Esta flacucha tiene menos carne que el tobillo de una gamba, seguro que le han dado una paliza en la primera ronda.- Replicó de forma picara Nakita.

Leriac con cara de enojo golpeó con fuerza la cabeza del joven pelo rosado, hundiéndole su gorra en el cráneo.

–Idiota.-

-No todos son tan inútiles como tú, colega.- Exclamó Akaji entre carcajadas al ver como mi compañera de cuarto había noqueado con un solo golpe al picarón de Nakita, mientras a esta se le dibujaba una mueca de enfado y vergüenza en el rostro.

Con las pocas fuerzas que le quedaban, el chico convaleciente interrogó entre muecas de dolor: -¿Entonces qué coño quieres tabla?-

De nuevo Leryac destrozó la cabeza del joven con un segundo puñetazo. – Eiji me tiene preocupada, ayer...-

Miró un momento hacia Tsuki y vio el rastro de unas pocas lágrimas secas que adornaban las sombrías ojeras de la muchacha. Parando su oración, la soldado de pelo carmesí pensó para si misma: ''Parece que ese idiota no es el único que se guarda sus sentimientos, está claro que la zorrilla de pelo azul ha estado llorando toda la noche igual que él. ''

Se dio una palmada en la frente y reflexionó nuevamente ''Son tal para cual. ''

-Ayer él no estaba del todo fino, tiene muchas cosas en la cabeza y me preocupa que haga una tontería.-

Una vez el capitán finalizó su discurso, Niku convocó a su arma del alma Lingot y la transformo en unos hermosos pulidos guanteletes de pulido acero plateado. Sin decir una sola palabra se abalanzó velozmente hacia mi propinándome un poderoso puñetazo que impactó de lleno en mi rostro. Ante la sorpresa de que no hiciera esfuerzo alguno en evadir ese primer golpe, la duda se reflejó en el rostro de la muchacha mulata de dorados cabellos.

-Veo que se te han desinflado las pelotas ''héroe''- Pronunció sarcásticamente pero con la voz temblorosa, pues tras haber visto mis habilidades sabía perfectamente que había podido evadir ese golpe.

Proveniente de las gradas pude escuchar como Akaji con exaltación y preocupación gritó:

-¡Una tontería como esa! ¡Vaya ostia le ha arreado!-

Afirmando con la cabeza, mis dos amigas dijeron al unísono y completamente sincronizadas:

-Exactamente como esa.-

Nakita no podía parar de carcajearse disfrutando de la vista que ofrecía el puño de Niku aún incrustado en mi faz.

Tras unos segundos de tensión y duda, aparté el puño de mi rival, quien era incapaz de entender mi acción temeraria y antes de que volviera en si yo miso convertí a Nichibotsu en un resplandeciente guantelete que en su forma mimetizaba al que Niku había usado contra mi segundos antes, sin embargo, este centelleaba los inspiradores colores del atardecer.

Clavé un fuerte puñetazo con mi diestra en el estomago de la joven, tan fuerte y veloz fue el golpe que retrocedió recuperar el aliento, puesto que el sorpresivo impacto había cortado tanto el ambiente como su respiración.