Dos

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Apenas atravesó el umbral de la puerta cuando unos brazos fuertes lo sujetaron de los hombros, devolviendolo de un golpe sordo y estrellandolo contra la pizarra. Su espalda recibió toda la potencia del primer puñetazo, haciendo que su cuerpo se doblara por inercia a causa del dolor.

No se quejó, permaneció largos segundos sujetándose el estomago, tratando de recuperar el aire que de forma imprevista y violenta le había sido arrebatado. En cuestión de segundos, el maletín tocó el suelo.

Tratando de recuperarlo, Naruto alargó el brazo.

-Ah, ah, ah. Llegas tarde y encima no cumples con tu presentación diaria.

Con la mandibula tensa, Naruto llevó ambas manos a las ajenas que lo habían asido fuertemente del cabello de la nuca.

-Presentate.

Ladeó el rostro, encontrandose con las miradas expectantes y divertidas de sus compañeros de curso. Quien lo tenía sujeto era Kiba Inuzuka, un chico dos años mayor que había repetido consecutivamente el año debido a sus bajas notas.

-Por favor- susurró, sintiendo sus pies resbalarse en el linoleo. Kiba era al menos diez centimetros más alto, no era robusto pero poseía la fuerza suficiente para hacerle un daño considerable si no hacía lo que se le estipulaba.

-Presentate- la orden fue más clara esta vez, y fue acompañada de un abucheo generalizado. Lentamente, Naruto dejó de sostener las callosas manos del castaño y se permitió quedar de frente al resto de la clase. No importaba cuantas veces se resistiera, siempre lo forzaban a doblegarse, y si se resistía, las cosas solo empeoraban.

-Soy un marica- musitó en un susurro ahogado a causa del llanto retenido.

-¡¿Lo oyeron?!- se mofó Kiba, enseñando sus afilados colmillos mientras sacudía de lado a lado los mechones dorados que habían permanecido ocultos bajo la gorra. -Yo no oí nada. Repitelo y añade lo que te dije la última vez.

Naruto tensó los hombros, sus ojos dejaron de observar aquellas sonrisas maliciosas para fijarse en sus desgastados converse en un intento por evadirse, por transportarse a un lugar ajeno.

-Soy un marica- habló, más fuerte esta vez, hasta que Kiba intensificó el agarre y le asestó un puñetazo que hizo crujir una de sus costillas derechas.

-Más fuerte- exigió el Inuzuka, enderezandolo al tirar de los cabellos hacia atras.

-¡Soy un marica!- gimoteó un adolorido Naruto. -¡Soy marica y me gustan los penes!

La clase entera prorrumpió en sonoras carcajadas que fueron amortiguadas por el sonido del timbre.

Naruto se vio por fin libre de la sujeción, recuperó el maletin, e inmediatamente despues, se colocó el gorro para ir a sentarse.

-Perdedor- vociferó Ino Yananaka a sus espaldas, vertiendo sobre sus hombros el contenido de su vaso desechable. Naruto se estremeció de forma inevitable, tiritó y agachó la cabeza hacia la paleta de su pupitre que rezaba: me acuesto con los profesores para no reprobar el semestre.

"¿Por qué...?" Se lamentó en silencio, cubriendo la sarta de insultos con algunos libros. "¿Por qué me odian tanto?"

**

-¿Cuál es la unidad fisiologica y genetica de todo ser vivo?

El silencio inundó el aula tras el cuestionamiento. Los estudiantes de último año se habían distraido mediante banales y superficiales peroratas, cuyo tópico principal derivaba en la fiesta de graduación que tendría lugar dentro de escasos meses.

Bullying.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora