Era Gaby.
La miré angustiada, su cara era preocupante.
Tenía los ojos hinchados, como si no hubiera parado de llorar en días.
Me quede paralizada por un momento pensando en lo que le podría haber pasado, luego reaccioné lo más rápido que pude y me levanté del suelo.
La abracé para que se sintiera mejor pero se tiró a mis brazos a llorar.
La agarré más fuerte, y cuando Christian logró reaccionar, hizo exactamente lo mismo.
La miró a los ojos y le secó las lágrimas, pero ella simplemente no cesaba.
— Calma princesa —trataba de tranquilizarla Christian —, ¿qué pasó? —intentaba sacar información de lo que le podría haber pasado, pero ella no lograba ni siquiera pronunciar palabra.
Me separé rápido de ellos, y corrí lo más rápido que pude hasta la fiesta.
Empuje a cada persona que se me ponía por delante, mi cara de preocupación era indescriptible.
Seguí corriendo, no podía parar, mis pies pensaban más que mi mente en ese momento, lo único que quería saber era que le había pasado a mi amiga, quien le había provocado eso, para romperle la cara, para partirlo en muchos pedazos.
Llegué a la fiesta exaltada, pero al llegar a la casa, vi a la policía afuera.
Me calmé un poco, y caminé un poco más lento, mis pies no podían moverse, pero aun así, la mente pensaba más que el cuerpo.
Entré a la casa con cuidado, todos estaban hechos a un lado, susurrando los unos a los otros cosas en el oído que poco me interesaban, de hecho.
— ¿Qué pasó? —pregunté a uno de los policías que estaban allí.
Me miró raro, como si estuvieran hablando de la última noticia mundial.
— Dos chicos se pusieron a pelear —contestó algo apenado—, uno está bien…, Pero el otro…, Esta grave.
Le dieron en la cabeza.
Tragué mucha saliva, tratando de ordenar las piezas.
Aunque Osvaldo no sea muy cercano a mí, le quería… y si le pasa algo a él, Gaby se muere.
Tomé un suspiro, rezando para que el chico que estaba grave no fuera Osvaldo.
— ¿Como..? ¿Quién..? ¿Sabe el nombre del chico que esta grave? —pregunté, nerviosa.
— Gales, es el señor Gales —dijo apenado—, sus papás no están… ¿Eres familiar? —preguntó, anotando algo en una agenda.
— Si —respondí sin pensar lo que había dicho—, soy su.. Prima… Necesito ir con el... lo llevarán al hospital ¿no?
— Claro —dijo—, necesito que se tranquilice todo aquí, iremos en unos 10 minutos más.
— Está bien —le dije agitada mientras tomaba mi teléfono y comenzaba a marcar los números rápido, mis dedos estaban nerviosos, sudosos, no podían moverse bien—.
¿Christian? —le pregunté a la persona que me había contestado al otro lado del teléfono
— Vamos camino a la casa —dijo casi en un murmullo—.
¿Qué pasó? Gaby sigue sollozando, no sé nada.
— Osvaldo esta grave —le dije, con la cabeza abajo tratando de escuchar mejor lo que él decía.
— ¿Osvaldo esta grave? —exclamó agitado.
— Cálmate —le grité—, vas a asustar más a Gaby, ahora necesito que apuren el paso, y que saquen a toda la gente de esta casa.
Quédate a dormir aquí con Gaby, sus papás llegaran mañana, por mientras el policía dijo que no contestan sus teléfono, cuando lleguen, tienes que estar atento para avisarles lo de Osvaldo, yo iré al hospital con él, y me aseguraré de que todo esté bien —le dije agitada.
— Entendido —exclamó Christian —, nos vemos.
Colgué el teléfono y caminé rápido, levante la cabeza y el pecho de alguien detuvo mi paso.
Miré mejor, era Nate.
Increíblemente seguí caminando, ni siquiera se me pasó por la mente lo que había pasado recién, solo quería que todo estuviera bien.
— ¿Qué pasó? —preguntó agarrando mi brazo.
— Osvaldo esta grave —contesté agitada, soltándome de su brazo, mientras el policía se dirigía hacia mí.
— Nos tenemos que ir señorita —me dijo, haciendo señas de que suba a su carro—.
¿solo irá usted?
— Y yo —contestó Nate atrás mío.
Lo miré confundida ¿para que el iría?
— ¿es familiar? —preguntó el policía intrigado.
— Soy su novio —mintió Nate—, no la dejaré sola, si eso es lo que cree.
Ahora mejor subamos al auto.
Dicho esto subimos al auto.
Aún no tomaba consciencia de que Nate estaba al lado mío.
— Tengo miedo —le dije rompiendo el silencio.
Estaba asustada de lo que podría pasar, y tenerlo ahí, sin tener que decir nada, tener a Gaby en el otro extremo de la ciudad devastada me rompía el corazón.
— Tranquila —susurró—, para que estamos los novios —dijo sonriendo.
_______
xx
ESTÁS LEYENDO
Eres un estupido pero no te amaria si cambiarás
RomanceTodos hemos escuchado hablar de Romeo y Julieta, la historia del chico que no puede estar con la chica, y viceversa. A todos nos han pasado cosas que nunca pensamos que iban a pasar, y todos hemos sentido cosas que nunca imaginamos que alguna vez íb...