Cuando los ángeles lloran 3: "Entre el cielo y el infierno"

Capitulo 5:

Capítulo 5:

*Amar es volar al sol con alas de cera*

POV NICK:  

El calor de las sábanas de seda; suaves y tersas, fueron lo primero que percibí cuando mi mente dejó de vagar por el mundo de los sueños. 

Miércoles, casi de madrugada.

 Lo supe porque la luz aún no había comenzado a meterse entre las enormes cortinas blancas que resguardaban mi privacidad del mundo exterior y eso no hizo que mis ganas de levantarme a trabajar aumentaran.

Suspiré sin abrir los ojos aun y cuando intente moverme hacia un lado pude sentir como algo me lo impedía y fue cuando caí en la cuenta de que el agradable calor que sentía mi cuerpo desnudo no provenía solo de las suaves sabanas de mi cama. 

Me debatí entre abrir o no los ojos; podría continuar durmiendo hasta tarde ya que mi única junta importante ni siquiera será en la oficina, sino en un café con ciertas personas con quienes debía encontrarme, o podría abrir los ojos y reafirmar la idea que tuve sobre quien compartía la cama conmigo; y no lo resistí, abrí los ojos y aun la oscuridad de mi habitación pude ver la grandeza con la que su imagen se proyectaba ante mí. 

Edward aún estaba dormido; pegado a mi cuerpo y tan caliente que me sorprendió haber confundido su calor y su perfume con las sábanas y mantas. 

A pesar de que lo primero que percibí cuando desperté fue la seda debajo de mí, posteriormente sentí la suavidad de su cuerpo y el suave sonido de su respiración; él es irresistible, incluso mientras duerme. 

Inclinándome hacia adelante, presioné mis labios en su pelo tan suavemente como me fue posible y a pesar de que el tacto fue casi imperceptible, pareció sentirlo. Edward se removió un poco entre sueños dejando escapar un suspiro para posteriormente pegarse más a mi cuerpo. 

Fue inútil tratar de no despertarlo; los ojos de Edward parpadearon lentamente a medida que se despertó, mirando hacia mi pecho y luego levantando la mirada para verme a los ojos. 

-Buenos días- susurré, porque no quería romper el silencio y la tranquilidad que nos envolvía

-Buenos días- contestó Edward, para regalarme una sonrisa que sé que solo me da a mí.

Conozco mi realidad y sé que lo que comparto con Edward es especial, sin embargo aún no es lo que yo quiero, pero es lo mejor que puedo obtener de él en estas circunstancias. 

Odio saber que su corazón no es del todo mío y que incluso aun si pasan mil años, jamás será mío por completo. Por la forma en la que nos conocimos, la forma en la que le pedí matrimonio y la fragilidad con la que lo he visto, es que lo sé.

Jamás me lo dirá, pero yo sé que una parte de él, siempre será de Louis. Sé que me quiere, tal vez incluso me ama, pero no de la misma forma y con la misma intensidad con que lo ama a él.