Capítulo 14:

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Capítulo 14:

*Los ángeles mienten para mantener el control*

POV EDWARD:

-Creí que vendrías hasta dentro de unos cuantos meses...- añado sentándome en la elegante sala de estar que hay en el salón de mi casa.

-Bueno, la oportunidad de venir a Londres se me dio y aquí estoy. ¿Te incomoda mi presencia?- inquiere ella mientras se lleva su taza de café a los labios y le da un sorbo.

-No quiero ser grosero- murmuro sin verla realmente- pero a cualquier persona en mi situación le incomodaría... sobre todo si está tratando de olvidar lo que sucedió.

-Lo que sucedió no es algo que tengas que olvidar- ella hace una pausa y escucho como deja la taza en la pequeña mesa de cristal que hay frente al sofá de piel oscura y cojines blancos- Lo que pasó es algo que debes superar; mas no olvidar. ¿A menudo intentas olvidar las cosas que te incomodan...?

-¿Estás aquí como psicóloga o como amiga?- añado bruscamente como si ya me hubiese cansado de esta conversación, donde está claro, ella está buscando algo.

Amber me mira a los ojos y yo aparto la mirada como si no quisiera verla.

-Vine como amiga- añade por fin- pero no debes olvidarte de que ante todo, también soy tu médico.

-No es algo que necesites divulgar. A las personas no les interesa saber esas cosas...- murmuro entre dientes. Desde ayer que llegó y me enteré de su cordial visita en la que esperará a que Ed la alcance, se quedara hospedada aquí. Todo gracias a la cordialidad de mi marido.

¡Que reverenda estupidez!

Tenerla aquí es un arma de doble filo, la cual si no sé cómo utilizar, podría terminar con este juego.

-Sabías que este día llegaría Harry...

-Si no mal recuerdo tú me diste de alta en el momento en se me permitió tener una vida normal con mi marido y viajar aquí- murmuro con un tono de voz ansioso y molesto al tiempo en que comienzo a mover con algo de impaciencia uno de mis pies.

-No.- dice ella tajante- Se te permitió un tiempo de esparcimiento bajo constante vigilancia, sin embargo ya es tiempo de que nuestras sesiones se reanuden. Debes afrontar lo que sucedió en lugar de simplemente correr y esconderte de todo lo que te hace daño.

No sé en qué momento sucedió, no sé cómo pasó, pero estoy parado a mitad de un frio y oscuro callejón donde lo único que puedo escuchar es el lejano sonido de unas sirenas y la respiración superficial del cuerpo de Harry y las asquerosas voces emocionadas de estos chicos que creen que van a pasar una noche inolvidable con el ángel que les ha caído del cielo.

-¿Será que podamos ver tu lindo rostro corazón?- cuestiona el chico que ya me está tocando con más ganas y con menos pudor.

Otras manos me toman por ambos lados de la cabeza y me incitan a levantar la mirada.

Cerca de mi hay dos chicos que no parecen ser muy mayores que yo, del lado izquierdo hay tres hombres sentados encima de unas cuantas cajas y por el otro lado hay un chico más que simplemente me desviste con la mirada en el momento en que mis ojos se posan en él.

-Pero si no eres nada feo corazón, ¿será que quieres pasar la noche con nosotros?- él se acerca a mi oído y susurra- Prometo que la pasaras bien ángel... sus manos toman las mías y aun sin despegarse ni un poco añade- O por lo menos, nosotros lo haremos.

Cuando los ángeles lloran 3: "Entre el cielo y el infierno"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora