Capítulo 3: Crónicas de Útopia segunda parte

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Al divisar semejante paisaje, la Ira de Rayji estalló en forma de grito. Su cuerpo se encontraba rodeado de una gran cantidad de electricidad. Se disponía a moverse cuando exclamó:

-Sea quien sea el mameluco que se ha cargado mi villa, juro que me lo cargo- su rabia se hacía notar en semejantes palabras, tal era así que por primera vez en los dos días que había pasado junto a él, no usaba su tonillo macarra al expresarse.

Se disponía a correr en línea recta cuando de repente, el profesor Kanjiro , actuó:

-¡Blue Christmas!- Dijo mientras extendía su brazo derecho hacía donde se encontraba Rayji, este, instantáneamente se encontraba inmovilizado por una gran cantidad de hielo que lo abrazaba por los brazos y las piernas. –Chico, en estos casos es cuando se debe conservar la mente fría, si no no irás muy lejos..- dijo el Sargento en tono serio, mientras con un dedo se señalaba la frente. -¿No ves que los pueblerinos de Austrea se encuentran perfectamente?

Cuando quise darme cuenta, entre las ruinas había una considerable cantidad de personas que parecían reponerse de la hecatombe que asoló la villa. –Lo primero en estos casos es ayudar a los pueblerinos afectados y avisar el cuerpo médico, en verdad es un palo que no haya venido ningún Souldier con capacidades sanadoras entre nosotros... Ya me dais pereza y acabamos de llegar- Prosiguió el profesor con un tono desganado. Seguidamente chasqueó los dedos y el hielo que restringía al gritón de mi compañero se desvaneció.

-Ya era hora de que me soltases, carcamal. Yo me ocupo de hablar con la peña ¿Vale? Los conozco a todos desde que era un mocoso, así que me tienen bastante confianza.- Dijo Rayji mientras se dirigía a la casa en ruinas más cercana.

El profesor sacó su hologramador personal e intentó contactar con el profesor de Artes curativas de la Academia. En cuanto vio que continuaba pasmado observándole, me llamó la atención: -Tu, pelo escoba, ve a hacer algo útil como barrer este estropicio o rescatar a los pueblerinos que hayan podido quedar atrapados bajo escombros-

-¡Sí, señor! – Exclamé sin pensarlo al percatarme de su marcial tono de voz.

Me dirigí hacía las casas con peor aspecto. De fondo escuchaba murmullos de los pueblerinos, decían cosas como, ''que alegría que nos venga a ayudar uno de los gemelos Blitschlag justo ahora, o que era el fin de un negocio local'' y que esperaban una subvención de parte del consejo de Isomaria. Entre tanto murmullo a veces se colaban los exagerados gritos de Rayji.

Revisé varias casas y pude rescatar a algún niño u anciano que habían quedado sepultados por el propio peso de su hogar. Convirtiendo a Nichibotsu en una palanca y con mi fuerza bruta, no fue tarea difícil.

Al cabo de un rato, una vez verificado que no quedaba más gente bajo tierra, el sargento se presentó en lo que parecía que una vez fue la plaza de la aldea. Me hizo unas señas para que me acercara también y allí empezó su discurso:

-Soy el Sargento Kanjiro Yamada, del ejercito de la república de Isomaria, los hombres que me acompañan son los cadetes Eiji Issho y como ya sabrán, el cadete Rayji Blitschlag. Se nos había encomendado la misión de resolver altercados que la gente de esta aldea, había tenido con habitantes de la capital de la comarca en la que nos encontramos, es decir, ciudadanos de útopia. Sin embargo, dada la situación actual me he dado el lujo de informar al equipo médico de la escuela este de cadetes de Isomaria. Por ende , cancelo la misión de patrullamiento para dar comienzo a una investigación exhaustiva del caso oc...

-Perdone, joven- Interrumpió un anciano aldeano... -No entiendo los cultismos que usa en sus palabras ¿Podría simplificarlo para un humilde campesino?

TAMA NO HODonde viven las historias. Descúbrelo ahora