Al salir de la estación, cerraron las puertas de seguridad y salieron por el acceso de la calle Aragó, la cual empezó a llenarse de agua de lluvia, debido a un chubasco repentino, mientras los dos hombres subían los peldaños de la estación. Para evitar a las bestias mutadas, fueron por las calles estrechas cercanas, y sin pasar cerca del parque del Clot, que había sido medio talado, pero estaba lleno de guaridas de perros y hasta de osos. Evitando a las bestias que salían a cazar a esas horas del atardecer, fueron por las calles estrechas cercanas, para continuar callejeando para llegar a la Gran Vía de les Corts Catalanes. Cruzando la calle y mientras iban atajando por la zona cubierta del Westfield Glòries, Alfredo miró hacía el parking, y comentó a Joan, mirando alegre a la entrada oscura que daba al parking y quitándose la máscara de gas, le dijo algo al chico.
- ¿Sabes? Yo solía ir por aquí antes de la guerra, menudo sitio, siempre repleto de gente...
Y te aviso, que por si ocurre algo grave relacionado con los mutantes, o si necesitas un refugio, abajo hay un parking, y una ayudita que no viene nada mal si la plaza está llena de bichos o los de Plaça Catalunya necesitan transportar algo pesado- dijo, mirando al joven. -Eso les hará callar un rato- Los dos rieron. Pasaron por el centro comercial mientras vigilaban algún ruido raro, y siguieron por un pasillo cercano a un baño, logrando pasar por una salida de emergencia y llegaron a la avenida Diagonal, atravesaron la calzada llena de baches, más vehículos destripados, un viejo tranvía oxidado y sin sus cristales, y pasando por las entradas a la estación de Glòries, esquivadas por la creencia de que las almas de los que murieron en el incendio que arrasó la estación vagaban por ahí, aparte de que por la superficie había menos zonas inundadas por la lluvia. El contador Geiger empezó a sonar, así que tuvieron que ir por las zonas menos irradiadas de la superficie. Cruzando el maremágnum de restos de coches en la nevada e inestable glorieta de la carretera C-31, convertida en un infranqueable caos de vehículos rapiñados, trozos de metal y pedazos de cemento del paso elevado que estaba a unos metros sobre ellos, decidieron evitaron usar los túneles inundados, para no cruzarse con muchos mutantes, y seguir con la "tradición" de evitar pasar por esa zona quemada, que hasta las ratas evitaban, no así otros mutantes y apariciones... Misteriosamente, todavía se podía percibir el olor a plástico quemado en el ambiente.
Al poco estaban junto a la Torre Agbar, donde unos animales voladores (similares a águilas) les atacaron, además de una jauría de perros sin pelo y ciegos, aparte de nueva fauna mutante (como gatos, ratas enormes y jabalíes) que se habían adaptado a la guerra y la radiación, derivados estos mutantes posiblemente de los animales domésticos. Gracias a la lluvia y a su pericia en el uso de sus armas de fuego, lograron matar algunos de estos monstruos, evitando mirar a la antigua torre de hormigón, acero y aluminio, que tenía corroídos por el tiempo varios paneles de aluminio del cilindro exterior, junto a trozos de ventana en el suelo. Con casi 150 metros, se elevaba sobre el distrito, pese a que, de sus 34 plantas, algunas se hubiesen deteriorado y que las 4 plantas subterráneas fuesen inaccesibles desde la red de metro. No es que fuese peligrosa la torre en sí, pero los mutantes habían hecho su guarida en esa edificación, siendo la última planta, el antiguo mirador justo por debajo de la cúpula de la torre, el nido de las águilas y gaviotas; además de que los restos de aluminio y metal del edificio podían destrozar a cualquier caçador si cayesen a la calzada.
Tras plantear que ruta seguir, tomaron una paralela a la línea 1 del metro, continuando por la Avenida Meridiana y evitando los restos del Espacio de «Els Encants», la vieja Feria de Bellcaire, inaugurado en 2013 para dicho rastro, que tras 20 años, había sido convertido en nido de los "perros" gracias al techo de metal y a que eran territoriales en dicha zona por estar cubierta, cruzando la Avenida Meridiana y pasando por un terreno baldío hasta el esqueleto del nevado Teatre Nacional de Cataluña, que había perdido su cristal y partes del techo se habían caído. A los pocos metros, para evitar ser acorralados por otra jauría de mutantes, cruzaron un tranvía usado como barricada y "puente" sobre la vía del tren, y se metieron por un parking cercano al teatro, que estaba junto a la parada de tranvía de ese tranvía que nunca llegó, y que en poco tiempo les dejaría en el túnel más cercano de la línea 1. La única razón para que no usaran el tranvía-puente era debido al colapso del puente sobre unas vías del tren que cortaban en dos la calle. Ya dentro del parking, los caçadors intentaron buscar las flechas de otros "exploradores" que les hubieran precedido desde la estación de Marina, porque ese parking había sido usado por los primeros caçadors como una base pequeña de abastecimiento, y contaba con unos túneles excavados a mano que conectaban con la línea principal del metro. Lograron no resbalarse en las escaleras mojadas, pudiendo iluminarse con un mechero para no caer, pero al atraer a unas ratas enormes y otro perro calvo, pudieron matarlos gracias al cuchillo de bayoneta de Joan y aprovecharon para cambiar los filtros de sus máscaras de gas.
