Cuando los ángeles lloran 3: "Entre el cielo y el infierno"

To the stars who listen

¡Hola a todos!

Aquí la autora que los ha hecho llorar con algunas obras y quien había estado desaparecida de este fandom.

Pues bien, en esta ocasión vengo con el prólogo de una nueva historia. Es una adaptación, justo como esta pero mejor revisada. Lo prometo. Pronto podrán encontrarla en mi perfil. Hasta entonces...

All the love xx

Prólogo:

Cabello rubio y largo; ondulado como si hubiese pasado varias horas en el salón de belleza intentando darle un brillo natural que la hiciera verse a la altura de un evento como aquel. 

Portaba un vestido rojo que se ajustaba perfectamente a las curvas de su cuerpo y hacía resaltar su pálida piel. Harry no pudo evitar preguntarse si su marido había tocado y besado esa piel de la misma forma que había adorado la suya hacía ya algunos años atrás. 

Llevaba un pinta labios rojo que llamaba la atención de muchos por la brillante sonrisa. Un poco arrogante le pareció al chico, pero jamás admitiría eso. 

Harry era demasiado buena persona como para permitirse pensar algo así de alguien, incluso si se trataba de la mujer que se colgaba del brazo de su marido y les sonreía a todos los socios tomando el lugar que por derecho le pertenecía.

Kendall la hermana de Luke Jenner quien es abogado de lo familiar  en el buffet de abogados "Tomlinson y asociados", reprimió un mordaz comentario que ansiaba salir de sus labios. Pero no era ni el lugar ni la forma en la que alguien de su "clase" reaccionaria ante lo que estaba más que claro sucedía entre esos dos.

Louis no le había visto aún y algo le decía que no importaba que tan bien se viera en ese traje negro que hacía que sus ojos relucieran bajo las luces de la fiesta, su marido solo tenía ojos para esa mujer esa noche. 

–Esto es un ultraje, ve ahí mismo y quita a es... –Kendall tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no decir algo peor de la misteriosa mujer –Quita a esa mujer de tu lugar Hazz, tu eres quien merece estar ahí. No sé qué le ve Louis, pero ya me las pagará, solo espera a que... 

Pero el castaño ya no prestaba atención a las palabras de su amiga. 

Louis ya había pronunciado el discurso que cada año daba a todos sus clientes y socios, y que Harry había preparado para él algunas semanas atrás, justo para que su marido le dijera de forma poco amable que pensaba que aquello era una basura. 

Sin embargo, después de haber escuchado a Louis decirlo con esa oratoria de la que hacía uso cada vez que tenía que litigar en un juicio, y escuchar a todos los invitados murmurar halagos y elogios hacia su persona, un pequeño rayo de felicidad le hacía sentir tranquilo. 

Sentía que su marido aún le necesitaba aunque él mismo no quisiera admitirlo. 

Por lo menos eso fue lo que sintió hasta que le divisó nuevamente en medio de la sala tomando a aquella mujer por la cintura y tras susurrarle algo al oído, ella rió de manera inocente, Louis la atrajo hacia él y la besó. 

La besó como hacía meses no se besaban ellos. 

Era un beso limpio, nada del ámbito sexual como Kendall había insinuado cuando los vio juntos y Harry no pudo evitar preguntarse si es que Louis había prometido a esa deslumbrante mujer lo mismo que le prometió a él hace tres años atrás.

Si es que así había sido, esperaba que por lo menos ella si fuese lo suficientemente digna para que Louis le bajase la luna y las estrellas.