Pasado 3/3
Las dos carretas que se llevarían a los niños estaban listas, cada una llevaba dos caballos, eran suficientes ya que no querían llamar la atención de ninguno de los otros pueblos; habían decidido que el viaje se hiciese al atardecer puesto que no habrían demasiadas personas transitando en los caminos, al menos eso era lo que su informante le había dicho y confiaba que fuese de esa manera.
Las cuatro personas también estaban listas para devolver a los chicos, se dividirían para no tardar demás y luego regresarían con algunas cosas para fingir que habían ido por mercancía, era una forma de pasar desapercibido y la que mejor les había funcionado. Las cuatro personas constaban de dos parejas, era la mejor distracción de los guardias en la entrada de los pueblos puesto ninguno parecía sospechar de una pareja yendo en carreta hacia la ciudad más cercana a buscar alimento, las dos parejas sabían qué hacer y cómo proceder para entregar a los cachorros, así que solo había que explicarles a los chicos lo que pasaría con ellos y cómo debían proceder para que nada les pasara.
Hari acomodó un par de dulces que les tenía guardado a los chicos para que se entretuvieran en el camino, los colocó en los puestos donde irían acostados y sonrió triste al saberse solo de nuevo, aún así suspiró y se adentró a la casa para ir a buscar las hojas donde escribiría las cartas de "amenaza", misma que era mentira ya que no pensaban hacerle daño a ninguno en un futuro cuando los volvieran a buscar, colocó las hojas en el interior de la carta y se aseguró de no poner nada con su adn ni nada que tuviese el escudo familiar del pueblo donde vivían. Cada una decía:
"Pasarán cinco años y nosotros volveremos por sus hijos en el momento en el que los vuelvan a descuidar. Cuídenlos mientras puedan porque si nos los llevamos, los devolveremos muertos."
Lo cierto de aquella carta era que los volverían a buscar y aún si murieran, no enviarían el cuerpo a nadie; esperaba que su esposo de verdad creara algo que lograra que esos chicos vivieran en paz y sin una discapacidad de por medio. Salió de la casa con las cartas para dejarlas sobre las carretas y vio hacia su esposo, asintiéndole en silencio para que supiese que todo estaba listo y Kai suspiró antes de ir hacia su laboratorio, debía darles la última medicina a los chicos antes de que se fueran pero dejaría que su esposo se despidiera de ellos, sabía que se había encariñado pero aún así se comportaba distante para que no le afectara más de lo que, posiblemente ya le afectaba.
Hari tomó aquello como luz verde para ir a despedirse y eso hizo, caminó de vuelta a las catacumbas para adentrarse al lugar e ir hacia la jaula donde estaban los pequeños hablando entre ellos —A excepción de Izuku y Shouto—, se les podía ver emocionados por volver a casa y a la vez triste por volver siendo menos de los que llegaron; él también estaba triste por esa razón, no le gustaba cuando los experimentos de su alfa terminaban con la vida de los cachorros que llegaban, aunque estaba tranquilo que en ese lote había sobrevivido muchos más que en las anteriores veces. Entró al lugar con los niños y se sentó frente a ellos con una sonrisa tranquila sobre su rostro para usar su aroma y mantenerlos tranquilos.
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Campo de flores [KatsuDeku] [Omegaverse]
FanfictionPortada y separadores: @newt42 Historia registrada en Safe Creative: 2103177196144 ¿Alguna vez has visto con tus propios ojos un campo lleno de flores? ¿Recuerdas cuántas veces los has visto? Izuku nunca ha visto un campo lleno de flores, nunca ha v...