Jadeando y revisando que no les persiguieran más mutantes, salieron al túnel del metro por una vieja puerta de mantenimiento, y llegaron exhaustos al puesto defensivo de la estación de Marina, parando cuando los focos y la patrulla situados tras las sacas de arena les hicieron detenerse, junto al puesto que constaba de una mesa algo coja, una vela y una lámpara, carpetas con papeles y una tartera, un archivador, y sobre unos pilares creados con tubos, había un tejadillo de uralita junto a una puerta de vagón como entrada a la garita.
Uno de los guardas les revisó de arriba abajo, encendiendo los focos y obligando a que los caçadors cerrasen los ojos y dieran sus documentos a los guardias para lograr pasar (era una medida para no ser atacados) cuando se apagaron los focos y encendieron una lámpara para revisar todo. Uno de los guardias, que fue antiguo mosso d'esquadra y ahora era un soldado curtido, tras conocer sus intenciones les hizo pasar a una pequeña estancia que servía como zona de descontaminación y tenía una litera para descansar, gracias a un contacto de Alfredo en la estación.
Al día siguiente, siguieron hasta la estación de Arc de Triomf, cercana al Bosque de la Ciutadella, donde antes hubo un parque enorme, ahora repleto de mutantes y árboles.
Entraron con cuidado al túnel, yendo poco a poco para evitar algunas trampas y agujeros. Tras pasar por unas telarañas que ocultaban parte del túnel, las quemaron con un mechero, logrando acceder poco a poco hasta la estación de Arc de Triomf; que tuvieron que abandonar por la noche mientras se ofrecían a limpiar la superficie, debido a la gran afluencia de personas que la inundaban por el día se tenía que evitar ataques del exterior. Tras subir las escaleras, vieron más calmados la superficie y contemplando el gran monumento del Arc de Triomf, cubierto de nieve y telarañas, con su interior siendo usado de base en altura para los caçadors (estaba conectado al suelo de la superficie gracias a una escalera de piedra algo gastada y resbaladiza, con nuevas protecciones para evitar caídas), y en el exterior, contaba con una torreta de vigilancia hecha con metales, a 35 (a cinco metros sobre la terraza, mientras que todo el arco medía 30 metros) metros sobre la superficie; había sido construida para evitar ataques desde el Passeig de Sant Joan (congelado como el resto de la ciudad), y toda la zona del Passeig de Lluis Companys, que estaba cubierta de árboles raquíticos y altos, siendo parte del gran Bosc de la Ciudadela debido al gradual aumento del parque gracias a los árboles que crecían en las áreas menos nevadas, uniendo los pocos árboles a la línea de costa que empezaba tras unas marismas situadas más allá de la Ronda Litoral y las vías de la Estació de França. Mientras estaban en el Arc de Triomf, vieron unos nubarrones de tormenta, volviendo al metro para unirse a una caravana de comerciantes al día siguiente, para por fin llegar al centro de la capital catalana.
Ya de vuelta en la estación y descontaminados, oyeron la conversación de unos soldados que hablaban sobre rumores de que en el Palau de la Generalitat bajo la Plaça de Sant Jaume habían sobrevivido miembros del gobierno catalán, sin saber que ocurría en el antiguo Parlament de Catalunya situado en el parque aledaño, aunque algunas personas se acordaban de que miembros del Govern estaban lejos de Barcelona o en el metro.
Había testimonios no corroborados sobre que en la fachada del Parlamento de Cataluña se podía notar un viejo pendón todavía colgado de uno de los balcones.
Un rato más tarde, cuando ellos vieron a los caçadors calados, empezaron a hablar sobre como la nieve empezaba a derretirse en zonas cercanas al parque y otras zonas de la coidad, creando erosión en la superficie y reestableciendo los ríos que antiguamente recorrían la planicie costera, trayendo más agua, pero nuevas incursiones de mutantes.
Tras preguntarles sobre si había una ruta alterna por la superficie, les respondieron que sí...pero como la lluvia rebotaba sobre la nieve y se caía en la plaza y sus viejas alcantarillas, los caçadors fueron disuadidos de este plan por sus contrapartes de la estación, junto a los soldados que hablaban con ellos, por el riesgo de inundación de los túneles. Al poco, vieron como otra dresina de comerciantes llegaba a los andenes, parando debido a que no se podía avanzar hasta la cercana estación de Urquinaona por el problema de las inundaciones en el túnel entre las dos estaciones...cortando la comunicación con Nova Barcelona por varios días.
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ESP2033 ---CRÓNICAS DE IBERIA--- BARCELONA
Science FictionMetro 2033 en España. HISTORIA 1 ---LAS RUINAS DE LA CIUDAD CONDAL--- (Barcelona)