Para llegar al hospital, el grupo armado de los dos cientifícos, debió continuar por el túnel oscuro situado más allá de Sants-Estació. Al rato, llegaron a una zona con botes, donde pagaron a un vigilante de Rodalíes y tuvieron que usar una barca de remos creada con distintos materiales amalgamados, aparte de llevar una linterna adosada, ya que el túnel se encontraba inundado, y sólo había un ramal medio seco que conectaba con el parking de la Avinguda Josep Tarradellas y el refugio 221 (este integrado al parking, y a 11,00 metros de profundidad), dichas zonas siendo viejas bases de bandidos prófugos al estar cerca de la Modelo, y que estaban siendo limpiadas de cualquier peligro.
Aixo flota? -preguntó el mensajero, viendo como zozobraba algo la barca asignada-
-Sí, es un vaixell! -le respondió malhumorado el vigilante, mirando a todos lados sin sacar su porra, y con sarcasmo- Ni que fuese uno Berenguer Mallol...
Debiendo utilizando el viejo túnel inundado para proseguir su recorrido, siguieron remando hasta alcanzar la siguiente estación, inundada desde hace años. Al llegar a Entença, descansaron en una plataforma con tiendas de campaña, que eran sólo usadas por los viajeros que debían usar ese trayecto. Debido a que estaban llenas esas tiendas, tuvieron que buscar otra alternativa. Tras amarrar fuerte su bote junto a una puerta que ponía "pensió", decidieron revisar la estación, que se parecía a Venecia o al Canal de Castilla.
En el agua, los botes iban amarrados a los dos muelles situados sobre las vías, mientras algunos pescadores revisaban la captura del día, y tiraban los peces más mutados. Otras personas se aglutinaban en las hogueras, cociendo la comida que traían. Los científicos se alojaron en uno de los edificios de mantenimiento, ahora siendo una pensión que estaba en la parte no inundada de la estación., tomando notas de lo que veían. Una noche de reposo después, la expedición siguió hasta el Hospital Clínico.
Ya despejados, saltaron del andén a la balsa, toscamente creada y con prisas. Al salir del puesto de seguridad, decidieron turnarse mientras remaban en la balsa. Fijándose en que estaba construida con botellas de plástico, trozos de metal, tablones y con asientos de un taxi, que estaban atados con cuerdas y unidos con algunos tornillos; Jacint y Nicolae decidieron contemplar la fauna local de ese estrecho pasadizo casi sumergido para olvidar la precariedad de su transporte, y vieron asombrados unas sombras bajo el agua, que estaba relativamente limpia gracias a los mejillones incrustados en el túnel, las sombras eran parecidas a octópodos provenientes del mar, habían mutado con más brazos y con cabezas chatas. Estos animales eran pescados por los pocos pescadores de Entença en sus barquitas, donde los vendían junto a anguilas, y servían de alimento junto a la carne exportada y los champiñones. Tras remar un poco más, llegaron al muelle de la estación de Hospital Clínic; dejando libre la barca para que unos médicos la ocupasen y fueran a por sus pacientes, y dejando atrás la barrera de sacos de arena que evitaban una inundación en el resto del túnel.
Antes de entrar a la estación, vieron una antigua cabina de peaje (similar a las de los parkings de la superficie) en la que tuvieron que hacer cola y enseñar sus documentos para entrar al hospital creado en la estación, con una cola de 20 pacientes delante de ellos.
Tuvieron que esperar unas 2 horas para entrar debido al escaso tamaño de la estación, pasando después al área de descontaminación. Tras esto, preguntaron por José, el caçador que buscaban...pero había marchado de la estación tras ser dado de alta esa mañana.
Para recabar más información, el equipo decidió continuar hasta las estaciones de mercenarios situadas en la línea 5; para ello, continuaron a pie hasta llegar a la estación de Verdaguer de la línea L5, una importante estación fronteriza de la facción más importante de la ciudad, bajo la plaça de Mossèn Jacint Verdaguer, con su búho dominando la zona. Perteneciendo a la poderosa facción de Nova Barcelona, en el puesto de control debieron de entregar a su llegada los pasaportes, siendo devueltos al instante y con un sello estampado. Allí cruzaron los puestos del bazar, y desde ese andén siguieron las indicaciones de llegar a la estación de la L4. Ya en el otro andén, bajaron a la vía de cemento, con las vías oxidadas todavía en pie. Desde el momento en el que avanzaron a la siguiente estación en dirección Trinitat Nova, encendieron la linterna y una antorcha caída, usando las viejas señales luminosas de emergencia cubiertas de polvo para seguir el camino a la estación de Joanic, primera base de los mercenarios. Una de las secciones del túnel estaba llena de arañas, con las que Nicolae encendió la antorcha vieja con su mechero, quemando las telarañas (pero cubriéndose de la radiación con su máscara de gas) y friendo a las arañas, consiguiendo pasar y lograr una mejor conexión con los mercenarios. Al llegar a la estación de Joanic, y librarse de un tiroteo de un mercenario borracho, preguntaron por José, quién no se encontraba allí ya que residía en la estación de Alfons X.
Siguieron su camino por el túnel de la línea 4, evitando caer por los agujeros del suelo del túnel, y pasando por las pequeñas granjas de setas de la facción, llegando al puesto de control de Alfons X, logrando pasar al explicar sus razones; al rato lograron entrar a la tienda de la familia de José, para encontrar a su caçador José postrado en su cama, este explico su ausencia debido a que había salido de la estación de Hospital Clínic tras haberse recuperado de un violento ataque, y que había dejado de ser un caçador por un tiempo, por órdenes de sus superiores así que les presentó a un chico algo más mayor que Nicolae, llamado Jordi; este iba a ser el sustituto de José.
Mientras estaban en la estación de Alfons X, oyeron parte de una conversación donde había rumores sobre una bola de plasma eléctrico que atacaba a humanos y mutantes por partida doble, tanto en algunos túneles como en la superficie, aunque los caçadors que lo discutían hablaban sobre que era falso porque se comentaba que sólo había pasado en la zona sur de la L9, mientras que el otro argumentaba que aparecía también sobre la torre de comunicaciones de Montjuic, como el antiguo fuego de San Telmo. Despidiéndose de José y deseando que se recuperase, los tres esperaron a la noche para salir de la estación, revisando un plan por el cuál acceder al Park Güell desde esa zona.
Dejaron pasar a un médico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (ahora dividido entre las estaciones de Guinardó | Hospital de Sant Pau, para la L4, y Sant Pau | Dos de Maig, para el Estat Barcelonés), quién estaba de guardia en la estación, tras despedirse...y se dirigieron hacia las salidas de Alfons X
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ESP2033 ---CRÓNICAS DE IBERIA--- BARCELONA
Science FictionMetro 2033 en España. HISTORIA 1 ---LAS RUINAS DE LA CIUDAD CONDAL--- (Barcelona)