Entre y ahí estaba ella.
La prima de Nate, la misma que estaba con el aquella vez que yo me encontraba escondida abajo de una de las tantas mesas de McDonald's.
Lo primero que me vino a la mente, es que el estaría ahí, con ella.
Por lo que las ganas de salir huyendo eran inmensas.
James me veía desconcertado tratando de comprender lo que pasaba.
Al percatarme de que James estaba confundido, fingí la mejor sonrisa que pude y comencé a caminar rápidamente hasta el mostrador para así evitar encontrarme con alguien.
James solo me siguió.
- ¿Qué vas a pedir? -preguntó James sonriendo.
- Una cajita feliz. -Sonreí.
El río.- ¿Enserio?
- Si, enserio James. -Dije sonriendo.
Volteé a mi lado y ahí estaba ella.
Aun no se iba, pero aun así no parecía notar mi presencia.
Por lo que decidí voltear de nuevo hacia James.
- Pues yo quiero una hamburguesa. -Le dijo a la chica que tomaba las órdenes.
- Su orden estará lista enseguida -Dijo amablemente la chica.
- Luisa, ve a sentarte.
Enseguida voy con la comida. -musitó James.- Está bien. -Dije sin ánimos.
Estaba a punto de irme a sentar, y cuando gire estaba ella de nuevo.
¿Que acaso no pensaba irse nunca?
Pero esta vez, vi a alguien junto a ella.
Se notaba que era un chico.
Aunque estaba de espaldas y no podía distinguir quien era, ya lo sabía.
Era Nate.
Podía distinguir su torneada espalda.
Su cabello, tan hermoso y sedoso.
De pronto escuche su voz.
- Vamos a sentarnos -Le dijo a ella.
Note que estaba por voltear hacia donde yo estaba, por lo que me di la vuelta lo más rápido que pude para que así no notara que llevaba un rato ahí, viéndolo como si de una acosadora se tratara.
De pronto no se escuchaba nada.
Él se había callado, o según pensaba, se había ido a alguna de las mesas.
No me atrevía a levantar la mirada, por lo que me limite a mirar al suelo mientras jugaba con mis dedos.
De pronto me tomaron por el brazo y mi corazón se detuvo.
¿Acaso se dio cuenta de que yo estaba ahí? ¿Ahora qué le diría?
Volteé y era James.
Me sentí aliviada, aunque no puedo negar que esperaba que fuera Nate.
Giré y lo vi, él iba directo a una mesa no muy lejos de mí.
-Vamos Luisa -exclamó James.
En ese momento hubo un silencio.
Nate se detuvo de pronto como si hubiera escuchado algo sorprendente, y lentamente giro hacia mí.
Yo no dejaba de mirarlo.
Mas no lo miraba a los ojos, no podía.
No después de lo que había pasado.
El parecía estar en shock, como si viera a un fantasma, o a alguien que no veía hace años.
Ninguno de los 2 se movía.
Y ninguno se animaba a mirar al otro a los ojos.
James parecía desconcertado.
Solo me miraba extrañado mientras yo no podía quitarle los ojos de encima a Nate, que aun traía la bandeja con comida en las manos.
Él se giró hacia la mesa.
Yo pensé que no quería verme, por lo que me gire hacia James y comencé a caminar hacia una de las mesas.
Tal vez eso era lo mejor, tal vez no debíamos hablar de nuevo.
Ni siquiera vernos.
Lo nuestro no había terminado bien, y todo por mi culpa.
Estaba a punto de sentarme, cuando James que ya se encontraba de frente a mí, me miraba sorprendido.
Como si enfrente de él tuviera a un extraterrestre o algo parecido.
Yo no entendía porque me miraba así, pero el solo seguía haciéndolo.
- Luisa -Escuché que dijeron.
Que dijo él.
Apreciaba tanto el sonido de su voz al decir mi nombre.
Pero no tenía el valor de voltear y enfrentarlo.
No podía verlo sin sentirme culpable.
- Luisa -Dijo de nuevo.
Pero esta vez me tomó por el brazo y me giro dejándome de frente a él.
- Nate. -Fue lo único que pude decir, ya que puso sus manos en mis mejillas y unió sus labios con los míos.
Al principio no reaccione, pero después seguí la corriente.
Sus labios buscaban los míos con desesperación.
Como si hace siglos no los tocara, como si hubiera pasado demasiado tiempo desde la última vez que se habían unido.
De pronto se separó de mí.
- Perdóname -Dijo mientras se dirigía de nuevo a su mesa-.
-Solo quería un último beso -Alcance a escuchar.
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Eres un estupido pero no te amaria si cambiarás
RomanceTodos hemos escuchado hablar de Romeo y Julieta, la historia del chico que no puede estar con la chica, y viceversa. A todos nos han pasado cosas que nunca pensamos que iban a pasar, y todos hemos sentido cosas que nunca imaginamos que alguna vez íb...