En un mundo de fantasía, algunos reinos humanos han empezado a poder aprender invocar armas las cuales son una representación de su alma, a su vez, ciertos humanos también empiezan a nacer con habilidades mágicas o físicas las cuales deben aprender...
Después de una larga charla con la chica de pelo granate con quien me encontré en la puerta de mi habitación, pude sacar diversas conclusiones, la primera es que su nombre era Leryac. Era alumna de segundo también pero de una clase distinta a la mía, era miembro de segundo A, mientras que yo, Sayama y compañía lo éramos del B.
La segunda conclusión aún estaba por aclararse.
-Bueno y se puede saber ¿porque estás aquí Leryac?- dije con un tono bastante borde pues quería entrar a mi cuarto de una vez por todas.
Mientras abría la puerta para observar su reacción rápidamente y poniendo la zancadilla para evitar así que la puerta se cerrase la pelirroja contesto no menos borde que yo:
-¿Es que no te enteras de nada o qué? Es bien conocido que esta academia brinda a los estudiantes de segundo habitaciones mixtas, con el fin de que se cree un falso romance entre sus cohabitantes, para así facilitar el nacimiento de nuevas personas con poderes cognitivos y armas del alma. Simplemente es una política de reproducción para incrementar el poder militar de Isomaria mediante la gestación de nuevos Souldiers.
-Esa es la gilipollez más grande que he oído en mi vida- Respondí – Pero en fin supongo que somos compañeros de cuarto- Estaba demasiado acostumbrado a compartir cuarto con Akaji y Sayama, durante todo el curso de primer año los pasé con ellos como compañeros de cuarto, Sayama como siempre parecía más muerto que vivo, y Akaji... era todo un personaje. Con una risa medio sincera dije –Peor que esos dos no serás-
Encendí la luz de la habitación, esta era simple, dos camas separadas con mantas blancas y almohadas mullidas paredes recubiertas de madera , un techo blanco pero bien iluminado, dos escritorios con sus respectivas sillas, un cuarto de baño y una televisión.
Ella sin decir ni mu se tumbó de un salto en una de las dos camas, me miró con cara de ''Me pido la de arriba'' pese a que no eran una litera y dijo:
-Pero para que lo sepas no estoy interesada en un enclenque como tú, pero si intentas hacerme algo, atente a las consecuencias. ¡Double Pain!- Exclamó la chica.
De su mano empezó a emerger una luz roja como la mismísima sangre humana y de ella se empezó a generar una extraña arma la cual era una pistola con una pieza encima la cual parecía para encastrarle una hoja de espada allí. Me apuntó con ella y me dijo con un tono burlón:
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-Bueno ya sabes lo que sucederá...-
-Hace menos de dos horas el imbécil del profe Kuroshi me ha intentado volar la cocorota de un disparo y justo después de eso, he tenido que pelear a muerte contra la viva imagen de Donkey Kong ¿De verdad crees que una pistolita de los chinos me va a hacer algo?- Respondí con despreció.
