C A P Í T U L O 17

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FINAL.

Kagome miro su barriga ya crecida y sonrió, después de los problemas que se dieron al inicio de su embarazo y la batalla feroz con Shin, la tranquilidad se respira dentro de la aldea y en su relación. Todo este tiempo Inuyasha ha sido un padre ejemplar, uno que ama con locura consentir a su esposa, también un hibrido que presume que su pequeño bebé nacerá muy pronto.

-¿Ha ido otra vez por mandarinas?—Sango camino hasta donde se encuentra Kagome sentada esperando a su esposo, es increíble que el orgulloso Taisho se convirtiera en un hombre que se derrite por complacer a su esposa e hijo. —La verdad me sigue pareciendo extraño todo esto.

-¿Mi embarazo?—Pregunta Kagome con una leve sonrisa y acariciando su estómago.

-¡No!—Dice de inmediato Sango. —, hablo de Inuyasha y su actitud de papá sobreprotector y consentidor.

Kagome entiende su punto, sin embargo también está demasiado feliz para pensar sobre aquello. Sabe que la primera reacción de su esposo no fue la mejor, le dolió escucharlo negar al bebé pero cuando tuvieron tiempo de hablar después del desastre de Shin, se dio cuenta que el miedo que sintió por el futuro de su progenitor es comprensible. No quiere que sea dañado como él en el pasado.

-¡Kagome, ya vine!—Inuyasha alzaba sus dos brazos, en su mano derecha sostenía una mandarina con alegría. —, me encontré con un lobo pulgoso en el camino.

-¡Te escuche, animal!—Koga apareció junto a Inuyasha y le dio un pequeño empujón. —, vine a ver a la preciosa de Kagome.

Sango rió por las peleas de los dos hombres, a su lado Kagome solo suspiro y espero con paciencia la mandarina. Miroku también llego junto con sus gemelas y cargando a su hijo pequeño. Shippo se unio después para molestar al perro y lobo, los cuales solo pudieron quejarse sobre las bromas del zorro.

La vista de Kagome Higurashi es hermosa, ver a sus amigos hablando y bromeando como los viejos tiempos. Sus manos no dejan de acariciar el vientre donde se encuentra su bebé, espera que después que nazca este rodeado del gran amor de cada uno de sus seres queridos aquí.

El futuro es incierto, pero Kagome esta emocionada por enseñarle a su hijo o hija el mundo tan fascinante que ella exploro en esta vida junto con el amor de su vida.

-¡Kagome!—Inuyasha le grita con una gran sonrisa.

"Moroha" El nombre se le viene como destello.

-Moroha, me gusta el nombre. —Dice con un susurró. —Si eres niña ya tienen tu nombre, bebé.

Inuyasha suspira al contemplar a su esposa hablando con su vientre, la imagen es demasiado hermosa para su pobre corazón. Espera con ansias conocer a su bebé y darle todo lo que no pudo disfrutar de pequeño; caminara hacia el mañana junto con los dos amores de su vida.

FIN

Hacia el mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora